FECHA: 26 Y 27 DE ENERO DE 2024
LUGAR: ATENEU POPULAR DE 9 BARRIS (BARCELONA)
PROMOTOR: CKUD

Por asuntos que no vienen al caso, se me hizo imposible acudir a la primera jornada del festival Can’t Keep Us Down, pero en este enlace puedes ver algunas de las fotos que Eric Altimis tomó de bandas como Bonestorm, Golpe o Coherence.

La segunda jornada del festival arrancó a medio gas con la propuesta punk-rockera de Les Salvatges. Dos tercios de la banda son mujeres, pero el punk-rock primitivo y simple de este power trio quedó un poco justito para el nivelón que estamos acostumbrados últimamente. Nada que ver con lo que vendría después: Glitter atronaron al público con un edge metal super agresivo en la onda de Walls Of Jericho o todo lo que se cocía en el código postal H8000 de Bélgica. En este grupo la paridad hombres/mujeres caía al 50%, pero la voz gutural de la cantante compensaba el porcentaje. Ainize hizo méritos para coronarse como la Rosalía de la escena y cerraron su actuación con la brutal ‘No Hay Trato’.

Foto Glitter: Eric Altimis

La tercera banda de la velada eran Guillotina. Como tocaban death metal, al primer solo de guitarra que escuché decidí ir a cenar algo y a dar una vuelta por las paradas del merch. Porque eso nada tiene que ver con el hardcore. Más tarde, descubrí que Dynamite era el único combo que representaría a la youth crew de toda la noche. Este quinteto de Londres cumplió a rajatabla con todos los clichés de la vieja escuela del hardcore, emulando a Youth Of Today, Gorilla Biscuits o Wide Awake, pero lo cierto es que sonaron de maravilla. 100% energía positiva.

Foto Víbora: Eric Altimis

Lo de Víbora es complicado de definir. Sin duda, la propuesta más original del CKUD de este año al mezclar math metal, crust y doom. Este cuarteto de Vitoria se dejó la piel en el escenario del Ateneu Popular de Nou Barris, agradaron al público pero debo reconocer que a mi todavía me cuesta digerir y entender una propuesta tan enrevesada.

Foto Echo Chamber: Eric Altimis

La cosa se puso seria de verdad con Echo Chamber. Desde Alemania, su sonido me recordó mucho a los grandes combos de lo que se llamó en su momento eurocore: Knuckledust, Ryker’s, Do Or Die… Su combinación perfecta entre rapidez y brutalidad pasó como un bulldozer a través de nuestros oídos, alzándose temporalmente con el trofeo de la mejor actuación de la jornada. Hasta que aparecieron Restraining Order. Los cuatro de Massachusetts no tenían pinta de formar parte de una banda de hardcore: el cantante es un tirillas, el guitarrista parecía que se acababa de despertar, el bajista es un negro barbudo y al batería si le envías a un bosque a cortar leña fijo que se gana bien la vida. Pero cuando empezaron a tocar, su hardcore punk de raíces americanas (Black Flag, Circle Jerks, Minor Threat, Poison Idea) no tuvo rival ni descanso: el stage-diving fue una práctica non-stop durante la media hora que duró la descarga de Restraining Order.

Foto Restraining Order: Eric Altimis

Después de eso tocaba recuperar el aliento y la organización del festival tuvo el acierto de hacer un breve pero emotivo homenaje a Mauricio Melo, el reconocido fotógrafo de Snap Live Shots que falleció a mediados de diciembre. Estoy convencido que Mauricio hubiera estado encantado de fotografiar también lo que ocurrió durante la última descarga de la noche: era el turno de Magnitude. Los de North Carolina beben de las fuentes del beatdown hardcore de los años 90 (Trial, Indecision, Integrity) y jugaron con ventaja al contar con dos guitarristas; aquello parecía una apisonadora sonora y la gente se animó con los circle pits e incluso un par de veces invadieron el escenario. El Ateneu estaba repleto de gente desde pasada la medianoche, packed como dirían los yankees, y desde los costados del escenario la peña de la organización, los fotógrafos acreditados y los miembros de las otras formaciones no se perdieron ni un segundo de su bolo. Fue un gustazo ver así la respuesta de Barcelona a un festival hardcore como éste, y también lo fue presenciar cómo Gabi Edge por fin se podía liberar de tanto estrés organizativo y saltaba a la pila de gente que se había formado en el escenario mientras que Magnitude tocaban su último tema.

Foto Magnitude: Eric Altimis

El hardcore punk no es solo un estilo de música, se trata también de generar comunidad y participación. Y el CKUD sigue fomentando esos valores desde su primera edición. Este año he reconocido entre el público asistente a Montoro de Seeds of Hate/La Inquisición, a Jorge de Kids Of Rage, a Perri de Anal Hard/La Guadaña, a Iván de Backside Records, a Darío de Fuerza de Lucha/Sonotone, a Guillem de The Eyes, a Gregor de Ràbia Positiva/Nafra, a Joan de Cruzade Records e incluso a un actor que no recuerdo su nombre. A eso me refiero cuando hablo de comunidad.

JORDIAN FO