FECHA: 18 DE ABRIL DE 2024
LUGAR: RAZZMATAZZ (BARCELONA)
PROMOTOR: DOCTOR MUSIC
Doble noche en Razzmatazz y doble cartel de entradas agotadas. Nada sorprendente si tenemos en cuenta que Die Antwoord se habían retirado temporalmente de los escenarios hace ya un lustro y que estas eran sus únicas fechas en la península. Además, tras sus anteriores visitas a festivales, era una ocasión inédita para comprobar cómo se manejan en las distancias cortas. La respuesta rápida es que, como muchos grupos de rock, en formato club su propuesta luce con energías renovadas, más contundente y punk, si cabe. Las referencias a estilos sustentados en las guitarras no son gratuitas: su rap-rave de ensamblaje electrónico resulta igual o más contundente que muchas otras apuestas a priori más orgánicas o electrificadas. Y es que si de algo anda sobrado el dúo sudafricano es de groove y presencia escénica.
También de actitud macarra y desafiante, gestada en sus orígenes como portavoces simbólicos de los desterrados y marginales orgullosos de serlo. Un discurso antisistema algo domesticado que convive en tensión con cierta aura de estrellas marcianas; contradicción potencial que, con todo, resulta más convincente que contradictoria.
Con aspecto de Fu Manchú cyberpunk y tatuajes carceleros a lo Max Cady, la desgarbada silueta de Ninja, recortada frente a un amasijo de tótems hinchables, nos dio la bienvenida al ritmo de la tribal ‘Fatty Boom Boom’, al que no tardó en sumarse una pizpireta Yolandi Visser con capucha de chándal, facciones alienígenas y su registro agudo característico. Viéndolos de cerca, bien podrían haberse escapado del set de rodaje de Elysium o Mad Max.
Consideraciones estéticas aparte y secundados por el dj A-God y una bailarina hipervitaminada, el repertorio dio buena cuenta de su ya generosa acumulación de hits, de ‘Ugly Boy’ a ‘Baby’s on Fire’ o ‘I Fink U Freeky’. Faltó quizás algo más de cuerpo en los graves, pero poco pareció importarle a una audiencia entregada desde el minuto uno a su rave postapocalíptica. Ante el ocaso inevitable, hedonismo sin freno. Así parecieron gritarlo en ‘Banana Brain’, ‘Pitbull Terrier’ o ‘Happy Go Sucky Fucky’.
Visto lo visto en la primera de las dos citas barcelonesas y a la espera de su nuevo disco previsto para finales de año, Die Antwoord han resucitado, como reza el nombre de su actual gira, Reanimated Tour. Y de qué manera. Caminando cual mesías distópico sobre un mar de extremidades bañadas en sudor, Watkin Tudor Jones lideró con ‘Enter the Ninja’ un clímax con la dosis justa de épica; culmen y contrapunto al incendio que provocaron en la pista de baile durante la hora anterior. Un destello en la oscuridad del fin del mundo que tanto podría obedecer a un nuevo mañana como al fulgor de la supernova que arrasará con todos nosotros.
DAVID SABATÉ