FECHA: 9 DE MARZO DE 2023
LUGAR: SANT JORDI CLUB (BARCELONA)
PROMOTOR: LIVE NATION

No parece Black Francis alguien muy dado a exteriorizar sus emociones, pero estoy seguro que de vez en cuando debe pegar algún salto de alegría en la intimidad viendo lo bien que está yendo la carrera de Pixies desde su vuelta en 2004, y, en especial, esta última década. Lo habitual es que la excitación de la reunión de un grupo veterano vaya disminuyendo y acabe tocando solo en festivales para hacer caja, pero en su caso su poder de convocatoria hasta parece que vaya a más. Agotaron con bastante antelación las 4.500 entradas para el Sant Jordi Club y en Madrid fueron más del doble.

Foto Wunderhorse: Eric Altimis

Seguramente en todo esto tenga que ver tanto que su influencia sigue presente en bandas jóvenes (desde Drug Church a los propios Wunderhorse que abrieron el concierto de manera correcta, pero sin dejar huella) como su decisión de haber ido publicando nuevos discos, que si bien no han entusiasmado a casi nadie (en nuestro reciente podcast dedicado a ellos fui el único que los defendió con un poco de ganas), sí han contribuido a mantener la idea de que son una banda viva. Aunque no nos equivoquemos, viendo la media de edad del público, y los momentos en los que los móviles se alzan, está claro que su principal reclamo sigue siendo el repertorio que acumularon en sus cuatro primeros discos.

Foto Pixies: Eric Altimis

Esta nueva visita me recordó, en parte, a la última de The Cure el año pasado. Ambos grupos son bien generosos en sus setlists (28 temas interpretaron The Cure y 37 Pixies) y dan la misma importancia tanto a su pasado como su presente. Pero lo que les diferencia, es que mientras Robert Smith parece tener muy clara la estructura de sus shows, aunque pueda hacer variaciones, un concierto de Pixies se caracteriza por todo lo contrario. Da la sensación que el orden de las canciones es puramente azaroso, lo cual le da un elemento sorpresa, pero también resta al show la posibilidad de alcanzar picos emocionales más altos sabiendo guiar al público.

En el anterior concierto en Vorst, Bélgica, abrieron con ‘Caribou’, en Barcelona con ‘Cecilian Ann’ y al día siguiente en Madrid con ‘Cactus’. Las únicas fijas en su puesto parecen ser las últimas tres con las que cierra: la llamada versión ‘surf UK’ de ‘Wave Of Mutilation’, ‘Where Is My Mind?’ y su estupenda versión de Neil Young, ‘Winterlong’. El resto, con una buena representación de su último disco Doggerel, del que sonaron 8 de sus 11 temas si no me fallan las cuentas, está todo abierto.

Foto Pixies: Eric Altimis

Pero su repertorio es tan amplio que incluso jugando a la ruleta rusa pueden empalmar del tirón ‘Wave Of Mutilation, ‘U-Mass’, ‘Isla De Encanta’, la versión de ‘Head On’ de The Jesus And Mary Chain, ‘Caribou’ y ‘Planet Of Sound’ como si fuera normal del mundo, o encadenar ‘Vamos’, ‘Blown Away’, ‘Here Come Your Man’, ‘Nimrod’s Son’, ‘Mr. Grieves’ y ‘Ana’ sin inmutarse. ¿Y no he mencionado que también cayeron ‘Hey’, ‘Gouge Away’ o ‘Debaser’?

Black Francis mantuvo su pose distante habitual, pero se mostró muy bien de voz, Joey Santiago tocó la guitarra tan bien como siempre, David Lovering cumplió de sobras, y Paz Lenchantin fue la única que repartió sonrisas y cariño con un bajo adornado con flores en su clavijero. Sí, se dedican a tocar y punto, pero ahora que sabemos lo que es perderlos, valoremos lo que es tenerlos entre nosotros. A menos que ocurra algo imprevisible, tenemos Pixies para años.

JORDI MEYA