FECHA: 17 DE OCTUBRE DE 2020
LUGAR: ESI STREAMING STUDIO (TAMPA, FLORIDA)
PROMOTOR: OBITUARY

Relapse Records y Obituary me invitaron a presenciar el primero de los tres conciertos en streaming que la banda tiene previsto realizar estas semanas, y aunque a priori es un formato que no me atrae nada, que los estadounidenses fueran a centrar su repertorio en Slowly We Rot, su disco al que más cariño tengo, me acabó de convencer para sentarme frente a la pantalla la noche del pasado sábado.

Debo reconocer que la experiencia fue mucho más gratificante de lo que esperaba, y que mis cervicales se resintieron igual que si les hubiera visto en una sala. Tras no conseguir que mi móvil llevara la señal del show a la tele, tuve que correr a encender el ordenador para presenciar su descarga en directo. Perdí pulgadas de pantalla, pero en cambio, gracias al subwoofer de tres pares de cojones que tengo instalado ahí, gané varios enteros en materia de sonido, que de eso debe tratarse a la hora de contemplar bolos.

Por suerte, a las once de la noche, cuando se inició la transmisión, vimos a Obituary acabando de probar sonido, por lo que no me perdí ni una canción y aún pude partirme la caja con ese chat que no paraba de mostrar mensajes disparatados de sus fans de todo el globo.

Tras 20 minutos empezó el concierto con un sonido súper nítido, ‘Internal Bleeding’ abriendo fuego, y sobre todo me quedé con el gran trabajo realizado en la batería de Donald Tardy. Sus platos te traían loco de derecha a izquierda, tal era el nivel de precisión a la hora de captarlo todo.

Planos muy cortos te permitían observar detalles que a duras penas puedes cazar en un recinto, como por ejemplo, y siguiendo con Donald, cómo toca con baquetas al revés y agarrándolas casi por la mitad. Menudo animal. Acompañando eso de un buen set de luces, donde primaron sus clásicos azules y ese verde de putrefacción, tuvimos la sensación de estar delante de un producto pensado y muy profesional.

Lo que convirtió ese live stream en algo especial fue sentir que, en realidad, estábamos en medio de un ensayo tope madurado de los de Florida. En su ambiente íntimo, ante lo que no se suele ver de puertas hacia dentro. Ese choque de palmas entre los dos hermanos, los ‘¡Yuju!’ de júbilo que exclamaba el batera entre tema y tema, las bromas privadas que se suelen chillar… Hubo una pausa prolongada y de nuevo Donald, el más activo, se encargó de recordarnos que eso era un bolo en vivo puro y duro, mostrándonos la hora en el móvil y explicando que, como en cualquier otro, las baquetas y las cuerdas de guitarra pueden romperse.

Screenshot extraído de la página de Facebook de Obituary.

En materia musical, nunca habíamos visto a unos Obituary tan rápidos. Claro, era el puñetero Slowly We Rot… Los pobres tuvieron que aplaudirse a ellos mismos, pero no dejaron de despachar histórico death metal mortecino de la talla de la enormísima ‘‘Til Death’, ‘Intoxicated’, ‘Suffocation’, ‘Bloodsoaked’… Entre definiciones de diccionario de la palabra ‘rot’, la formación aparcó los instrumentos y salió a saludar. Se dejaron ‘Slowly We Rot’ para acabar de repasar su debut y ésta petó por todo lo alto. Como siempre, me voló la maldita cabeza.

La presencia y la voz de John Tardy sigue siendo dominante, fue un placer verlo con sus bermudas y esas melenazas que comparte con toda la banda. Como detallazo final, ese “RIP Riley Gale” con el logo de Power Trip con el que finiquitaron 50 minutos de concierto.

Este próximo sábado 24 de octubre repiten actuación en live stream, aunque esta vez interpretando temas del mítico Cause Of Death, y el 7 de noviembre van con “rare classics and special tracks” en el Redneck Studio. Si esta crisis no te está castigando con fiereza yo no me lo pensaría, porque este panorama desolador en cuanto a bolos tiene pinta de ir para largo y menos da una piedra. Obviamente es una experiencia distinta a un show de los de toda la vida, pero enriquecedora en otros muchos sentidos.

PAU NAVARRA