FECHA: 20 DE MAYO DE 2023
LUGAR: RAZZMATAZZ 2 (BARCELONA)
PROMOTOR: DOCTOR MUSIC
La última vez que Ice Nine Kills pisaron España lo hicieron en calidad de teloneros de Papa Roach en un Razz abarrotado donde muchos se quedaron con las ganas de disfrutarlos en su versión extendida. Tres años, una pandemia y un cambio de sala y fechas después, la banda de Spencer Charnas y Jeremy Schwarts regresaba a Barcelona como cabezas de cartel de su The Wurst Vacation tour para interpretar los temas de The Silver Scream 2: Welcome To Horrorwood, otro notable homenaje del grupo a películas y personajes míticos del cine de terror en clave metalcore.
La formación de Boston volvió a hacer gala de una puesta en escena teatral que aunque es claramente su mayor reclamo también puede alejarles de aquel sector que priorice lo estrictamente musical. Para los rezagados que aún no les conozcan, su propuesta grandguignolesca se basa en representar las clásicos del género que dan nombre a sus temas mediante vestuario, máscaras y la recreación de escenas icónicas del imaginario del horror en un show milimetrado que no deja especial margen a la improvisación. Aún así cabe decir que para los fans del terror es un espectáculo imprescindible dirigido por un frontman que domina en lo vocal, en presencia y en la originalidad de unas letras cargadas de humor negro. Pillad las palomitas que empezamos.
Razz 2 lucía una entrada media cuando los tailandeses Defying Decay arrancaron la noche pasada la hora marcada mientras aún se escuchaba en los aledaños a los fans de El Drogas haciendo la previa a la espera de su homenaje a Barricada en la sala contigua. La multitudinaria y joven banda de Bangkok, a priori los más desconocidos de la velada, desplegó su metal alternativo old school con ganas de aprovechar cada minuto con intensidad en un repertorio con temas como ‘The Law 112: Secrecy And Renegades’ o ‘Ghost’ breve pero cargado de energía. Un sonido en el que a veces resonaba Linkin Park, otras Story of the Year, y como cierre My Chemical Romance en una versión de ‘Welcome to the Black Parade’ que calentó el corazón emo del público congregado con un disparo de nostalgia.
Sin explicación previa Skynd siguieron a los asiáticos en el turno de unos Landsdowne que supuestamente fueron baja en Madrid y Barcelona por imprevistos con el transporte. El rock oscuro e industrial de la banda australiana fue sin lugar a dudas la sorpresa más estimulante de la noche. Corregidme si me equivoco, pero no había visto nunca a una banda cuya propuesta musical se basara estrictamente en casos reales de homicidios, suicidios y asesinatos en masa. Su llamada “música criminal” se despliega hipnótica en el escenario a través de su base rítmica pesada con uso de sintetizadores y una estética cyberpunk sombría que tiene su máximo exponente en la figura de su vocalista Skynd.
Cuando la ves y la escuchas una vez, es imposible apartar los ojos de ella, las continuas modulaciones de voz y sus estudiados movimientos robóticos son extrañamente adictivos. Sonaron impolutos temas sobre ‘Richard Ramírez’, el acosador nocturno, ‘Michelle Carter’, la chica que indujo a su novio al suicidio en un coche, la masacre de ‘Columbine’ o el suicidio colectivo de Jonestown en ‘Jim Jones’. La sala se rindió en aplausos, la noche del terror no había hecho más que empezar.
Con el ‘Red Right Hand’ de Nick Cave and the Bad Seeds (un clásico de la saga Scream y tema principal de la serie Peaky Blinders), Ice Nine Kills irrumpió en escena pasadas las nueve y media de la noche invocando a los psychokillers más emblemáticos de la historia del cine. Uniformados con traje y corbata emulando la cínica elegancia de Patrick Bateman, psicópata americano por excelencia y uno de los mayores referentes de Spencer, arrancaron el prólogo de su particular película desde el cementerio de animales de ‘Funeral Derangements’. De la pala en mano para desenterrar lo que nunca debió morir pasaron a los taladros y las motosierras en un viaje a la Europa siniestra de la Hostel de Eli Roth con ‘The Wurst Vacation’, tema que tiene juegos de palabras tan brillantes como “A day to dismember”.
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Compactos y enchufadísimos desde el primer minuto siguieron con uno de sus últimos singles con más pegada, un ‘Hip to Be Scared’ en el que colaboran con Jacoby de Papa Roach y que guiña el ojo al pop-rock de ‘Hip To Be Square’ de Huey Lewis & The News de los 80. Con un público (mayoritariamente joven) entregadísimo a la historia, contactaron con los deadites de Posesión Infernal en ‘Ex-Mørtis’ mientras el cantante paseaba por el escenario el Necronomicón y la icónica mano-motosierra de Bruce Campbell. Y de Ash a Pennywise con ‘IT Is the End’, que se recibió como una auténtica fiesta, no en vano era uno de los temas más esperados. La máscara de payaso, la bocina, el pequeño Georgie vestido con su chubasquero amarillo sosteniendo un globo rojo en busca de su barquito…, no faltaba nada, saben perfectamente trasladar a escena los elementos más reconocibles de los clásicos del terror. Pero no solo eso, la ejecución musical está perfectamente coordinada con el show y lo clavan en una sola toma.
En ‘Communion of the Cursed’, Spencer se transformaba en el padre Karras para exorcizar crucifijo en mano a una actriz metida en el cuerpo de Reagan minutos antes de enfundarse el guante más famoso de la historia del cine de terror para rendir homenaje a Freddy Krueger en ‘The American Nightmare’. Cada estribillo era coreado al unísono, cada breakdown derrochaba adrenalina y cada performance era celebradísima. Me gusta pensar que muchos de los chavales presentes han descubierto clásicos del cine gracias a la original propuesta de la banda. Que se pusieron Psicosis después de escuchar ‘The Shower Scene’ y ver cómo la banda escenificaba el apuñalamiento en la ducha más famoso de la historia, o que han conocido a Chucky y la magia de los muñecos malditos en el cine gracias a ‘Assault & Batteries’.
La secuencia final de la noche empezó bajando revoluciones con la balada de El Cuervo en ‘A Grave Mistake’, para remontar de nuevo en un viaje directo a la América sucia de Texas con ‘SAVAGES’ y el baile de la motosierra de Caracuero. Se acercaba el final pero aún quedaba tiempo para sentir el afilado garfio de Tony Todd en Candyman en la demoledora ‘Farewell II Flesh’ y volver a Haddonfield con Michael Myers en uno de los mejores temas del grupo, ‘Stabbing In The Dark’.
El cierre llegó con un amago de bis con prisas (luego nos enteramos que Spencer se fue directo al Poble Espanyol a ver la despedida de NOFX) que precedió al último tema de la noche, una ‘Welcome To Horrorwood’ que funcionó de fin perfecto para aunar en hermandad musical a los adictos al terror mientras el entregado frontman se despedía de Barcelona subido a brazos de un público vigilado desde el escenario por dos figuras siniestras con máscaras. Un espectáculo que deberías ver al menos una vez en tu vida. Un 4 de 5 en Rotten Tomatoes. The end.
SANDRA ASTOR