FECHA: 12 DE NOVIEMBRE DE 2019
LUGAR: ROCKSOUND (BARCELONA)
PROMOTOR: CHROMA NATION
Con algo de vergüenza observé que la base de seguidores de Profanatica en Barcelona no había aumentado desde su primer crimen en la sala Upload, y evidentemente, que tampoco les sirvió de mucho acompañar a Watain en Razz 2. Si algún día ocurriera un milagro y otra leyenda del black estadounidense como Demoncy nos visitara, ¿pasaría lo mismo? Prefiero no saberlo, y seguro que Chroma Nation lo mismo.
Ya desde el inicio éramos las suficientes decenas como para hacer bulto, y es que Demonomancy es otra formación a la que no perder de vista. Su descarga estuvo guapa, pero debo reconocer que me gustaron más en el Catalonia Extreme Winter.
Cuando escuchas al trío en un álbum tienes delante a un combo de black death, war metal, con voces que tiran a guturales, pero en esta ocasión ni una cosa ni la otra. Igual el cansancio propio de la carretera tuvo algo que ver, pero sonaron más bien a black thrash –muy cabrón, eso sí-, y voces gruesas, por mucho que el batería Herald Of The Outer Realm también las apoyara, más bien poquitas.
De todas formas, no se puede negar que repartieran estopa y que lo pasáramos guay, por mucho que algunos esperáramos otra cosa… Que luego igualmente arrasé en su puesto de merch, para qué engañarnos.
Lo de Profanatica fue escandalosamente glorioso. Habitualmente ya intentan empalmar todas sus canciones con sólo la mínima pausa para que Paul Ledney anuncie su título desde la agonía, sin interactuar apenas con los congregados, pero es que esta vez fue digno del Disgusting Blasphemies Against God. ¡Qué saña, es que ni respiraban!
No hubo pausas, no tuvieron piedad, fueron 50 minutos únicamente cortados por un bis brevísimo, con la caja del batería calvándosenos en los oídos, cual simpático ajusticiamiento de Jesús en la cruz, y esa hipnótica reiteración infecta tan absolutamente suya.
Pero lo mejor fue que el bolo se celebrara en Rocksound, ese templo del underground en el que las distancias desaparecen. Tenerlos ahí al lado, verlos entrechocar los puños con la peña, olvidándose de la frialdad que suelen mostrar hacia el público, con la cerveza y el sudor apareciendo en torrente, fue el recuerdo que más gratamente conservaré del concierto.
Tras terminar, no sé bien por qué, se me acercó Ledney y me preguntó que qué tal, que si habían estado mejores que con Watain. Pues vaya que sí, y que en el Netherlands Deathfest, y que en cualquier otra ocasión que les haya pillado en la capital catalana o Europa.
De hecho, el de Profanatica fue mi show favorito de este año junto al de Possessed, y eso es mucho decir.
PAU NAVARRA