FECHA: 24 DE JUNIO DE 2023
LUGAR: AUDITORIO MIGUEL RÍOS (RIVAS VACIAMADRID)
PROMOTOR: LIVE NATION
Pocas giras han dado tanto que hablar en estos últimos años como ese The Stadium Tour que llevó a Mötley Crüe y Def Leppard, acompañados Poison y Joan Jett, por todo Estados Unidos. Una celebración de lo que fue el hard rock de los 80 con sus dos bandas más populares que este año se ha expandido a nivel global y que, contra todo pronóstico, tuvo una parada en nuestro país.
Una gira, que tuvo que posponerse dos años debido a la pandemia, y en la que Mötley Crüe han acaparado los titulares. Empezando porque en 2015 habían firmado que no volverían a reunirse, siguiendo con si el estado físico de Vince Neil era terrible, que si había más playback que música en directo… y más recientemente por esa salida de Mick Mars como guitarrista, que ha acabado como el rosario de la aurora con acusaciones cruzadas entre los dos bandos. Y es que pasan los años, pero si algo no cambia, es esa sensación de caos que siempre ha rodeado a Mötley Crüe.
A pesar de que ni Mötley Crüe, ni Def Leppard han sido bandas con un gran calado popular en nuestro país (el promotor de Mötley Crüe se arruinó tras su gira española de reunión de 2005) y que lo rumores apuntaban a que esta nueva visita iba a un gran pinchazo, nada más lejos de la realidad. La imagen que ofrecía el Auditorio Miguel Ríos era espectacular y todos los que estuvimos allí, aceptamos meternos en un agradable túnel del tiempo del cual salimos con una sonrisa imposible de fingir.
Por fortuna, todo el mundo dejó los prejuicios a la entrada, y las ganas de disfrutar se vieron ya desde el primer momento con Los Sex, la banda local anunciada a última hora para abrir el concierto, que a pesar de la magnitud de la misión se les vio disfrutando cada segundo de su actuación, lo que hizo que la gente acabara contagiándose de su entusiasmo.
Todo en orden para que a las 9 de la noche saliesen a escena Mötley Crüe a ritmo de ‘Wildside’ y aquello se convirtiese en una locura colectiva. Quien más quien menos tenía sus dudas de que versión de los Crüe nos encontraríamos, pero aunque no estuviesen al nivel de aquella gira de retorno de 2005, la banda está muy por encima de lo que habíamos visto en años posteriores con actuaciones para el olvido como la del Kobetasonik en 2009.

Vince Neil puede estar justo de voz, pero el hombre lleva el carisma escénico de fábrica y en todo momento supo llevar el ritmo del concierto. Tommy Lee y Nikki Sixx siguen jugando su papel de líderes carismáticos y tuvieron su momentos de gloria. Lee sigue siendo ese eterno adolescente que disfruta viendo a la chicas haciendo topless y haciendo bromas de primero de instituto, pero sigue siendo un titán a la batería y aún nos puede emocionar cuando toca las primeras notas de ‘Home Sweet Home’. Y por mucho que nos pueda saber mal que Mick Mars ya no esté en la banda, John 5 ha dado a la banda ese chute de energía que quizás habían perdido hacía mucho tiempo. En algún momento echamos en falta ese sonido característico de Mars, y John 5 se pasa en algún momento de virtuosismo, pero viéndole en escena quedó claro que pocos podían haber cumplido mejor su papel que él.
La banda se ha rejuvenecido, tienen un repertorio por el que no solo no pasan los años, sino que los grandes recintos juegan a su favor -‘Too Fast For Love’, ‘Girls Girls Girls’ o ‘Looks That Kill’ resucitarían a un muerto- y se les ve disfrutando de un final de carrera que no entraba en sus planes no hace tanto. Siguen siendo caóticos por momentos, ciertos clichés se están quedando antiguos, pero ¡qué sería un concierto de Mötley Crüe sin sus bailarinas! Para lo bueno y para lo malo, no hay otra banda como ellos.
Def Leppard son la otra cara de la moneda. Siempre han lavado sus trapos sucios en casa, han tenido la estabilidad que les ha faltado a Mötley Crüe y, pese a su irregular concierto en el Rock Fest de 2019, es una banda prácticamente infalible en directo. Los fans más acérrimos de Mötley Crüe les achacaron una vez más un exceso de azúcar, pero lo de Leppard no es azúcar, es sencillamente otra forma de entender el hard rock.
Se empeñan en demostrar su validez a estas alturas del partido tocando temas nuevos (el show empezó con ‘Take What You Want’), pero es cierto que aquello se vino abajo cuando seguidamente tocaron nada menos que ‘Let’s Get Rocked’.

‘Animal , ‘Foolin’’ y ‘Armageddon It’ despejaron cualquier duda de su solvencia y apenas bajarían el listón a lo largo de los 90 minutos de actuación. Podían haberse ahorrado ese ‘This Guitar’, que es uno de los temas más flojos de su nuevo álbum y donde se vio a la gente moverse a por cervezas o ir al lavabo, pero cuando te puedes permitir acabar un concierto con ‘Hysteria’, ‘Pour Some Sugar On Me’, ‘Rock Of Ages’ y ‘Photograph’ sabes que saldrás de cualquier escenario por todo lo alto.
Si preguntásemos uno por uno a todos los asistentes al concierto quien ganó la velada, seguramente saldrían Mötley Crüe por poco, pero si de opinión personal se trata, esa elegancia innata que tienen los ingleses, apoyados por unas proyecciones sobresalientes, hace que siempre ellos vayan a salir victoriosos en un combate tan reñido. En cualquier caso, fue un privilegio haber vivido una noche como esta que a todos nos gustaría revivir lo antes posible
RICHARD ROYUELA