FECHA: 23 DE NOVIEMBRE DE 2023
LUGAR: LA 2 DE APOLO
PROMOTOR: BRING THE NOISE
Había ganas de ver este pack de bandas con predominancia del hardcore. No siempre tienes la oportunidad de ver un cartel como el que nos esperaba en la sala 2 de Apolo. Guilt Trip, Justice For The Damned, Sylosis y Malevolence prometían darnos lo nuestro a base de guitarrazos entrecortados y breakdowns para hacer las delicias de la gente que goza dejándose la piel en el pit.
Eso sí, en días laborales estos carteles tan nutridos complican la vida a la mayoría de mortales, pues obliga a “culebrear” en el trabajo para no perderse a ninguna banda. Rozando el larguero, llegué a tiempo para presenciar -aunque ya había empezado- el bolo de Guilt Trip. Enormes en la ejecución, estuvieron algo estáticos en el escenario, supongo que por el poco espacio hábil por el set de los cabezas de cartel; una tónica de las tres bandas que precedieron a Malevolence. No dejaron títere con cabeza repasando su último disco Severance, y el público se entregó de lo lindo en los pogos, llegando al clímax con ‘Thin Ice’ con la que acabaron el la actuación. Justice For The Damned tienen más experiencia y no dejaron comunicarse con los fans desde el inicio. Los australianos desplegaron toda su magia hardcoreta, con mucha simpatía, lo dieron todo en una actuación corta y contundente.
Llegó la hora de Sylosis. No puedo negar que tenía mucha curiosidad por ver cómo se manejaba Josh Middleton tras su salida de Architects, en su proyecto personal. También tenía curiosidad por cómo iba a encajar una banda más escorada al metalcore técnico, en un cartel plagado de hardcore. Y la verdad es que actitud no les faltó a los ingleses. Sonido apabullante desde el principio, con un Middleton en el papel de líder indiscutible, amo y señor del escenario.
El cuarteto repasó sus dos últimos álbumes, en especial su reciente A Sign Of Things To Come mucho más directo que sus primeros trabajos, encajando a las mil maravillas con lo que demandaba la noche. Las “sorpresas” las pusieron con ‘The Blackest Skyline’, ‘Sands Of Time’ y ‘ Worship Of Decay’ de la etapa pre-Architects por decirlo de alguna manera. Middleton demostró tener un dominio de las seis cuerdas envidiable, que te deja con la sensación que ha estado muy desaprovechado en su etapa anterior. Cerraron su actuación con una atronadora ‘Deadwood’ dejándonos con ganas de más. Buena señal.
Malevolence, tras su breve concierto abriendo para Heaven Shall Burn y Trivium en febrero -en el que ya nos adelantaron que volverían muy pronto- estaban dispuestos a demostrar el hype que han vivido, al menos en Gran Bretaña. Su hardcore permeable a influencias del groove metal e incluso con alguna pincelada sureña resulta muy atractiva y los hace sobresalir del gran número de grupos del estilo.
Pero vamos al turrón. La puesta en escena emulaba vallas callejeras, juego de luces que parecían sirenas de las fuerzas de la ley y el orden, y los cinco de Sheffield encima del escenario tenían una presencia imponente. Desde el principio, Alex Taylor se mostró de lo más comunicativo con el público, animándole a hacer circle pits, a que disfrutaran de la actuación y que sobre todo se cuidaran los unos a los otros y no se hicieran daño.
Tras abrir con ‘Malicious Intent’, pasaron como una apisonadora por encima de la gente que estaba en la pequeña de Apolo -que finalmente, acogía algo parecido a tres cuartos de entrada-. El pit no sé quedaba atrás, y tras la arenga de Taylor se entregaron al máximo en el mosh con ‘Still Waters Run Red’, a la que siguió una brutal ‘Self Supremacy’ desbordándose la locura absoluta.
Malevolence quiere ir más allá de su escena, lo demuestran temas como ‘Higher Place’ con la que el público desplegó mecheros -los más old school– y móviles en el aire para acompañar la balada. Tras ese momento épico, hubo repaso a su primer disco con ‘Serpent’s Chokehold’ y ‘Condemned To Misery’. La locura ya era imparable y así seguiría hasta el final del concierto, solo rota por un solo de batería absolutamente anticlímax… pero bueno, los baterías también tienen derecho a su momento de gloria.
Con ‘Keep Your Distance’ acompañados por un Guilt Trip a las voces y ‘On Broken Glass’ cerrarían algo más de una hora de concierto. A pesar de la duración y salir de la sala en horario casi infantil, el bolo coronó a Malevolance como uno de los valores seguros de la escena hardcore actual. Estás avisado para la próxima vez.
JOAN CALDERON