FECHA: 20 DE JULIO DE 2024
LUGAR: PARAL·LEL 62 (BARCELONA)
PROMOTOR: HFMN

Hace justo un año que a los fans de Descendents casi no dio un vuelco al corazón. Fue el 30 de julio de 2023 cuando a pocas horas de arrancar su gira europea en Barcelona, su mítico vocalista Milo Aukerman sufrió un leve infarto obligándoles a suspender toda su agenda en el viejo continente para ese verano. Un bajonazo grandísimo para todos, pero al menos nos quedamos con la promesa de que regresarían en cuanto fuera posible. Para nuestra suerte, los californianos son gente de palabra y doce meses después estaban de vuelta.

Colgando en letrero de “no quedan entradas” (algo que no ocurrió en 2023), el sábado noche en la ciudad condal apuntaba a una de esas veladas para el recuerdo. Aun así, el concierto parecía arrastrar cierto gafe ya que tampoco fue ajeno al caos informático que provocó la cancelación de varios vuelos durante el fin de semana. Los damnificados en esta ocasión fueron Bad Nerves, quedando atrapados en el aeropuerto de Gatwick sin poder embarcar en algún avión que les desplazara hasta la península. Una lástima, pero al menos nos queda el consuelo de saber que en diciembre les tendremos de nuevo por aquí.

Foto Serpent: Alex Belza

Afortunadamente, la promotora HFMN estuvo rápida de reflejos al incorporar sobre la bocina a los locales Serpent. Con lo puesto, salieron a hacer lo suyo que no fue otra cosa que descargar altas dosis de intensidad y crudeza a través de ‘Aquest Món Et Trencarà El Cor’, ‘La Por I l’Eufòria’, ‘Art Sang I Màgia’ y ‘Un Dia Normal’. Siempre he visto a los barceloneses como los primos hermanos en versión post hardcore de Crim, y debo señalar que esa sensación se amplía en directo. Salvaron la papeleta con nota pasando el relevo a otros viejos conocidos de la afición.

G.A.S. Drummers vendrían a ser una especie de cometa Halley dentro del punk rock patrio, ya que uno nunca sabe cuándo volverán a pasar por su ciudad. A veces su actividad brilla con mayor intensidad, otras es más intermitente… Pero cuando se ponen en serio, siempre lucen en cualquier situación. Andaban los gaditanos celebrando su 25 aniversario, por lo que el setlist fue un equilibrado paseo por toda su trayectoria. Desde aquellos tiernos comienzos patineteros (‘Back To Innocence’, ‘Grey Words’, ‘Miamized’), pasando por una era intermedia en la que se arrimaron con acierto al power pop de corte americano (‘July Graves’, ‘Teenge Wasteland’), hasta llegar al último (y ya lejano) We Got The Light de 2013. La pandilla de Dani Llamas demostró aguantar el tirón del paso del tiempo con la energía contagiosa de siempre. Ojalá culminen este cumpleaños con nuevo material de estudio. Falta nos hace.

Foto G.A.S. Drummers: Alex Belza

Como si estuvieran dispuestos a meternos en un Delorean para llevarnos de vuelta a los 90, Descendents decidieron apostar por la sencillez hasta las últimas consecuencias. A la vieja escuela, sin telón de fondo, juegos de luces u otros trucos escénicos, el combo de Manhattan Beach apareció con unos campechanos Milo Aukerman y Bill Stevenson a la cabeza, recordando su “incidente” del año anterior. Tras quitarle hierro al asunto, tomaron posiciones para arrancarse con ‘Feel This’ y una ‘Hope’ que acabaría por meter la quinta marcha.

A partir de entonces, Paral·lel 62 se convirtió en un campo de batalla dónde diluviaban minis de cerveza, se surfeaba sobre cabezas ajenas sin cesar y el respetable cantaba cada estribillo de memoria como si fuera una fórmula matemática. En definitiva, un estallido colectivo de felicidad por estar presenciando al fin a una de nuestras bandas de punk rock favoritas en la intimidad de una sala.

En la mejor tradición del libro de estilo de los Ramones, apenas hubo concesiones para tomar aire o echar un trago. A modo de ráfagas, fueron disparando todo el arsenal que llevaban encima. Podían ser las canciones de hardcore melódico de alta velocidad (‘Everything Sucks’, ‘I’m Not A Punk’, ‘Rotting Out’, ‘I Don’t Want To Grow Up’), las urgentemente rápidas (‘I Like Food’, ‘Weinerschnitzel’, ‘Coffee Mug’), o incluso intrincados ejercicios que tonteaban con el progresivo, caso de ‘Van’.

Foto Descendents: Alex Belza

Pero las más celebradas fueron, sin lugar a dudas, aquellas gemas con las que llegaron a acuñar el término pop punk. Hablo de composiciones ridículamente perfectas como ‘Clean Sheets’, ‘Nothing With You’, ‘Without Love’, ‘When I Get Old’, ‘I’m The One’ o ‘Smile’. Entre todas ellas se condensan las tres grandes temáticas por las han circulado sus letras: las relaciones sentimentales con el sexo opuesto, el inexorable paso del tiempo y la obsesión por la comida rápida. Un catálogo por el que muchas formaciones se dejarían cortar un brazo (puede que incluso dos).

Cargado con su cantimplora y luciendo esa pose tan entrañable de nerd veterano, Milo capitaneo pletórico de voz la ofensiva desde la primera línea de batalla. Que en la retaguardia le cubrieran las espaldas tres verdaderos jefes en lo suyo como Stephen Egerton, Karl Alvarez y el genio en la sombra que es el grandullón de Bill Stevenson (impecable dirigiendo el cotarro desde su kit con una sobriedad que ya quisieran para sí muchos baterías de hardcore), también ayuda. Podrían salir solo ellos y muchos seguiríamos dispuestos a pagar el precio de la entrada.

Foto Descendents: Alex Belza

Pasada una hora en la que se ventilaron sin pestañear una treintena de cortes, ‘Good Good Things’ inauguró el encore al tiempo que cedió espacio para otras rarezas como ‘Grudge’ y ‘Get The Time’, con la que bajaron la persiana sonrientes y empapados de sudor al igual todos los presentes. Seguramente conscientes de que, aunque les había llevado tiempo, finalmente habían saldado una gran cuenta pendiente con el público español. Brindemos con café porque no sea la última.

GONZALO PUEBLA