FECHA: 14 DE NOVIEMBRE 2024
LUGAR: SALA TÓTEM (VILLAVA)
PROMOTOR: NOISE ON TOUR/BRING THE NOISE
Dentro de la vorágine en la que se ha convertido la música en directo, con gastos desproporcionados, colas virtuales e incluso precios dinámicos, nos queda el consuelo de disfrutar de packs de lo más jugosos. Una fórmula que han encontrado los promotores y las bandas para hacer más rentables los tours y que, por una vez, benefician al espectador. Y es que el combo formado por Dark Tranquillity y Moonspell prometía ser de lo más apetecible de este otoño si hablamos de giras de mediano aforo.
La letra pequeña la conformaban Hiraes y Wolfheart, bandas que nos hicieron ver el death melódico desde diferentes ángulos. Los alemanes, con un filtro más moderno y melódico, pueden recordar tanto a Arch Enemy como a Infected Rain por la voz e imagen de Britta Görtz, su frontwoman, mientras que los finlandeses, con una trayectoria bastante más longeva, hicieron honor a su país de procedencia con una versión más clásica y épica del género. Parapetados tras una colección de animales disecados y cornamentas como pies de micro, sonaron del todo poderosos en los temas de su reciente Draconian Darkness e invocaron un circle-pit en ‘Grave’, último antes de irse, retando al personal con la típica cantinela de ser el mejor público de la gira. ¡Ay, qué sería del metal sin sus tópicos!
Hay quien le sonara el nombre de Wolfheart como banda y luego estaba el resto de la audiencia, esa que lo reconocía por ser uno de los discos más representativos y míticos de Moonspell. Fueron, precisamente, temas tan primitivos como ‘Vampiria’ o ‘Alma Mater’ los que -crearon un ambiente sanguinolento y seductor- y finiquitaron una actuación realmente especial de los portugueses. Ya fuera por tratarse del primer concierto aquí en sus 30 años de historia, por el clímax que son capaces de crear ‘Opium’ y ‘Awake’ ya de entrada, o por la cercanía de Fernando Ribeiro comunicándose con nosotros -se aprovechó del idioma para apoyar a los afectados por la DANA y presentar de manera cálida cada tema- el quinteto salió victorioso redondeando una noche sobresaliente.
El repertorio también ayudó. Olvidándose de sus etapas más experimentales, las que comprenden Sin/Pecado, The Butterfly Effect o su último Hermitage, sin ir más lejos, este apostó sobre seguro tanto con temas agresivos y góticos de su carrera (‘Night Eternal’, ‘Finisterra’, ‘Everything Invaded’, ‘Nocturna’) como por un álbum como Extinct. En mi cabeza yo era el único bicho raro con él en un pedestal, y lo cierto es que la reacción ante ‘Breathe (Until We Are No More)’ me hizo ver lo equivocado que estaba.
El de Dark Tranquillity es un caso totalmente diferente. Creadores del sonido melodeath junto a At The Gates o Carcass, no han salido de la línea que lo delimita en sus tres décadas de historia. Sin embargo, han sabido sobreponerse a las tendencias y seguir hoy aquí, encabezando giras exitosas y presentando discos notables que no desentonan para nada dentro de su catálogo. Prueba de ello es la seguridad con la que despachan la mitad de Endtime Signals y son los temas clásicos, y no al revés, los que acaban de rellenar el set.
Con unas pantallas sencillas pero efectivas que proyectaban el arte de la banda, serían los colores de Damage Donelos primeros en entremezclarse con los del nuevo álbum. Semi-clásicos como ‘Cathode Ray Sunshine’ y ‘Hours Passed In Exile’ daban la réplica a ‘Shivers And Voids’ y ‘Unforgivable’ para intentar hacer entrar al (medio) aforo de la sala Tótem en calor. Una temperatura a la que, pese a la actitud profesional de la banda y las mil y un sonrisas del carismático Mikael Stanne, no se logró llegar del todo en casi ningún momento. Bien es cierto que ‘Atoma’, ‘What Only You Know’ o ‘Phantom Days’ capturaron la elegancia de su última etapa, y que ‘Empty Me’ (donde el teclado no lució del todo), ‘Final Resistance’ o ‘Therein’ siguen siendo piedras angulares del género, pero su actuación se sintió más plana que en otras ocasiones.
Quizá fuera el listón marcado por Moonspell minutos antes o la sensación de estar frente a una banda tan renovada que ya cuesta identificar -algo que también les pasó a sus coetáneos In Flames hace no mucho- lo que dejó su actuación en, simplemente, correcta. Y es que para cuando ‘Lost To Apathy’ y ‘Misery´s Crown’ demostraron ser capaces de levantar al personal en los bises, quizá ya era demasiado tarde.
JORGE AZCONA