FECHA: 1 DE DICIEMBRE DE 2024
LUGAR: SALA UPLOAD (BARCELONA)
PROMOTOR: RED SUN
Fue bonito ver la sala Upload con una entrada tan generosa un domingo por la noche. Una cola más que prominente, se agolpaba en la puerta del recinto del Poble Espanyol con un comentario generalizado: Lo bueno que era Too Shoot Another Day, el último álbum de Rosalie Cunningham. Sin duda lo es, pero es que su anterior Two Pieces Puzzle ya rallaba a gran altura y lo mismo podríamos decir de aquel prometedor debut editado de forma homónima en 2019. Desde los tiempos en que lideraba Purson y antes la banda Ipso Facto, la carrera de la intérprete británica ha ido en un continuo in crescendo que ha hecho que un público de lo más variopinto se haya fijado en ella, y haya comenzado a seguir sus pasos de manera escrupulosa. Reconozco que yo mismo me había planteado la posibilidad de viajar para comprobar si sobre un escenario, su propuesta era tan atractiva como lo era en sus discos. Las reseñas de sus shows siempre eran buenas y las ganas de verla sobre las tablas eran muchas. Por eso cuando se anunció esta gira española de cuatro fechas, apuntamos la noche de Barcelona en rojo y la esperábamos con expectación y mucha ilusión.
Arropada por una banda sólida y tremendamente efectiva, el show arranco con una fuerza brutal con ‘Ride The Bike’ de su primer álbum y ‘Too Shot Another Day’ y ‘Timothy Martin´s’, los dos cortes que abren su último trabajo. Sobre el escenario ella dirige y manda, pero es justo resaltar el gran protagonismo que la jefa otorga a sus músicos. Ellos se erigen como elementos esenciales para que se pueda recrear con extremada solvencia, la variada mescolanza de sonidos que presenta su original propuesta. Lo complicado de mezclar conceptos como el pop, la psicodelia, el vodevil, el hard rock o el folk, es hacerlo con naturalidad y lograr componer buenas canciones con todas esas influencias tan dispares. Pues bien, Rosalie Cunningham es una especialista en esto.
La interpretación de esa tonada de macabro pop cabaretero titulado ‘Duets’ fue uno de los puntos álgidos del show, pero lo mismo podríamos decir de la infernal cabalgada heavy rock de ‘Spook Racket’ o del delicioso momento retro sixties de ‘Heavy Pencil’. Todo cuadraba a la perfección, incluso cuando recuperaban alguno de los pequeños clásicos de Purson como ‘Wool’ mezclándolo con novedades como ‘In The Shade Of Shadows’ parecíamos asistir a un repertorio tan original y extraño como contundente y coherente. Ese inusual concepto estaba siendo interpretado de una manera tan elegante y concluyente, que el público que llenaba la sala comenzó a caer rendido ante lo que estaba presenciando.
Todas las miradas recaían en Cunningham, que además era muy consciente de ser el centro de atención con su voz, su refinado estilo de tocar la guitarra, y su poderoso carisma escénico. Sin embargo, ahí estaba Rosco Wilson, un clon de Jeff Lynne cuyos solos de guitarra y voces complementaban a la perfección a las de su líder. Lo de la bajista Claudia Haze también nos sorprendió y nos llenó de orgullo. Procedente de la escena underground de nuestra ciudad, por momentos parecía codirigir toda la ceremonia arropando a la protagonista con sus perfectas armonías vocales, la flauta travesera o marcando los ritmos de manera precisa a través de su precioso Rickenbacker. El final fue igualmente apoteósico volviendo al pasado con ‘Start With The Corners’ y esa oscura maravilla titulada ‘Dethroning Of The Party Queen’ finalizando una velada prácticamente perfecta. Lo tiene todo llegar a algo más grande, un gran talento para componer, una incuestionable presencia escénica y las ideas muy claras de lo que quiere hacer y cómo hacerlo. Seguiremos con interés lo que nos ofrezca en el futuro.
ANDRÉS MARTÍNEZ