FECHA: 17 DE SEPTIEMBRE DE 2024
LUGAR: SALA SALAMANDRA (L’HOSPITALET DE LLOBREGAT)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!

Por una razón u otra, hacía tiempo que no cazaba una gira de Nile. Siempre llegan bien acompañados, en esta ocasión con los romanos Hideous Divinity como principales socios, pero en los últimos años siempre me surgía alguna urgencia que me impedía ser atropellado por su brutalidad faraónica. Con el 17 de septiembre marcado en rojo, esta vez no nos los perdimos.

Éramos unos 20 ó 30 cuando los húngaros Monastery empezaron su descarga. Absolutos desconocidos para servidor, se ve que se crearon en 1989… Lo mejor, el chorrazo gutural de su vocalista Roland Kovács. Con una caja torácica digna de un rinoceronte, el menda iba sobrado. Tibios al principio, fueron a mucho más con un death simple y llano, retazos melódicos y algún breakdown modernete. Al final me convencieron.

El sorpresón de la tarde nos lo llevamos con Intrepid. Desde Estonia, estos chicos nos pegaron una paliza de muy alta consideración. Rondarán los 22 ó 23 años de edad, pero demostraron ser unos obsesos del death metal de la vieja escuela. Con sus rastas en molinillo constante, costaba creer que un vozarrón tan monstruoso saliera de un cuerpo tan menudo como el de Raiko Rajalaane. Headbanging constante, de ése que, dada la juventud, no pasa factura al día siguiente. Actitud, sonido apabullante, y un batería impertérrito a un ritmo frenético. Después de Nile, los mejores de la jornada.

Con Hideous Divinity no acabamos de conectar. Algo fallaba en su aparato locomotor, y fuimos varios los que lo percibimos… Para empezar, una segunda guitarra en directo les haría mucho bien, y cuando Stefano Franceschini se quedó solo al bajo en alguna canción, vamos, es que ni lo escuchamos. Así, cuando Enrico Schettino se iba de punteados y demás recursos, aquello quedaba de lo más desnudo, por muchas ganas que le pusiera Enrico Di Lorenzo al micro. Tocan que da gusto verles, pero no mataron. Les faltó músculo, chicha, pegada.

Brian Kingsland no pudo embarcarse en esta gira europea, así que no pudimos degustar a Nile como quinteto. Tampoco importó, porque los cuatro que quedaban en liza nos devastaron, nos mandaron a momificar con el cerebro ya chorreando por la nariz.

Empezando con ‘Sacrifice Unto Sebek’ y ‘Defiling The Gates Of Ishtar’, pronto se vio que Karl Sanders ha cedido todo el protagonismo sobre las tablas a unos Dan Vadim Von (bajo) y Zach Jeter (guitarra) metidísimos en su nuevo rol en la banda. A tres voces, Sanders es feliz destripando las distintas guitarras que su asistente personal le va suministrando, soltando algún escueto ‘muchas gracias’ cuando le apetece.

Bordaron su reciente single ‘To Strike With Secret Fang’, aunque el primer gran revolcón y pogazo llegó con una ‘Kafir!’ bestial. Ni abrir los ojos George Kollias mientras vuela entre tambores y platos. Es uno de los mejores baterías del planeta, y si alguien tiene alguna duda es que no estuvo en Salamandra.

Me gustó que los de Greenville recuperaran ‘Vile Nilotic Rites’ y ‘Long Shadows Of Dread’ de su anterior álbum, pues para mí es lo más remarcable que han publicado últimamente. Entre ‘Sarcophagus’, la entrega del combo estadounidense, y las finales ‘Annihilation Of The Wicked’ y ‘Black Seeds Of Vengeance’, hora y cuarto de show para erigir una pirámide en L’Hospitalet.

Incomprensible que se pueda hacer eso con una guitarra, o martirizar de esa manera unas cuerdas vocales. En la próxima vida Nile estarán solos, con su fórmula personalísima, su aplastamiento irreal y su técnica ultrasónica.

PAU NAVARRA