FECHA: 17 DE FEBRERO DE 2023
LUGAR: LA RIVIERA (MADRID)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!

¿Qué mejor que pasar de San Valentín y desempolvar nuestras camisetas de Bullet For My Valentine? Unos días más tarde de la fecha señalada, celebramos el regreso de la banda a Madrid. Presentando su último álbum homónimo publicado en 2021, los galeses vinieron acompañados en esta ocasión de Atreyu y Jinjer, para ofrecernos una velada de contrastes y alta intensidad.

Así, los californianos Atreyu, a los que en pocas ocasiones hemos podido disfrutar en sala (¿alguien recuerda la gira conjunta con Unearth y 36 Crazyfists de 2010?) abrían la velada con su potente metalcore e insuperable presencia. Una energía desbordante que no pudieron contener ni recién estrenados en ‘Becoming The Bull’, segundo tema del concierto, donde vimos a Brandon Saller, ahora ya totalmente establecido como frontman de la banda, bajar al público y darse un paseo por La Riviera, que a pesar de la temprana hora, ya estaba bastante abarrotada.

Aunque fue un set bastante breve, los de Orange County supieron condensarlo muy bien con canciones como ‘The Time Is Now’, que caldeó la sala a base de puros pogos, o ‘Drowning’, uno de sus mayores temazos, evidenciando su buena actitud, su presencia, y también su humor sobre el escenario.

Foto Atreyu: Blanca Gemma Fuerte

Si bien parecía que ya se habían metido al público en el bolsillo con algún chascarrillo entre canción y canción, no fue hasta su intencionadamente interrumpida cover ‘I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me)’ que se ganaron oficialmente a toda una masa de fans, consiguiendo corear al unísono el popular estribillo de Whitney Houston. Despidiéndose con ‘Blow’ y dejándonos la sensación de haberse quedado cortos (es lo que tiene ser los primeros del cartel) daban paso a Jinjer.

A pesar de parecer una apuesta ganadora, esta vez (aquí llega el tono más personal de la crónica, muy a mi pesar, ya que la banda me sorprendió con su directo años atrás en Resurrection Fest), aquí pareció que Jinjer salían para ‘llegar y cumplir’. Probablemente este sea el punto amargo de la crítica, y es que Tatiana Shmailyuk y su banda dejó más que indiferentes a muchos de los presentes, con temas que se habían sucediendo sin demasiada chispa. Buena técnica, buen sonido, como si escucharas el disco en casa, pero después de la energía y calidez de Atreyu, la frialdad de Jinjer era devastadora. Muy poca interacción, una performance calculada y sobria y una cantante que aparentemente estaba incómoda a lo largo de todo el concierto con sus in-ears.

Foto Jinjer: Blanca Gemma Fuerte

Entre la oscuridad y dándonos en bastantes ocasiones la espalda, consiguieron despegar con ‘Who’s Gonna Be The One’ y ‘Copycat’, de su último álbum Wallflowers. Conmovedora y enfadada sonaba entonces ‘Home Back’, con una inevitable dedicatoria a Ucrania y una petición de paz, donde vimos despegar con mayor actitud a la banda, que progresivamente iba implicándose más en escena.

A pesar de ello, el apelmazado público no dudó en corear el nombre de la banda tras celebrar ‘Judgement (& Punishment)’ o ‘Vortex’, éxitos que los ucranianos evidentemente no pudieron dejar fuera de setlist. Desde luego no ofrecieron su mejor versión, pero con ‘Call Me A Symbol’ consiguieron animar algo más a un público dividido. Una constante, que comparando crónicas de su paso por Milán o Barcelona, llevan arrastrando en esta gira… ¿Se lo perdonamos?

Llegaba entonces el momento más esperado de la noche, con unos Bullet For My Valentine capaces de congregar a jóvenes veinteañeros, atraídos por ese perfecto equilibrio entre melodías agresivas, piezas melódicas y el componente pegadizo casi nunca ausente en sus canciones, y otro público más mayor, del que seguro la banda configuró ese entramado de grupos que les hizo vivir la ‘era emo’ de los 2000 en su adolescencia.

Foto Bullet For My Valentine: Blanca Gemma Fuerte

‘Knives’ daba paso a la banda con un contagioso fervor que se propagó por toda la sala, mostrándonos al guitarrista Michael Paget en plena forma desde las primeras notas del concierto. Una explosión con la que presentaban su disco homónimo de 2021 y que acababa de rematar ansioso Matt Tuck con ‘Over It’, de su anterior Gravity, animando a todos a saltar al son y calentar el patio.

Si bien el comienzo del set estuvo dedicado a canciones de los últimos discos, era bastante sorprendente ver cuán reactivo era el público a los temas menos conocidos de la discografía. De hecho, a pesar de las críticas (dada su vertiente más mainstream) los singles de Gravity gozaron también de muy buena acogida. La banda, a pesar de parecer haberse olvidado de Temper Temper de 2013, sacó a paseo casi todo lo mejor de su repertorio, mezclando hábilmente composiciones de toda su discografía sin hacernos perder la atención. Y es que casi veinte años más tarde, nadie se ha olvidado de ‘4 Words (To Choke Upon)’, y así lo demostraba una Riviera bien caldeada, que más tarde daba la bienvenida a la imprescindible ‘You Want A Battle? (Here’s War)’ o la balada ‘Hearts Burst Into Fire’.

Prácticamente a mitad de concierto, vimos volar a parte del público en un crowdsurfing que se sucedió hasta el cierre, celebrando el trío ‘The Last Fight’, ‘Scream Aim Fire’ y  ‘Sufficating Under Words Of Sorrow (What Can I Do)’ con unas guitarras inolvidables, tan frenético como disfrutable. Si la química entre los guitarristas ha sido algo característico del grupo desde sus inicios, la alternancia de voces Matt Tuck y el bajista Jamie Mathias no se queda atrás. Aquí no hay batallas de egos, y es que realmente sentimos una verdadera disposición en Tuck para compartir la luz con su compañero, que impresiona por su dominio de los gritos y su claro canto. La comunión llega a su apogeo en ‘All These Things I Hate (Revolve Around Me)’, donde el líder dejó en manos de Jamie iniciar en solitario una de las baladas insignia de la banda. Las miradas y sonrisas que se intercambiaron dicen mucho de esa nostalgia que inunda a todos, en comunión.

Foto Bullet For My Valentine: Blanca Gemma Fuerte

Recuperando el aliento durante un breve descanso, una avalancha de luces y destellos abordaban ‘Rainbow Veins’, mientras el público cantaba a pleno pulmón los coros de su estribillo, y ‘Don’t Need You’, tema que como el buen vino, se conserva excelente a pesar de los años. Anunciaban así el final del concierto, no sin antes despedirse con un foso latiendo al unísono en el atemporal ‘Your Betrayal’.

Clásico entre los clásicos, ‘Tears Don’t Fall’ garantiza la emoción más profunda de su directo, con la apertura solemne de Matt en solitario, al que más tarde se le uniría el resto de la banda. Y para terminar, la explosión de ‘Waking the Demon’ ofrecía el perfecto pretexto para montar el circle pit definitivo con el que decíamos adiós a la banda. Un final que garantizó la conquista de los allí presentes, demostrándonos una discografía extremadamente sólida y coherente, donde los hits del metalcore se mezclaron en perfecta armonía con los pasajes más sucios del último disco.

BLANCA GEMMA FUERTE