FECHA: 2 DE FEBRERO DE 2024
LUGAR: SALA WOLF (BARCELONA)
PROMOTORES: AD ARMA, DEATH LABEL, HAMMER AGENCY, HGNT PRODUCTIONS
Darvaza forman parte de esa especie escasa y peculiar que, en directo, multiplica exponencialmente sus virtudes, hasta el punto de ser mucho más recomendables al desnudo, en vivo, que en su versión de estudio. Son una banda ejemplar a la hora de vaciarse sobre un escenario, dignificando el black metal para recordarnos que siempre, siempre, debe ser sinónimo de provocación, actitud y peligro. Cualquier oportunidad para verlos debe aprovecharse, y si llegan secundados por dos buenas propuestas locales, mejor que mejor.
Tras el infierno habitual de tener que aparcar en Barcelona nos plantamos en una sala Wolf con buen aspecto, aunque lejos del lleno o los agobios. Cómodos, disfrutamos del debut en casa de Sætaier. Con un seguro de vida como Labelua a la batería, una metralleta de contrastada solvencia en combos como Atrexial o Ered, entre otros, nos atropellaron con una velocidad muy Marduk y la puesta en escena que cabría esperar. Con otros miembros enrolados en Endeathed o Udûn, las tablas están aseguradas en un nuevo grupo que, seguro, nos dará mucho en breve.
Arkhaeth, antes conocidos como Mørknatt, hace ya tiempo que pegaron el estirón. Varios de estos tarraconenses también practican las artes negras en Cauldron o Necroracle, y eso se nota. Sin andarse con rodeos, nos mantuvieron atentos a todo su show con melodías incisivas, blasts certeros y las pinturas corporales acordes. Con canciones como ‘The Path Of The Scholar’, ‘Tyrannical Manifesto’ o la última ‘The Eternal Chant Of The Soulless Man’ pusieron sobre las tablas lo que hay que poner, y el resultado habló por sí solo.
Si la actuación de Darvaza de hace cinco años en el Catalonia Extreme Winter nos iba a servir como piedra de toque para esa noche, estaba claro que el grupo debía realizar el bolo del siglo para superarlo. Como era de esperar, aquello no sucedió, pero eso no quita que Omega y los suyos no nos vapulearan de lo lindo. Se intuía una presencia destacada de temas de Ascending Into Perdition, ese único disco que no llega a enamorarme por su pulcritud en la producción, y abrieron fuego con ‘Mother Of Harlots’. Wraath, noruego a la voz de currículum impresionante, ya dejó a las claras que no se andarían con bromas. Pose e histerismo al pie de micro muy Erik Danielsson, y una mirada desafiante, penetrante, a saber si espoleada por cierta sustancia estupefaciente.
Lo más increíble de Darvaza es que tienen cuatro frontmen. Puedes centrar tu atención en cualquiera de los músicos que configuran su esqueleto y verás a un tipo poseso, totalmente devoto de aquello que está atacando en vivo. El bajista no paró, arriba y abajo con su instrumento, y si a un guitarra se le hubiera caído la cabeza rodando de tanto headbanging al cesar la descarga, tampoco nos habría sorprendido.
‘The Barren Earth’, ‘This Hungry Triumphant Darkness’ (con la debida tos incluida), ‘Towards The Darkest Mystery’ o ‘The Silver Chalice’ fueron algunos de los puntales de Darvaza en la capital catalana, demostrando una vez más, pese a su escasa discografía, que están bien asentados entre la realeza del género maldito en directo. Terminaron y se largaron, sin saludos ni agradecimientos. Como debe ser en una banda de black creíble y real.
PAU NAVARRA