FECHA: 7 DE MAYO DE 2022
LUGAR: SALA MON (MADRID)
PROMOTOR: NOISE ON TOUR
Ahora sí, ya no hay vuelta atrás. Uno echa un vistazo a la agenda y vuelve a sentir esa mezcla entre emoción y agobio ante la avalancha de conciertos y festivales que se nos viene encima en las próximas semanas y meses. ¡Cuánto lo hemos echado de menos!
Con las restricciones por la pandemia dando sus últimos coletazos, la actividad conciertil parece ya imparable. Incluso la sobresaturación de eventos que se han ido retrasando durante estos dos años está llevando la situación al borde del colapso. Un bendito problema para el público, pero todo un quebradero de cabeza para aquellas promotoras que las han pasado canutas para sobrevivir en esta época.
Noise On Tour, con el Kristonfest a la cabeza, es sin duda una de las que más ha visto peligrar su continuidad. Obviamente, el cartel programado inicialmente para 2020 ha sufrido diversas mutaciones hasta llegar al presente dónde nos encontramos dos jornadas distribuidas en dos fines de semana consecutivos. Una estrategia, la del más es más, puesta en práctica por muchos otros festivales que está por ver si acabará surtiendo el efecto deseado.
A su favor, el Kriston cuenta con una base de fieles más que consolidada a lo largo de los años. Y a pesar de que esta edición no disponía de nombres tan reconocibles cómo lo fueron Monster Magnet o The Hellacopters en otras ocasiones, el line up de este primer fin de semana era lo suficientemente atractivo para cualquier amante de los sonidos densos. Trasladándonos de La Riviera a la sala Mon, la programación se concentró tan solo en tres bandas en lugar de cinco como estábamos acostumbrados hasta ahora. Ningún problema, ya que uno empieza a necesitar dosificar las fuerzas ante este tipo de situaciones.
Quienes no se guardaron nada fueron Atavismo. No es habitual ver en el Kristonfest a bandas nacionales y los de Algeciras se encargaron de justificar con creces su participación. Hacía bastante tiempo que no volvíamos a encontrarnos con ellos, pero ni el parón por la pandemia ha hecho que pierdan una pizca de poderío.
Faltó su teclista Koe (ausente por COVID), pero sus compañeros se las apañaron para hipnotizarnos haciendo un repaso de lo mejor de su catálogo. La marciana ‘Blazava’ nos sumergió en un trance del que ya no fuimos capaces de escapar. ¿Cómo hacerlo ante el groove infeccioso de ‘La Maldición Del Zisco’, la imponente belleza de ‘Kraken’ o una ‘Pan Y Dolor’ que sacó a la luz sus raíces andaluzas en versión psicotrópica? Presentaron un tema nuevo que una vez más nos dio la razón a quienes pensamos que esta peña es de lo mejor que tenemos actualmente por aquí. Impacientes estamos ante ese próximo álbum que, como ellos mismos nos comentaron, todavía está en el horno.
Si Atavismo ya colocaron el listón bien alto, Slift lo situaron a una altura inalcanzable para cualquiera que se atreviera a salir después de ellos. Hay que apuntar que el trío francés ha pasado de haber cancelado sus fechas en salas pequeñas para 2021 a encontrarse con una de mayor capacidad prácticamente llena. Aprovecharon la oportunidad y de qué manera. Basándose en su último disco, Ummon, nos noquearon con el primer riff y ya no pararon de percutir a lo largo de una hora que se pasó volando.
Ver su disposición sobre las tablas (alineados con el kit de batería en el centro y apoyados por unos visuales no aptos para epilépticos), no hizo sino reforzar esa sensación apabullante de estar siendo arrollados por un tren de mercancías. Fiestón con pogo incluido en la tremebunda ‘Lions, Tigers & Bears’ a modo de traca final que les acabó proclamando como vencedores absolutos de la noche. Si buscan en el diccionario francés la definición de heavy psych seguro que aparece una foto de los de Toulouse.
Muchos temíamos que Witchcraft fuesen incapaces de replicar semejante vendaval. Y efectivamente así fue. Algunos llevábamos años esperando el momento de cazar en vivo el proyecto del esquivo Magnus Pelander. Un tipo que confirmó esa impresión de ser alguien capaz de lo mejor y lo peor. Con un aspecto un tanto desaliñado arrancó de forma dubitativa dando cancha en mayor parte a las canciones de Nucleus, su última obra hasta la fecha si no contamos esa broma de mal gusto titulada Black Metal de la que afortunadamente no sonó ni una nota.
Su concierto tuvo varios problemas, comenzando por esos fallos técnicos en un micrófono al que Pelander no paró de maldecir haciendo peligrar la viabilidad del bolo. Tampoco sus acompañantes (una sección rítmica cumplidora pero carente de presencia escénica) acabaron por aportar gran cosa a una actuación cuyo pesó recaló sobre los hombros de Magnus. A su favor, hay que señalar que se mostró más que sobrado tanto a las voces como a la guitarra.
Igualmente se echó en falta un segunda hacha para dinamizar un setlist excesivamente rocoso que solo se animó en la recta final recuperando clásicos de su mítico debut homónimo como ‘No Angel Or Demon’, ‘Her Sisters They Were Weak’ o la propia ‘Witchcraft’. Un cierre que ayudó a dejar un mejor sabor de boca, pero que evidenció que la carrera de la banda está muy mal gestionada para todo el talento que guarda su líder. No fue el desastre que algunos auguraban, pero tampoco el concierto con el que muchos habíamos estado soñando durante tanto tiempo.
Aún con todo, este primer sábado del Kristonfest demostró que el evento sigue fuerte y con buena salud. De repetir una convocatoria similar este próximo fin de semana con Earthless y Stöner como principales reclamos, no debería haber problema para asegurar su presencia en la capital un año más. Confiamos en estar allí para contarlo.
GONZALO PUEBLA