FECHA: 30 de junio, 1 y 2 de julio
LUGAR: Parc de Can Zam (Santa Coloma de Gramenet)
PROMOTOR: Revolution Shows
La incertidumbre y el runrún en las redes habían sido una constante durante los últimos meses, pero finalmente el Barcelona Rock Fest se llevó a cabo y, pese a ciertas prisas y cambios en su line-up más allá de la ultimísima hora, nadie puede decir que no disfrutáramos de grandes shows. Para la posteridad quedará la jornada del viernes 1 de julio, pues lo que aconteció entre UFO y Ross The Boss se reveló como una de las noches más tremebundas que se hayan vivido en Catalunya en los últimos lustros.
El polvo acumulado en el aire de la carpa o las largas colas para echar un trago son elementos a pulir de cara a próximas ediciones, pero como seguro que la organización ya ha tomado buena nota de ello, pasemos a analizar toda la música que nos inyectamos, que fue extensa y de altísima calidad.
JUEVES 30
A las cuatro menos diez de la tarde nos plantamos en la Rock Tent para ver a Bullet, pero cuando ya llevábamos media hora charlando con colegas, obviamente nos dimos cuenta de que algo pasaba. Alguien miró su móvil y resulta que por problemas con el vuelo, los suecos no habían llegado a tiempo. Sin problema, porque entonces dirigimos la mirada hacia los locales BlackØwl, quienes estaban despachando con eficiencia su hard rock súper deudor de AC/DC.
Nunca he conectado del todo con Stormzone, así que volvimos a la sombra de la carpa para centrar nuestra atención en Myrath. Los tunecinos, que trasladan la magia de Oriente Medio al metal, no defraudaron a sus seguidores, ofreciendo trucos de prestidigitación, una bailarina que realiza la danza del vientre al son de sus riffs o incluso malabares con bastones envueltos en llamas. Muy distraídos de ver, y con ese toque progresivo, con un regusto a Kamelot más que bienvenido.
Turno para Jinjer en uno de los escenarios grandes, cita que por nada del mundo nos íbamos a perder. El sonido tardó un poco en nivelarse y la batería de Vladi Ulasevich estaba demasiado alta, aunque pronto la banda ucraniana empezó a brillar a través de una consigna clara: todo el protagonismo para Tatiana Shmailyuk, ese tornado que tienen como vocalista. Con esa mezcla suya que se mueve entre Meshuggah, System Of A Down y más dosis de Lamb Of God que nunca, ‘Disclosure!’, la reggae ‘Judgement (& Punishment)’, ‘Vortex’ o ‘Colossus’ mostraron que son una de las formaciones llamadas a capitanear la próxima generación. Alucinante la facilidad con la que Tatiana cambia de registro a cada momento, y “Fuck Putin”, claro que sí.
Cinco minutos después y ya teníamos a los Accept de Wolf Hoffmann tocando tan sobrados como acostumbran últimamente, reivindicándose como una de las mayores atracciones del día. ¡Donde yo estaba situado sonaron como un cañón! El único problema es que, independientemente del álbum que presenten, les hemos visto tantas veces desde que Mark Tornillo se hiciera con el micro que ya no nos sorprenden. Sabemos exactamente en qué momento nos harán cantar, cuándo llega un parón, o incluso qué tema viene. A ver, tampoco nos pongamos estupendos, porque no seré yo el que le haga ascos a ‘Restless And Wild’, ‘Princess Of The Dawn’, ‘Fast As A Shark’, ‘Metal Heart’, esa ‘Teutonic Terror’ que para servidor ya es un clásico contemporáneo, mi prefe ‘Balls To The Wall’, o el fiestón final que nos deparó ‘I’m A Rebel’. Lo dicho: igual toca renovar un poco ese repertorio con un par o tres de joyitas olvidadas en el tiempo.
Sobre la recepción que pudiera tener una banda de celtic punk como Dropkick Murphys en un festi como el Rock Fest no las tenía todas, pero en cuanto vi el tremendo bailoteo generalizado que se montó con la primera ‘The Boys Are Back’, cualquier duda quedó disipada. El banjo de ‘The State Of Massachusetts’ descorchó el cava y aquello ya no se podía parar. Más sudor con ‘Johnny, I Hardly Knew Ya’ y ese aire tan pirata que se trae, e incluso hubo tiempo para que tocaran su nuevo single acústico ‘Two 6’s Upside Down’, anticipo de su próximo álbum. ‘Rose Tattoo’, temas de la vieja escuela, ‘TNT’ de AC/DC, y después ‘I’m Shipping Up To Boston’ para mandar a sus fans a la lona. Muy de agradecer que toquen cada uno de los instrumentos sin efectos ni trucos de mesa, ya sea la gaita, el acordeón, la flauta… Un grupo muy de verdad.
A quien me conozca bien le parecerá rarísimo, pero considero que Nightwish dieron un show la mar de convincente. Abriendo a saco con ‘Noise’ de su último disco, que por cierto me parece un temazo, los fineses también se marcaron un Jinjer. Es decir: ‘Floor Jansen, haz lo que te dé la gana. Comételos vivos con tu carisma y vozarrón, que nosotros nos quedamos aquí atrás’. Siempre he considerado que la línea que separa el metal sinfónico con cantante operística de la horterez más ridícula es bastante fina, pero en Santa Coloma lograron mantenerme muy atento a su bolo. Los riffs simples de siempre pero muy efectivos, unos visuales curradísimos y canciones que no necesitan presentación como ‘Nemo’ seguro que dejaron a sus seguidores extasiados.
A primerísima hora de la mañana tenía un compromiso laboral inexcusable, el más tocho del curso seguramente, así que sintiéndolo mucho no pude ver el show de Avantasia. Ese maldito metro de Barcelona, siempre poniéndoselo fácil a los heavies… Otra vez será, Tobias.
VIERNES 1
Con el corazón dividido nos plantamos en Can Zam otra vez a las cuatro de la tarde, pero el sol que caía, inclemente, nos hizo decantarnos por Evil Invaders y la carpa en detrimento de Diamond Head. Luego nos enteramos de que los ingleses no llegaron a tocar, que su bolo se había pospuesto a la jornada siguiente, así que con esta premisa en mente disfrutamos más tranquilos todavía del speed metal de los belgas. Descarnados, nos trasladaron a otra época, a cuando Agent Steel o Exciter dominaban el cotarro underground, y la verdad es que me fliparon.
Descansamos un poquito y nos preparamos para Orange Goblin. Qué decir de Ben Ward y los suyos… Aquello fue un concierto rotundo que repasó gran parte de su discografía, viajando hasta finales de los 90 con ‘Saruman’s Wish’ o haciendo retumbar los altavoces como si fueran una Harley mediante ‘The Filthy & The Few’. ‘Red Tide Rising’ culminó un bolo que se desarrolló como esperábamos: sin gilipolleces, sacado adelante por sólo cuatro tipos honestos echándole huevos. También sacamos tiempo para ver bastante de Crisix, que como de costumbre la liaron parda ante un montonazo de público. Entre otros temas, ‘World Needs Mosh’ y ‘Ultra Thrash’ para terminar la descarga, cómo no… Juli hasta avisó a la peña de que no hace falta romperse la crisma en el pit. ¿Me lo parece a mí o cada día van más rápidos?
Como sabíamos que una vez más el sonido no acompañaría a Bloodbath y que Nick Holmes no le pondría ningún tipo de ganas al show, no tardamos en aparcar su death metal para empacharnos de unos auténticos señores del hard rock y el heavy metal más primigenio: ni más ni menos que UFO. Aunque nos comentaron que luego los suecos mejoraron, desde luego no nos arrepentimos de nuestra decisión. Phil Mogg ya cuenta con 74 primaveras, así que tal como está el patio, vete tú saber lo que puede ocurrir… Igual es cierto que ese momento jam en ‘Rock Bottom’ ralentiza un poco el show, pero si algo demostraron es que su cancionero es muchísimo más que la archiconocida ‘Doctor Doctor’. Joder, muy míticos, elegantes y tope dignos, dejando atrás una ‘Shoot Shoot’ por todo lo alto.
UFO dieron el pistoletazo de salida a las mejores horas de todo el evento, porque seguidamente, un Alice Cooper acompañado de una formación a prueba de bombas nos vapuleó con toda su inabarcable retahíla de grandes éxitos. Sinceramente, creo que las tocaron todas antes de que ‘School’s Out’ echara el cierre, y es que parece mentira que un tipo de 74 tacos se mueva todavía con tamaña agilidad y soltura por un escenario. Claro, si encima le secundan el reputado Ryan Roxie a la guitarra, o la electrizante Nita Strauss a la otra, no creo que se pueda exigir nada más. Vincent Furnier sigue en un envidiable estado de forma, y vaya si nos lo restregó por la cara.
Fue entonces cuando se paró el tiempo y aconteció algo para lo que todavía no hallo explicación. Ocurrió un fenómeno paranormal que me mantiene emocionado todavía hoy. 23 años después, Mercyful Fate volvieron a Barcelona y lo suyo fue un 10 inapelable, algo estratosférico a mil años luz de cualquier otro bolo del Rock Fest. Cuando King Diamond abría la boca te frotabas los ojos, te pellizcabas, porque no te podías creer esa increíble perfección. Aparcando toda esa teatralidad de sus conciertos en solitario, se dedicó a la ejecución insuperable y a dar auténtico miedo sólo con su presencia mientras caían ‘The Jackal Of Salzburg’, ‘A Corpse Without Soul’, ‘Black Funeral’, ‘A Dangerous Meeting’, ‘Melissa’, ‘Curse Of The Pharaohs’, ‘Evil’, o una ‘Come To The Sabbath’ orgásmica. Cancionero old school as fuck, sonido de una nitidez apabullante, y por supuesto, una banda que no se quedó atrás. Tan sobrios como el escenario, sólo presidido por la cruz invertida, esa escalera y el macho cabrío, hay que ver cuánto imponía Hank Shermann. Incluso han reclutado a Joey Vera de Armored Saint en sustitución del tristemente fallecido Timi Hansen… Show legendario que no olvidaremos jamás. Directo al top de mi puñetera existencia. Que baje Dios y lo vea… si es que se atreve.
Todavía no había terminado la velada y Blind Guardian estaban listos y más que dispuestos para regalarme ese concierto que siempre soñé de adolescente. Afilando la espada con ‘Into The Storm’ y ‘Welcome To Dying’ (casi nada…), los pronósticos se cumplieron y los germanos atacaron con el magistral Somewhere Far Beyond entero dado que se cumplen tres décadas de su publicación. Sensacional. Como Marcus Siepen se había tenido que ausentar de la cita por enfermedad, se dejaron en el tintero ‘Theater Of Pain’, aunque sí, una a una fueron desfilando ‘Time What Is Time’, ‘Journey Through The Dark’, y así hasta ‘Somewhere Far Beyond’, con todo lo que conlleva lo que no hemos citado. Hansi Kürsch sigue sin ser el frontman más magnético que hayamos visto, pero rematando con ‘Mirror Mirror’ y ‘Valhalla’, fue una descarga que salió sola, muy emocionante. Por fin un concierto suyo realmente mayúsculo.
¿Qué más podíamos pedir? Pues sí, gente, sí… Visto lo visto, afortunadamente no contamos con Manowar en el festival y el magnánimo Ross The Boss acudió en nuestro auxilio para hacer verdadero honor a uno de los repertorios más imbatibles de la historia del heavy. Como ya es habitual, ‘Blood Of The Kings’ para abrir fuego y a partir de ahí, despiporre total. ¿¡Por dónde empezar!? ‘The Oath’, ‘Dark Avenger’, ‘Wheels Of Fire’, ‘Blood Of My Enemies’, esta vez ‘Secret Of Steel’, que hace sólo unas semanas se la habían dejado en el camerino cuando tocaron en Bóveda… Y ‘Battle Hymn’, camaradas, con ‘Kill With Power’, ‘Fighting The World’ y ‘Hail And Kill’ como traca final. Leí a algún tontaco en las redes diciendo que, a falta de Joey DeMaio y su gente, si habían fichado al tributo… Hay que ser ignorante; Ross es el único king of metal que queda en pie. Llegados a este punto yo ya estaba histérico, borracho de gloria, así que la noche se alargó hasta altas horas con los DJs.
SÁBADO 2
El cuerpo nos pedía algo de calma y empezamos la última jornada con Phil Campbell And The Bastard Sons… Leñe, a base de Motörhead y más Motörhead, nos despertó de golpe, cerrando con mi favorita ‘Killed By Death’ y por supuesto ‘Overkill’. No lo negaremos: sumándolo a una birrita, fue lo que necesitábamos. Pilas recargadas y a por Doro, quien por simpatía y continuo agradecimiento, se hace querer. Alternando canciones propias con temazos de Warlock, la cantante de Düsseldorf y sus secuaces nos mantuvieron bien alerta con ‘Burning The Witches’, la veloz ‘Revenge’, ‘Raise Your Fist In The Air’, ‘Hellbound’, ‘All We Are’, ‘Earthshaker Rock’… Doro no paró de interactuar con el público, ganándose el aplauso unánime. Muy jefa.
En el otro stage principal Angelus Apatrida ya tenían preparada toda la artillería, y madre mía la que se nos vino encima. Petaron con una violencia avasallante, atacando los temas como si les fuera la vida en ello. ‘Indoctrinate’, ‘One Of Us’, ‘Give ‘Em War’, ‘Sharpen The Guillotine’ o la última ‘You Are Next’ confirmaron que su estallido no es flor de un día, y mucho menos casualidad. De los bolos más intensos que les recuerde. Más de uno se quedó alucinando, así que se les devolvió el respectivo amor. Vaya trallaca, cabrones.
La cosa iba de thrash y a la vuelta de la esquina nos esperaban Megadeth. Entiendo que algún colega mucho más joven demandara escuchar más clásicos, rollo ‘Devils Island’ o ‘Tornado Of Souls’, pero lo cierto es que yo, que ya les he visto tropecientas veces, agradecí un setlist algo diferente al típico. Inicio al rojo vivo con ‘Hangar 18’, Kiko Loureiro mostrando los galones que ha adquirido en los solos, y después, ‘Dread And The Fugitive Mind’. Buah, fantástico. De las mayores cancionacas que han publicado este siglo. Con James LoMenzo al bajo y en un discreto segundo plano, la verdad es que vi una banda muy sólida, muy por la faena, con las únicas estridencias que Mustaine quiera permitirse. Hostias, y después ‘Angry Again’, ¡claro que sí! La acompañaron ‘Sweating Bullets’ o ‘Trust’, otra pieza que adoro absolutamente. El chico malo del thrash tenía que hacerse notar y eso llegó antes de ‘Symphony Of Destruction’, cuando arremetió, a micro abierto, contra el equipo de Judas Priest por las molestias que le acarreaba que, evidentemente, estuvieran probando las guitarras. El tipo amenazó con tocarles la carita, que si eran amateurs, que si “fucking cunt”, que si “piece of shit”, que si “motherfucker”… Dave Mustaine, señoras y señores… para bien o para mal. A mí me pareció hasta gracioso verlo en todo su esplendor. ‘Peace Sells’ y, toma ya, ‘Mechanix’ y ‘Holy Wars… The Punishment Due’, finiquitaron un concierto impecable.
Recta final del festival, con Judas Priest despachando un show de mucho cuidado. De acuerdo, entre la bestia de Richie Faulkner y Andy Sneap no hay química, nunca más volveremos a deshacernos ante ese histórico juego de caderas, pero cuando una descarga se inicia con ‘One Shot At Glory’, algo muy tocho está por llegar. Para empezar, Rob Halford a la voz estuvo ampliamente por encima de lo que esperaba, mucho mejor que la última vez que le vi en Madrid, y siguiendo por ahí, dado el rejuvenecimiento a las guitarras, ‘Painkiller’ sonó con un vigor que ya ni le recordaba en vivo. A todo ello hay que sumarle ‘Freewheel Burning’, una ‘Turbo Lover’ para enmarcar o ‘Hell Patrol’. Eso por no hablar de una ‘Victim Of Changes’ que casi me arranca las lágrimas, o ‘Diamonds & Rust’ tocada como mandan los cánones, sin balada ni leches. Un no parar de todos esos himnos imperecederos que amamos, un homenaje a la Birmingham industrial al que incluso se sumó Glenn Tipton para rematar la faena en ‘Metal Gods’, ‘Breaking The Law’ y ‘Living After Midnight’. Verlo ahí, con lo que este hombre fue, me recordó que hay que vivir a tope y dejarse de tanta queja y mierdas. Encomiables y eternos.
Fuego, truenos, rayos y centellas. Sin descanso. Una banda que desciende del cielo en plataformas repletas de luz y de color. ¿Dónde se ha visto esto? Kiss trajeron todo su circo y en Santa Coloma no cabía ni un alfiler. ‘Detroit Rock City’, ‘Shout It Out Loud’ y ‘Deuce’ para prender la mecha de un show que tuvo todo lo que un fan suyo sueña a diario, pero con también alguna sorpresita como ‘War Machine’, y sobre todo ‘Heaven’s On Fire’ y ‘Tears Are Falling’. Durante éstas no se quitaron el maquillaje, tranquilos… Paul Stanley se pegó sus bailoteos, voló por encima de nuestras cabezas en ‘Love Gun’ y Gene Simmons fue el monstruo de toda la vida, volviendo a dar pavor sobre verde, escupiendo sangre antes de ‘God Of Thunder’. Todos los tics, todos los clichés, su exceso al completo en un dispendio de aúpa. Pienso en un seguidor a muerte de Kiss y en 2022 no contemplo un concierto mejor que el que despidieron con una ‘Beth’ con dos millones de líneas filarmónicas tiradas por mesa, ‘Do You Love Me’, ‘Rock And Roll All Nite’, y confeti como para llenar un estadio. ¿Seguro que se retiran?
Reuniendo las últimas fuerzas, nos despedimos del Rock Fest junto a unos D-A-D que fueron un chute de adrenalina para algunos y ‘Te Visitará La Muerte’ de Obús. Que os jodan, no vamos a cambiar. Bolazos y diversión a tope, ya lo creo que sí.
PAU NAVARRA