FECHAS: 28 Y 30 DE ABRIL DE 2023
LUGAR: ESTADI OLÍMPIC LLUÍS COMPANYS (BARCELONA)
PROMOTOR: DOCTOR MUSIC
Cualquiera que tenga padres de una edad avanzada recordará ese momento en el que pegan ‘el bajón’. Viendo sus apariciones públicas después de la pandemia, tenía la impresión de que Bruce Springsteen había entrado en esa fase. Le veía escuchimizado, lento, por momentos, incluso ausente. Lo normal en un señor de 73 años, vaya. Mirando algunos vídeos de la gira americana, me había mentalizado de que su poderío físico era cosa del pasado, y que el foco en sus conciertos iba a estar exclusivamente puesto en la música, que no es poco, con esta versión XXL de la E Street Band, al estilo de la gira de 2012, con sección de vientos y coristas.
Lo que no esperaba era encontrarme a un tipo todavía capaz de reinar en un escenario gigante con una energía que podría iluminar toda una ciudad. De acuerdo, ya no pega carreras por las pasarelas, ni se sube al piano, ni se tira al suelo, pero sigue siendo mejor performer que el 99% de los artistas que ahora mismo estén girando por el mundo. Por no hablar de una voz que todavía es capaz de hacer retumbar tu caja torácica con el grito final de ‘Backstreets’.
Compadezco a quienes no son fans suyos por haber tenido que aguantar durante una semana el circo mediático que se ha montado alrededor de su visita a Barcelona junto a sus amigos Obama y Spielberg; el domingo fue Tom Hanks quien apareció por ahí para disfrutar como un seguidor más. Os aseguro que ha sido insufrible incluso para quienes lo somos. De los patéticos esfuerzos de los políticos por intentar sacar tajada de cara a las elecciones municipales, o de los cansinos análisis sobre su relación especial con Barcelona, mejor ni hablar. Pero a la que empieza a sonar el bombo y los primeros acordes de ‘No Surrender’, te olvidas de todo eso y te deja arrastrar por el potente sonido que esta panda todavía es capaz de arrancar de sus instrumentos.
En ambas noches setlist siguió el guion trazado a lo largo de su primer tramo por Estados Unidos, con un trasfondo narrativo similar al de su último álbum Letter To You, en el que ‘Ghosts’, ‘Last Man Standing’ y ‘I’ll See You In My Dreams’, estas dos últimas interpretadas en acústico, son las piedras angulares para que Springsteen invoque a los amigos y compañeros que ya no se encuentran entre nosotros, y nos recuerde la importancia de disfrutar del presente. Otras piezas de su catálogo como ‘Backsteets’, ‘The Rising’, ‘Bobby Jean’ o ‘Tenth Avenue Freeze Out’ (en la que aparecen imágenes de los fallecidos Clarence Clemons y Danny Federici en las pantallas) ayudan a subrayar ese mensaje.
El resto del repertorio se reparte entre temas que podríamos considerar clásicos (‘Prove It All Night’, ‘The Promised Land’, ‘Out In The Street’, ‘Thunder Road’…) y otros que pueden suponer un cierto desafío para el fan casual, especialmente ‘Kitty’s Back’ y ‘The E Street Shuffle’ de su segundo álbum, con largos desarrollos instrumentales que le sirven para coger algo de aire, y exhiben la riqueza musical de una banda que vale su peso en oro. Pocos combos son capaces de arrollarte como una apisonadora en ‘Candy’s Room’, trasladarte a un callejón de New Orleans en ‘Johnny 99’ o transformarse en una banda de soul que te hace sentir como si estuvieses en el Apollo de Harlem. Mención especial merece el batería Max Weinberg, un titán que todavía comanda la nave con una autoridad impecable, o un Jake Clemons que por fin ha encontrado el truco del soplo huracanado para hacer sonar el saxo como su tío.
En la noche del viernes quedaron algo descolocadas ‘Human Touch’, que hizo su primera aparición en la gira, ‘Pay Me My Money Down’ de las Seegers Sessions, ‘Nightshift’ de su prescindible disco de versiones soul, o la propia ‘Letter To You’, que no acaba de encajar después de la potente ‘Prove It All Night’. Sin embargo, los pocos, pero acertados, cambios que introdujo el domingo, añadiendo ‘My Love Will Not Let You Down’ antes de ‘No Surrender’, e incorporando ‘Trapped’, Johnny 99′, y ‘Ramrod’ en los bises, consiguieron que el repertorio fluyera aún mejor.
Si las dos primeras horas son algo más exigentes de lo habitual para un concierto de estadios, la recta final está pensada para la fiesta y el éxtasis colectivo. ‘Because The Night’, ‘Wrecking Ball’, The Rising’, ‘Badlands’, ‘Born In The USA’, ‘Glory Days’, ‘Born To Run’ (esos segundos antes de la última estrofa siguen poniendo la piel de gallina cada vez que los vives), o ‘Dancing In The Dark’ son los momentos álgidos en un show lleno de ellos. Springsteen no necesita de pirotecnia, ni muñecos hinchables, ni plataformas voladoras, le basta con encender las luces del estadio para que el público se convierta en el propio espectáculo. Las imágenes de 60.000 personas moviendo los brazos al ritmo de ‘Bobby Jean’ ya han dado la vuelta al mundo.
The absolute joy and power of a Barcelona crowd, and @springsteen #estreetband having all 60,000 of them in the palm of their hands. I originally had tickets but couldn’t make it happen because of work. But seeing these visuals confirms why Barcelona is top of my bucket list. pic.twitter.com/LrlTMYdfpD
— Spring-Nuts (@SpringNuts_) April 29, 2023
Se hace difícil no mencionar la crisis de fe que supuso hace unos meses su actitud ante la polémica por el elevado precios de las entradas de esta gira, pero siendo totalmente sincero, no pensé en ello durante ni un solo segundo de las seis horas de felicidad que volvió a proporcionarme mientras estaba en el escenario.
Hasta ayer no creía que fuera posible llorar de alegría y de tristeza al mismo tiempo, pero fue inevitable que al llegar a casa tras el segundo concierto no me embargasen esas dos emociones contradictorias. La euforia por haber visto, una vez más, y todavía en plenitud, a uno de los artistas que te ha acompañado durante toda tu vida, y la melancolía de pensar que esas susurradas «Cause I’ll see you, I’ll see you in my dreams» quizá sean las últimas palabras que le haya oído salir de su boca. Pero si esto es un adiós, no hay mejor despedida posible.
JORDI MEYA