FECHAS: 12 y 14 DE JULIO DE 2024
LUGAR: ESTADIO CÍVITAS METROPOLITANO (MADRID)
PROMOTOR: LIVE NATION

Viendo la ovación que recibían los cuatro componentes de Metallica, y también sus caras de emoción, cuando la banda se despedía de su segundo concierto en el Cívitas Metropolitano de Madrid, uno se podía llevar la impresión de que habían sido dos noches de triunfo y gloria sin paliativos, pero ya sabemos que con Metallica las cosas nunca son tan sencillas. Da la impresión que la magnitud de la banda -congregaron alrededor de 120.000 personas entre los dos días- da venia para que se les eche en cara muchas cosas que en otras bandas se pasan por alto.

Sí, las comparaciones son odiosas, pero parece que cuestionar a Metallica es un deporte con el que la gente se lo suele pasar bastante bien. Ya sabéis, si tocan temas nuevos porque los tocan, si no los tocan, significa que solo viven del pasado; que si son solo son una máquina a la que lo único que le interesa es facturar, que si Lars Ulrich es odioso… En fin la lista de ataques es larga.

Metallica, que tranquilamente podrían haber tomado el camino fácil repitiendo el Black Album una y otra vez, decidieron que esa no iba a ser la vida que querían para la banda. Desde entonces ya sabemos todo lo que ha pasado: corte de pelo y de estilo en reacción al mega éxito con Black Abum, St. Anger con su ‘peculiar’ sonido de batería y falta de solo de guitarra, discos grabados con orquesta o ese Lulu junto a Lou Reed… son solo algunos de los ejemplos que demuestra que los de San Francisco no tienen mucho miedo al que dirán o polarizar a su público. Pero a buen seguro que sin todos esos pasos arriesgados, Metallica serían ahora mismo un grupo de nicho como otras bandas de la Bay Area, dicho con todo el respeto, y no ese mega banda que llena estadios allá donde va.

Foto: Cívitas Metropolitano

Y aunque su discografía se haya vuelto algo más conservadora con sus últimas referencias -aun así con algunos temas notables… aunque otros no tanto- el cuarteto sigue buscando fórmulas que los mantenga vigentes. Y con estas llegamos a su actual M72 World Tour, una gira con dos paradas en cada ciudad que visitan, a excepción de algunas pocas fechas en festivales, con dos repertorios distintos sin repetir ni una sola canción. Un concepto que parece sencillo y un sueño pensado a medida del fan… pero de nuevo, no todo es tan fácil en el mundo Metallica.

De hecho, el propio Ulrich comentó en la primera parte de la gira en 2023, que no tenía muy claro si la gente estaba entendiendo el concepto de la gira ante la avalancha e indignación de muchos fans al irse a casa sin haber escuchado ‘Master Of Puppets’ o ‘Enter Sandman’, según lo caprichosa que fuera la lotería ese día. Quizás habría que decirle a Lars que la gente sí tiene claro el concepto, lo que ya es más complicado es que cada uno de esos seguidores, tal como está la vida, tenga el tiempo y dinero de pagarse dos entradas, una estancia de mínimo tres días, viajes, etc… Ese es el gran hándicap de esta gira: aunque los conciertos puedan funcionar como entes individuales, solo viendo los dos tienes la sensación de tener el círculo cerrado.

Foto: Cívitas Metropolitano

Seguramente fue por esa sensación de quedarse a medias que la primera de las noches fue mucho más criticada que la segunda. Pongamos por delante que Metallica lo han puesto todo encima de la mesa en esta gira. El montaje escénico con su escenario circular y las ocho pantallas esféricas que se alzan a más de 20 metros corta la respiración por momentos. La banda está en un estado de forma inmejorable -eso va también por Lars Ulrich y Kirk Hammet que pienso que están tocando mejor que nunca- y con la impresión de haber hecho un pacto con el diablo para que la vejez todavía se vea como algo lejano. Robert Trujillo sigue generando ese buen rollo que tanto equilibra los directos y lo de James Hetfield sigue siendo de otro mundo. Es el oráculo sobre el que gira la banda en todo momento y que va sobrado para cargarse el estadio a sus espaldas.

Pero pese a que poco se le pudo achacar a la banda en ese primer concierto y que un inicio con ‘Creeping Death’ y ‘Harvester Of Sorrow’ ya podría salvarte la noche, cierto es que el repertorio no acabó de fluir de todo. Canciones nuevas como ’72 Seasons’ o ‘If Darkness Have a Son’ no conectaron con la gente, como tampoco lo hicieron ‘Cynacide’ o ‘King Of Nothing’ o el momento Trujullo/Hammet que se desmarcaron con una instrumental de lamentable título, ‘Sangria Brain’, que solo pareció hacerle gracia a ellos. Tuvo que llegar la parte final del concierto en la que ‘Nothing Else Matters’ o ‘Sad But True’ sonaron más épicas que nunca, ‘Battery’ nos volvió a enganchar a todos, y nos remataron con ‘Seek & Destroy’ y ‘Master Of Puppets’ para otorgarles un notable, pero sin llegar al sobresaliente.

Foto: Dara Chriss

En cambio, el domingo nada falló. La banda empezó con un repertorio más compacto ‘Whiplash’, ‘For Whom The Bel Tolls’, ‘Ride The Lighting’ y ‘The Memory Remains’ fue el póquer de salida, los temas más recientes caso ‘Lux Aeterna’ o ‘Moth Into Flame’, esta ya aun paso de convertirse en un clásico, conectaron mejor con la gente, Trujillo y Hammet aprendieron la lección y fueron a lo seguro con un ‘Bienvenidos’ de Miguel Ríos que coreó todo el estadio. El final con ‘One’ y ‘Enter Sandman’ provocó el delirio colectivo, coincidiendo además con el final del España-Inglaterra de la Eurocopa que añadió ese punto extra de suerte para que la noche fuese realmente inolvidable.

Un final por todo lo alto que constata que, por muchos palos que les caiga, a Metallica le queda todavía mucho por delante. Puede que muchos tengamos a otras bandas de metal que nos gusten algo más que ellos, pero es muy complicado encontrar a solo una que haya sabido llevar con semejante maestría esta música a las masas.

RICHARD ROYUELA