FECHA: 3 DE FEBRERO DE 2023
LUGAR: SALA WOLF (BARCELONA)
PROMOTOR: BLACK MATTER PRODUCTIONS

Dos o tres veces al año, un concierto de black metal se convierte en un evento social y de pronto un montón de gente que no sabes ni de dónde sale te llena una sala, ahí, forzando la cara de malote y luciendo sus nuevos trapitos del EMP. De ello se beneficiaron Umbraeternum, la formación que abrió la velada ante un recinto ya de lo más concurrido.

Presentando su primer álbum El Presagio De Una Gran Tragedia, los madrileños se dedicaron a tocar sin salirse del guion, aunque resultando algo estáticos para mi gusto. Los rasgados de Insa-Fernus al micro lograron captar mi atención, mucho más que sus demás registros, y no se puede negar que consiguieron mantener al público atento a su descarga. Dejaron el escenario calentito para unos Fogos que dieron la gran lección de adrenalina del día.

Foto Fogos: Eduard Tuset

Son demasiados asuntos los que me unen a los catalanes, pero igualmente, estoy seguro que esa tarde se ganaron una buena cantidad de seguidores en la Wolf. Atacando sin compasión su debut Corpses And Ashes, Croma Lan Ro le dio al blast beat… y ya no pararon. Casi que tomándose un único respiro en el inicio de ‘Mortis’, lo demás sólo fue devastación con un sonido excelente. Si te van los 90, los primeros Dark Funeral, o Marduk y 1349, ni te lo pienses.

Volvemos a la idea del evento social y añadimos el problema de las charletas, ya un mal endémico en Barcelona… Entre la papa exagerada que llevaban algunos y los selfies de otros, muy complicado meterse en la atmósfera que Djevel intentaron importar a Catalunya. Y por supuesto, lo que escupieron las PAs no ayudó. De hecho, hasta bien pasado el ecuador de su concierto aquello no empezó a sonar como debía, pasando por una montaña rusa en la que, inexplicablemente, su primera canción crujió de una forma bastante más placentera que la tercera o la cuarta.

Claro, tú te pinchas en casa Naa Skrider Natten Sort y luego esperas un show de sonido estudiado, melancólico y gélido, nítido a su manera, pero lo que tuvimos fue raw black metal en toda regla. Por supuesto que distinguimos las canciones, pero tuve la sensación de estar ante otros Djevel.

El hecho de no usar ningún tipo de luz o foco tampoco me erizó el vello. No sé, he visto a Ascension tocar en París también sumidos en la penumbra absoluta, pero con cientos de velas tintineantes sobre las tablas, y aquello sí dio auténtico pavor.

Foto Djevel: Eduard Tuset

Así que al final tuvimos un show que logró trasladarnos a esos bosques y esa escarcha solamente en momentos muy puntuales, por lo que en demasiadas ocasiones lo único que obtuvimos fue una retahíla de riffs genéricos que no alcanzaban clímax alguno.

No fueron Darvaza, ni Darkened Nocturn Slaughtercult, y tampoco Tsjuder. Viéndolos allí plantados, servidor hasta llegó a preguntarse qué sería de esta banda si no tuvieran al controvertido Faust a la batería o no procedieran de Noruega. Simplemente aceptables.

PAU NAVARRA