FECHA: 4 DE NOVIEMBRE DE 2023
LUGAR: ZIGGO DOME (AMSTERDAM, HOLANDA)
PROMOTOR: LIVE NATION

Desde hace demasiado tiempo, Queens Of The Stone Age nos han malacostumbrado a tener que disfrutarles únicamente en festivales cada vez que visitan nuestro país. Con la excepción de su concierto de 2017 en la Razzmatazz de Barcelona, la banda lleva sin pisar nuestras salas (o pabellones, teniendo en cuenta su estatus actual) desde hace 15 años. Y viendo su recién anunciada participación en el próximo Azkena Rock Festival, pinta que así seguirá siendo en el futuro inmediato.

Una exclusión difícil de entender, ya que si bien les hemos podido ver por aquí con cada uno de sus últimos álbumes (sin ir más lejos, este pasado verano cuando arrasaron en el Mad Cool, sus giras como cabezas principales llevan evitando España de forma sistemática. Razón más que suficiente para hacer la maleta y coger un avión a algún destino europeo. En nuestro caso, aprovechamos el pasado puente de Todos Los Santos para asistir a la primera fecha en el viejo continente del End Is Nero Tour en el imponente Ziggo Dome de Ámsterdam. Un moderno y cómodo pabellón con aforo para 17.000 espectadores que agotó los billetes nada más salir a la venta unos de meses atrás.

Llegamos pronto para comprobar como Deep Tan y The Chats desempeñaban su función de acompañantes con fortuna dispar. El post punk de las primeras sonó frío, plano y monótono, dejando indiferente a un público primerizo que acudió puntual a la apertura de puertas. Nada que ver con lo que ofrecieron sus compañeros australianos. Siguiendo con la mejor tradición del rock aussie vía Cosmic Psychos, el trío de Queensland fue encadenando un corte tras otro sin pausa alguna. Lo suyo es un punk rock acelerado a medio camino entre Motörhead y los Ramones. Una fórmula ya explotada en infinidad de ocasiones, pero que en un ambiente de este tipo siempre entra igual de bien que una cerveza fría.

Habiendo comprobado hace poco y de primera mano su estado de forma actual, la única duda que puede arrojar ahora mismo un directo de Josh Homme y sus Reinas De La Edad De Piedra es saber que temas sonarán cada noche. Son ya ocho álbumes para los de Palm Desert, por lo que su catálogo empieza a ser los suficientemente extenso tanto como para echar de menos ciertas joyas predilectas y también sorprenderse con alguna que otra inclusión inesperada.

Foto: Andreas Neumann

Sin ir más lejos, fue ‘Regular John’ la que abrió el baile. Una elección peculiar, si bien sirvió para contrastar de nuevo que la banda está más que rodada ejecutando cada tramo con precisión cirujana. Si el siguiente en hacer acto de presencia fue el mega hit ‘No One Knows’, pueden hacerse a la idea de que el resto del bolo solo pudo ir hacia arriba. Tal es el grado de confianza que el grueso del repertorio se concentró en sus tres últimas obras. Algo lógico teniendo en cuenta que son estas las que han acabado por afianzar a la alineación actual en un combo antaño acostumbrado a las entradas y salidas.

Es así como fueron sacando distintos recursos de la chistera, como el cierre a capela de ‘Emotion Sickness’ (Michael Shuman cumple una labor importante respaldando a Homme en tareas vocales), o que convirtieran ‘Better Living Through Chemistry’ en uno de los grandes momentos de la noche gracias a un desarrollo instrumental alucinante. Casi tanto como el juego de luces que otorgaba la estructura piramidal bajo la que se alojaba el quinteto. Una puesta en escena por momentos oscura a pesar de la fuerte intensidad de las focos. Seguro que los fotógrafos no lo tuvieron fácil para capturar una buena instantánea.

Foto: Ferdy Damman

Entre tanto, un Homme visiblemente feliz por regresar a una ciudad a la que guarda cariño (recordó la época en la que estuvo viviendo en la capital neerlandesa) y sus compinches seguían a lo suyo. Toma y daca con ‘My God Is The Sun’, ‘Carnevoyeur’, ‘The Way You Used To Do’, ‘Sick, Sick, Sick’, ‘Little Sister’ y una ‘Make It Wit Chu’ mágica como siempre. Es curioso como una pieza extraída de las Dessert Sessions ha acabado convirtiéndose en una de las más queridas de la afición. Que encima hayan encontrado la manera de colar de forma brillante la melodía del ‘Miss You’ de los Rolling Stones, da muestras de que la canción tiene una vida propia dentro del setlist.

Pero como señalaba al principio, uno siempre acaba echando en falta alguna favorita. Sí, en el bis sonaron ‘In The Fade’ dedicada al añorado Mark Lanegan y una ‘Battery Acid’ inédita en vivo desde hace quién sabe cuanto tiempo. Sin embargo, servidor acudió con la ilusión de cazar títulos como los de ‘The Evil Has Landed’, ‘The Lost Art Of Keeping A Secret’ o ‘God Is On The Radio’, las cuáles habían sido habituales a lo largo de sus fechas por tierras estadounidenses el pasado verano y que esta vez no aparecieron.

Foto: Andres Neumann

Es un síntoma inequívoco de que ninguna tiene asegurada el puesto de titular indiscutible. Ni siquiera un cierre tan apoteósico con ‘A Song For The Dead’, que tuvo que ser sacrificado para dar entrada a ‘Paper Machete’, otro de los trallazos de In Times New Roman… solicitado por el respetable y que Troy Van Leeuwen aprovechó para lucirse en el solo de guitarra. Esto provocó que fuera una versión con intro al piano de ‘Go With The Flow’ la encargada de dar carpetazo a un concierto sin duda notable, pero que me dejó una sensación de satisfacción incompleta. Y es que el talento e ingenio de la mejor banda del rock del siglo XXI es de tal magnitud que ni siquiera uno tiene suficiente tras dos largas horas de actuación. Por suerte, el próximo verano en Vitoria tendremos una nueva dosis.

GONZALO PUEBLA