FECHA: 17 DE JULIO DE 2021
LUGAR: PARC DEL FÒRUM (BARCELONA)
PROMOTOR: HFMN
Con un repunte extremo de contagios en Catalunya, y todas las miradas puestas en los eventos con público tras el desmadre que supusieron la celebración de los tres festivales bendecidos por la administración (Vida, Canet Rock y Cruïlla) en una misma semana, reconozco que tenía mis dudas de que el concierto de La Inquisición y Crim en el Parc del Fórum llegara a celebrarse.
Afortunadamente se hizo, pero también es cierto que el celo bajo el que se intentó que se cumpliera toda la normativa (asientos asignados, mascarilla, no poder beber en la pista…) hizo que volviéramos al tipo de concierto del verano pasado y no a cómo esperábamos que serían en 2021. Una putada, pero en todo caso es lo que hay y toca portarse bien. Algo que hizo la mayoría del público, excepto cuatro tontos a los que hubo que llamar la atención varias veces desde el escenario ante la amenaza de que se iba a cancelar el show.
Claro, resulta complicado llamar al orden en el contexto de un concierto de punk rock, pero si se tiene un mínimo de empatía por los músicos y toda la gente que curra detrás de los focos, tampoco cuesta tanto ceñirse a las normas, y tener la recompensa de disfrutar de dos actuaciones como las que vivimos, o las que vengan en el futuro como The Baboon Show con The Capaces el próximo 29 de julio en el mismo escenario.

Ni el sol en plena cara, ni una pista todavía medio vacía (mucha gente prefirió quedarse en la terraza superior tomando cervezas) arrugaron a La Inquisición. El cuarteto barcelonés salió como un potro desbocado con ‘Stella Maris’ y ‘El Himno De España’ de su último disco Tenevrae. Pese a que ahora sólo había podido verles en salas pequeñas, el gigantesco escenario del Fòrum no se les quedó para nada grande, con las banda moviéndose y pegando saltos de un lado a otro. De ahí retrocedieron al pasado con ‘Febrero’ y ‘Verdadera Fe’ (con esa línea de bajo muy ‘Bro Hymn’) haciendo gala de su vena más punk rockera.
Sonido potente, la voz de Rubén rabiando con fuerza, y temas como ‘Todo Pasa’, la hímnica ‘1991’ o ‘Sangre Podrida’ fueron sus argumentos para firmar una gran actuación que cerraron con una ‘Rosa De Mort’ cuyo estribilllo («Amor y muerte en la ciudad / Barcelona es un cadáver junto al mar / Una mole varada a punto de reventar / Una rosa muerta que no acaba de brotar») sonó dolorosamente real.

Tras un descanso para hidratarse (la birra también hidrata ¿no?) y la brisa del mar acariciándonos agradablemente, Crim saltaron a escena con todo un torpedo como ‘Blau Sang Vermell Cel’ y su característico punteo de guitarra. La verdad, ver a más de mil personas personas coreando su estribillo fue suficiente para sentir un escalofrío al darnos cuenta de lo mucho que echábamos todo esto.
Público en pie y puños en alto para recibir ‘Benvingut Enemic’, ‘Una Cançó I Una Promesa’ y ‘Himnes Contra El Temps’. Y cuando pensabas que la cosa no podía ir a más te sueltan dos temarrales como la hipermelódica ‘Caiguda Lliure’ y ‘La Puta Copa Del Rei’. Ante tal avalancha no es extraño que en las primeras filas hubieran amagos de pogo, y la banda se viera forzada a llamar a la calma, pero desde luego eso no les hizo tocar con menos intensidad durante la hora siguiente.
Habrá quien piense que los de Tarragona son un tanto estáticos sobre las tablas, pero cuando cada canción como ‘Cavalls Morts’, ‘Hivern Etern’ o ‘Verí Caducat’, con la que cerraron el set, provoca espasmos, no hace falta mucho más. Los diez años que llevan a sus espaldas les permiten tocar con total seguridad y rotundidad, y maximizar toda la escencia de lo que es Crim. Para el bis dejaron dos balas de plata, ‘Pare Nostre Que Esteu A L’Infern’ y la primeriza ‘Castells De Sorra’, posiblemente la canción con la que muchos de sus ahora fans se engancharon a ellos.
Foto Crim: Eric AltimisDe no haber sido por las restricciones por la pandemia, es posible que hubiéramos podido ser testigos en directo de algunas de las colaboraciones que figuran en su último disco 10 Anys Per Veure Una Bona Merda; una pena, pero como ya dije en la crítica del disco, Crim demostraron una vez más que se bastan ellos solitos, y su arsenal de canciones, para dejarnos boquiabiertos en una noche que, pese a todos los condicionantes, fue tan emotiva como las de antes.
JORDI MEYA