FECHA: 9 DE NOVIEMBRE DE 2024
LUGAR: LA SALA DEL WIZINK (MADRID)
PROMOTOR: PRIMAVERA SOUND
Por si no hubiera tenido suficiente con publicar uno de los trabajos que mejor acogida han recibido este año, Chelsea Wolfe se ha preocupado por recordarnos que estaba de vuelta. En estos últimos meses han aparecido dos EPs bajo la firma de la californiana (uno de remixes llamado Undone y otro titulado Unbound en el que revisa sus nuevas canciones en un formato más básico), haciendo que siguiéramos teniéndola presente hasta que llegara su esperada gira como artista principal.
Y es que a pesar de su creciente popularidad no había vuelto a visitar España desde el lejano Pain Is Beauty, por lo que la expectación por verla convocó a la plana mayor de aficionados a la música gótica de la capital. Todos acudieron a La Sala del Wizink (un local de mediano aforo anexo al pabellón ubicado en Goya que lleva en funcionamiento desde hace apenas un año) con sus mejores galas para rendir pleitesía a la musa de referencia dentro de los sonidos siniestros contemporáneos.
Como invitada al tour europeo, la telonera Mary Jane Dunphe dejó sensaciones desconcertantes a su paso por el escenario. Entiendo que es complicado salir a defender una propuesta solista durante media hora ante un público que te es ajeno y conseguir llamar su atención, pero me temo que la neoyorquina se pasó de frenada. Si bien se hizo acompañar de una guitarra en la inicial ‘Moon Halo’, no volvería a recurrir a ella durante el resto de su actuación, tirando de pistas pregrabadas y haciendo todo un despliegue de expresión corporal.
En un primer momento podía tener cierta gracia, pero según fueron pasando los minutos, aquello se fue tornando en algo cada vez más incómodo de ver. Sus bailes espasmódicos, pisotones a la tarima, volteretas, golpes de pecho con el micro y gritos fuera de lugar, hicieron que su música (una suerte de pop electrónico a medio camino entre Sinnead O’Connor y la primera Björk) pasara a un segundo plano. Desde luego no dejó indiferente a nadie, pero viendo lo disgustada que se sentía con sus in-ears y la bronca que le echó al técnico de sonido, uno no sabría decir dónde acababa la performance y empezaba el cabreo.
Por fortuna, poco tuvo que ver con lo que presenciaríamos durante la siguiente hora y media en cuanto las luces se apagaron dejando entrever las siluetas de Chelsea Wolfe y su tres acompañantes. ‘Whispers In The Echo Chamber’ sonó potente y amenazante con una nitidez brutal en su impacto. Le siguieron ‘Everything Turns Blue’, ‘House Of Self-Undoing’ y una ‘Tunnel Lights’ más reflexiva pero igualmente mortifera que contó con un inesperado y bienvenido guiño al ‘Zombie’ de The Cranberries. Como si de una escena de Blade se tratara, por momentos sentí que estaba en una discoteca gótica rodeado de vampiros
No hay duda de que Wolfe se siente cómoda con el material de She Reaches Out To She Reaches Out To She en el que ha abierto una nueva vía por la que el rock industrial y la electrónica tenebrosa se han colado en su peculiar universo. Ese mismo por el que a lo largo de su carrera también ha explorado el metal o el folk. Vertientes que quedaron representadas durante la parte central del concierto con ‘16 Psyche’ y ‘The Culling’ sacando a relucir su cara más contundente en contraste con la delicadeza intimista de ‘The Mother Road’ y una aclamada ‘Flatlands’.
Sin apenas detenerse, llegaba la acometida a la segunda cara de su último disco. Menos directa que la principal pero igualmente con momentos espectaculares como el trip-hop de ‘Salt’, la sobrecogedora ‘Place In The Sun’ o una descomunal ‘Dusk’ que clavó sus colmillos en nuestros cuellos con su electrizante solo. Volviendo a agarrar la acústica y rodeada de un hipnótico halo de luz naranja (mención especial al técnico responsable de la iluminación que supo vestir a la perfección la propuesta durante todo el bolo), ‘The Liminal’ hubiera sido el cierre perfecto a un repertorio prácticamente impecable. No hacía falta añadir nada más, pero aún así regresó junto a la banda para entregarnos una perturbadora interpretación de ‘Carrion Flowers’ a modo de despedida. Como buena hechicera, Chelsea Wolfe supo usar todas sus artes para embrujarnos como si Halloween hubiera durado una semana más.
GONZALO PUEBLA