FECHA: 25 DE JUNIO 2024
LUGAR: SALA ZENTRAL (PAMPLONA)
PROMOTOR: DOCTOR MUSIC
Comentaban Richard y Jordi en la sección de asistencias a conciertos de su podcast, que la reunión de Biohazard con su formación original no había generado demasiado ruido. Seguramente tengan razón a tenor de dichas cifras y lo visto en la sala Zentral, sin pasar del medio aforo a pesar de ser un complicado martes pre-sanferminero.
Pero en lo que sí estaremos todos de acuerdo es que estas citas adquieren otro nivel cuando los protagonistas son los culpables de muchas de las cosas que te han marcado a lo largo de tu vida. De que State Of The World Address fuera uno de los discos que más escucharas en los años noventa. De que aquél flechazo por el crossover permanezca a día de hoy gracias a la influencia de sus discos capitales. De que en tu reciente viaje a NYC pensaras en Biohazard cada vez que ponías un pie en las calles de Brooklyn.
Programado en Pamplona gracias al routing de venir directos del continente y tocar el día siguiente en el Resurrection Fest (y a que esta segunda vuelta de reunión también haya reducido su precio e interés, seguramente), el concierto fue un verdadero homenaje a sus orígenes. Tanto en canciones -no en vano solo tiran de sus tres primeros álbumes, donde estaban todos los integrantes originales- como en actitud y edad del público. De hecho, juraría que los propios miembros de The Broken Horizon, sumados a última hora al cartel para descargar su arsenal de breakdowns, glitches y un efectivo juego de luces bajo un volumen atronador, eran los más jóvenes de la sala. El metalcore de última hornada que practican va haciéndose un hueco en cada vez más festivales, y en un par de días tendrán la oportunidad de pasearlo en uno de los mejores feudos, Hellfest.
Al concierto de Biohazard tan solo le pondría una pega, dejarme con la miel en los labios cuando la intro de ‘State Of The World Address’ se corta en seco. Pero es que sin apenas tiempo para comentar la jugarreta ya está sonando otro pedazo de clásico como ‘Shades Of Grey’, con los clásicos circle pits en sus partes revolucionadas. Más allá de los claros signos de la edad, la banda se muestra como uno siempre quiso imaginarlos en una hipotética vuelta; Danny Schuler preciso tras los parches, Billy Graziadei como si los años no pasasen por él, Evan Seinfeld con una presencia más que digna para la vida que ha debido llevar y Bobby Hambel con sus mismas vueltas sobre sí mismo y ese gusto a las seis cuerdas con los solos.
Como cabía esperar, el público rejuveneció veinte años al sonar temas como ‘Tales From The Hard Side’ (¿hay tema más callejero que este?), ‘Urban Discipline’ o ‘Victory’, donde el foso se convirtió en un recinto de moshpit improvisado. Personalmente, disfruté muchísimo del bloque inaugurado con ‘Five Blocks To The Subway’ y enfocado a esa gema de 1994, que también permitió a la banda interactuar con el público. En ‘Control Denied’ visualizaron a un niño por encima del público y la canción fue para él, mientras que en la previa de ‘How It Is’ se lució la clásica camiseta de Hardcore Hits Cancer que Billy convirtió en símbolo.
Con motivo de la típica versión de Bad Religion, ‘We´re Only Gonna Die’, se nos avisó que sería el último pogo de la noche -el rubio guitarrista también aprovechó para corretear y tocar por encima de la mesa de sonido-, pero nadie quiso irse sin darlo todo en ‘Punishment’ y ‘Hold My Own’, últimos de un regreso a la altura. Sonido, set y actitud. ¡Bienvenido a los 90!
JORGE AZCONA