FECHA: 24 DE AGOSTO DE 2022
LUGAR: RAZZMATAZZ 3 (BARCELONA)
PROMOTOR: NOISE ON TOUR
Hay carteles de gira redondos, pero a veces te sobran los teloneros. En cambio, en otras ocasiones, éstos son tan selectos que lo que te da pereza es la banda principal. Y en muy pocas, que una formación nos visite sola, como en el caso de Imperial Triumphant, casi que es un punto a favor. Te sometes a su avalancha experimental, y hala, aquí paz y después gloria.
Barcelona no pudo colgar el cartel de ‘todo vendido’ como el día antes en Madrid, pero Razz 3 estuvo bien nutrida de un público variopinto, peculiar, alimentado a base de metaleros extremos, modernos y alguna tonadillera. Con veinte minutos de retraso y tras el lamentable espectáculo de una asistenta que perdió los estribos con el pobre camarero, que hacía lo que podía, los enmascarados de Nueva York tomaron el escenario para empezar a aplastarnos.
Lo primero que me llamó la atención es que, sólo gesticulando, se puedan adivinar las intenciones de unos tipos sin rostro. Un poco como pasaba con Ghost… Era evidente que Steve Blanco tenía ganas de juerga y no paró ni un momento de desafiar a la gente con su bajo. Esas notas sueltas que lanzaba sin compasión… Cómo estallaban cual relámpago recorriendo nuestro sistema nervioso.
El show del trío iba a ser más una descarga de sensaciones que de canciones, porque por lo menos servidor ya sabía que sus temas iban a sonar muy distintos en directo. Muchos sampleados estuvieron presentes, pero desde luego resulta imposible replicar esa cantidad de efectos, voces y coros en vivo sin caer directamente en el fake. Por el camino se iban a perder muchos detalles, estaba claro. Incluso hubo quien se quejó del sonido, aunque donde estaba yo situado todo se escuchó perfectamente. Y cuando le daban al turbo, te peinaban para atrás.
Mola que Imperial Triumphant no se tomen muy en serio, como ya demostraron en vídeos como el de ‘Merkurius Gilded’, que por cierto interpretaron. Por suerte ya me habían puesto sobre aviso de los baños de cava o champán con los que suelen obsequiar a las primeras filas, y ese paseo que se dio Blanco entre la gente, con la pala del mástil lanzando destellos rojos, también fue un aciertazo. Con ‘Chernobyl Blues’ nos dejaron planos.
El concierto de los estadounidenses fue una experiencia más bien freak, que ni me encandiló ni me decepcionó. Es muy probable que su puntuación final hubiera ganado enteros si se hubieran estirado un poco más sobre las tablas. Seguramente vinieron con el set de los festivales, así que brindis, bis con ‘Swarming Opulence’, y adiós. Tiene que ser horroroso tocar con esas túnicas y el rostro cubierto en agosto, pero qué queréis que os diga… Venirse solos y no estar ni una hora en el escenario me parece echarle un poco de morro. ¿Qué les costaba tener preparado un temilla extra para las salas?
Imperial Triumphant viven en su propio planeta, y para ellos vuelven a ser los felices años 20.
PAU NAVARRA
