FECHA: 14 DE MAYO DE 2019
LUGAR: WIZINK CENTER (MADRID)
PROMOTOR: HFMN/GASTEIZ CALLING
Ya nos lo soltó el propio Fat Mike hace meses en aquella mítica entrevista del pasado Gasteiz Calling, pero ni en nuestros sueños más húmedos hubiéramos imaginado que la primera gira del Punk In Drublic en nuestro país presentaría un cartel de órdago como éste. Ver a dos históricos como NOFX y Bad Religion juntos en una misma noche no es algo que se dé todos los días, pero que además contasen con Lagwagon o formaciones tan poco dadas a pisar España como Less Than Jake o Mad Caddies (en Barcelona y Vitoria con el añadido de Anti-Flag y algunas bandas más), convertían este tour en ineludible para todos aquellos que crecieron durante los 90 escuchando el catálogo de Fat Wreck y Epitaph. Y por supuesto la afición respondió acudiendo en masa a la cita.
Aprovechando el buen tiempo que ya anuncia la llegada del verano y lo temprano de los horarios, las terrazas de los aledaños del Palacio de los Deportes presentaban un ambiente colorido desde primera hora de la tarde. Y no fueron pocos los que prefirieron quedarse fuera apurando la penúltima jarra de cerveza en lugar de ver a Wild Animals. Entrando como sustitutos de The Bombpops, se notó desde el primer momento que Jamie, Fon y Paula se desenvuelven mejor en espacios reducidos que en un gran escenario. Apenas hicieron esfuerzos por interactuar con la gente más allá de los agradecimientos de protocolo y cortes como ‘Lost In Translation’, ‘All My Friends Are Far Away’, ‘Science-Fiction’, ‘Avocado’ e ‘Interrupted Girl’ sonaron apagados, sin el desparpajo electrizante al que nos tienen acostumbrados. En sala pequeña son una garantía, pero esta vez las circunstancias no acompañaron.
Por un instante pensé que esas mismas sensaciones se iban a trasladar al resto de grupos, ya que el arranque de Less Than Jake no pudo tener un sonido más desastroso. Por suerte solo afectó a los dos primeros temas y a partir de ahí los de Florida se dispusieron a armar el fiestón padre. Apenas poco más de media hora les bastó para dibujarnos una sonrisa con ‘Gainesville Rock City’ y ‘All My Best Friends Are Metalheads’. Llevaban más de una década sin visitar España y su set se nos quedó muy corto, terminando justo cuando más caliente tenían al personal. Que vuelvan pronto.
De ese ambiente más apropiado se aprovecharon unos Mad Caddies que recogieron el relevo para continuar con la tónica festiva y trompetera. Su ska-reggae no es tan zapatillero como el de Less Than Jake, pero aún así la gente seguía dispuesta a bailar al son de ‘Shoot Out The Lights’, ‘State Of Mind’, ‘Drinking For 11’ y su genial cover del ‘She’ de Green Day. Tuvieron uno de los mejores sonidos de toda la velada e igualmente se vieron obligados a recogerse cuando mejor lo estábamos pasando.
Con los trombones y las trompetas de retirada, la cosa se empezaba a poner seria en la pista. O eso parecía, ya que Lagwagon no acabaron por brillar todo lo que deberían. No sabría explicar muy bien porque (tal vez que la edad ya empieza a pesar), pero si hasta hace no muchos años les habíamos visto dar actuaciones impecables, últimamente dan la impresión de haber bajado un poco el pistón sobre el escenario e ir con el piloto automático. Joey Cape estuvo algo justito de voz y sin ser tan desastroso como dicen que fue su paso por el último Tsunami, apenas salvaron los muebles gracias a sus clásicos infalibles (‘Violins’, ‘Alien 8’, ‘Making Friends’, ‘May 16th’). Les seguimos guardando un cariño enorme, pero les hemos visto en otras muchísimo mejores.
A quienes no les importa el lugar ni la hora es a Bad Religion. Pueden pasar los años y que lo único que veamos cambiar sea el aspecto de un Greg Graffin que cada vez más se parece a ese profesor de historia que siempre quisiste tener en el instituto. Eso y caras ya no tan nuevas como las de Mike Dimkich y Jamie Miller que han conseguido que no echemos tanto de menos a pilares imprescindibles dentro de la formación como Greg Hetson y Brooks Wackerman. Y es que por increíble que parezca, cada vez que volvemos a encontrarnos con los californianos suenan todavía mejor. Solo unos maestros como ellos son capaces de arrancarse con un tema tan poco habitual como ‘Them And Us’ y que ya caigamos rendidos a sus pies. Si a eso le siguen himnos absolutos del hardcore melódico como ‘Generator’, ’21st Century Digital Boy’, ‘I Want To Conquer The World’, ‘Suffer’, ‘Los Angeles Is Burning’, ‘American Jesus’, ‘Sorrow’ o ‘Punk Rock Song’ sonando como un puto rodillo, estamos ante una banda que no encuentra rival alguno dentro de su estilo. Hasta las nuevas balas de un Age Of Unreason recién salido del horno (‘Chaos From Within’, ‘My Sanity’) no desentonaron y únicamente ‘Lose Your Head’ dio una tregua ante semejante vendaval. Vinieron, tocaron y vencieron. Inalcanzables para el resto.
Comentaba entre los colegas que si ya era difícil recordar un concierto de Bad Religion simplemente «bueno», con NOFX es todavía más complicado hablar de cuando han dado uno decente. Por mucho que quieras ser benévolo dándoles una nueva oportunidad, al final acabas arrepentido aún sabiendo de sobra a lo que vas. Bien es cierto que hay días en que nos hemos encontrado a un Fat Mike no tan parlanchín y con menos ganas de tocar las pelotas de lo habitual, pero si alguien esperaba que por el mero hecho de encabezar su propio festival se fuesen a aplicar más de lo que acostumbran, es que nunca les ha visto en «acción». Con sus típicas bromas absurdas y sin sentido, fueron aniquilando el ritmo de un repertorio que por momentos se podía llegar a disfrutar (‘Dinosaurs Will Die’, ‘Linoleum’, ‘Leave It Alone’, ‘Perfect Goverment’, ‘Bob’, ‘The Separation Of Church & Skate’, ‘Kill Al The White Man’ y su acertada versión del ‘Radio’ de Rancid), pero que ellos mismo se encargaban de tirar por la borda. Y es una verdadera lástima porque cuando se ponen a tocar demuestran ser mejores de lo que parecen (aunque el destrozo que hicieron a ‘Franco Un-american’ es para mandarles a prisión). La última media hora se hizo inaguantable y cuando la gente se quedó sin minis que lanzar al escenario fue cuando aparecieron los bostezos. Para sufrir de esa manera hubiéramos preferido pasarnos por el puesto de masaje BDSM que había justo al entrar a la pista. Desde luego nos hubiéramos echado unas risas en lugar de que lo hiciesen a nuestra costa.
De todas formas, supongo que este será el precio que deberemos pagar para seguir disfrutando del Punk In Drublic en los próximos años, porque a pesar del la diferencia de nivel que demostraron todos los participantes, el festival sólo se puede calificar como un éxito. Eso sí, si hay que tragarse a NOFX de nuevo, por lo menos que sea con Bad Religion para compensar el calvario.
GONZALO PUEBLA