FECHA: 29 DE NOVIEMBRE DE 2022
LUGAR: LA RIVIERA (MADRID)
PROMOTOR: LIVE NATION

Por mucho que lleven unos cuantos años disfrutando del reconocimiento a nivel de público (un tanto tardío, pero sin duda merecido), el caso de Clutch no deja de fascinarme. Cuando después de dos décadas de picar piedra parecían abocados a ser una banda de culto dentro del stoner rock, un discazo como Earth Rocker y un poderoso directo con el que iban ganando cada vez más adeptos a su causa, colocaron al grupo en un nuevo escalón del que todavía no han bajado.

Lo mejor de todo es que los de Meryland no han tenido que hacer nada realmente distinto a lo que ya venían practicando desde hacía tiempo. Eso ha permitido que su fiel base de fans haya ido aumentando sin que los más veteranos se sientan traicionados por tener que hacer ciertas concesiones. Al contrario. Estoy convencido de que justo ese perfil de gente normal y corriente amantes del rock de toda la vida es lo que les ha hecho conectar de forma tan intensa con buena parte de sus seguidores.

Seguramente la elección de los acompañantes para esta gira europea de presentación de Sunrise On Slaughter Beach tuviera bastante que ver con esa idea de mantenerse fieles a la escena que les vio nacer. Ahí estuvieron Tigercub desvirgando la cita ante una audiencia poco madrugadora. Ante semejante panorama, el trío de Brighton impactó por un sonidazo poco habitual para tratarse de un telonero. Lástima que su fórmula no resultara a priori tan llamativa. Si juntas a Queens Of The Stone Age con una pizca de Muse, ¿qué es lo que tienes?. Efectivamente: otra banda imitando a Royal Blood. Dejaron buenas sensaciones más por actitud que por la calidad de sus composiciones.

También podría acusarse a Green Lung de no haber inventado nada que no hayamos escuchado ya unas cuantas veces, pero la impresión fue algo distinta. Ya me habían recomendado en los días previos a este quinteto también británico, pero de verás que su puesta en escena me ganó. Un par de lonas con la imagen de una cabra que ya te aportaba la imaginería satánica-ocultista, una introducción de aires medievales y un guitarrista que parecía recién aterrizado del Woodstock del ‘69. ¿Desconcertante? Un poco, pero a la que comenzaron a atacar ese hard rock setentero con órgano incluido la sala empezó a ebullir.

Foto Green Lung: Blanca Gemma Fuerte

Liderados por un Tom Templar que demostró ser un frontman sobrado tanto de voz como de presencia escénica, fueron desgranando algunos cortes de su segundo largo Black Harvest (‘Old Gods’, ‘Graveyard Sun’, ‘Reaper’s Scythe’). Al contrario que muchas formaciones del estilo, esta peña sabe hacer canciones redondas de verdad. No me sorprendería que en breve todos los focos les señalen como the next big thing dentro de la escena. Gran descubrimiento.

En cuanto a los protagonistas del cartel, ya sabemos que con ellos pocas dudas suele haber a estas alturas más allá de un setlist siempre en constante rotación noche tras noche. Se echarán en falta las favoritas de unos y otros, pero me parece un puntazo de cara a quienes ya llevamos unos cuantos encuentros y desde luego lo hace más interesante que escuchar los mismos hits de siempre y cuatro nuevas del álbum que toque presentar. Al contrario que la inmensa mayoría, Clutch no funcionan así. Otro punto a su favor que es de agradecer.

Sin muchos preámbulos, los cuatro miembros tomaron posiciones y tantearon el ambiente con ‘Passive Restraints’ para acto seguido meter la quinta marcha. No me esperaba que dos temazos capitales como ‘The Mob Goes Wild’ y ‘Earth Rocker’ cayesen a las primeras de cambio. A partir de ahí, metidísimos en una actuación que solo aflojaba cuando el grupo se preparaba para acometer el siguiente tema. Sunrise On Slaughter Beach quedó bien representado por ‘Red Alert (Boss Metal Zone)’, ‘Nosferatu Madre’ y, mi preferida de esta última obra, ‘Skeletons On Mars’ y su solo de theremin. “Time to get weird”, bromeaba el siempre carsimático Neil Fallon.

Foto Clutch: Blanca Gemma Fuerte

Y si se trataba de rarezas, tampoco escatimaron en sacar a relucir algunos de esos deep cuts tan bien valorados de su catálogo como ‘(Notes From The Trial Of) La Curandera’, ‘Cypress Grove’, una alucinógena ‘Spacegrass’ o ‘The Wolf Man Kindly Requests…’ que para nada esperaba escuchar en la noche del martes. Es aquí dónde se vio la solidez de unos músicos que no brillan por su imagen sobre el escenario (Tim Slut, siempre encorvado sobre su guitarra, es la antítesis de lo que significa ser un guitar hero), pero que sin embargo clavan cada nota sin inmutarse lo más mínimo.

Al que sí noté esta vez un poco incómodo fue a Fallon. Puede que fuese solo una sensación mía, pero en algún que otro tramo le vi un tanto serio y hasta cansado. Eso sí, la procesión va por dentro y el barbudo cantante volvió a exhibir su catálogo de característicos movimientos a parte de gastar ese vozarrón arrebatador tan suyo. Tal vez iba con el piloto automático puesto, pero cuando ves a la sala venirse arriba en ‘D.C. Sound Attack!’, ‘X-Ray Visions’, ‘A Quick Death In Texas’, y por supuesto, perder todos los papeles con ‘Electric Worry’, te das cuenta que lo que a unos les cuesta todo un mundo conseguir, a otros con muy poco les sobra. Otra noche más en la oficina para estos currelas del rock and roll.

GONZALO PUEBLA