FECHA: 22 DE ENERO DE 2024
LUGAR: SANT JORDI CLUB (BARCELONA)
PROMOTOR: CAP CAP
He perdido la cuenta de las veces que he visto en directo a Simple Plan. La primera no la olvidaré porque me pasé largas horas haciendo cola en la puerta de la Sala Apolo de Barcelona (sorry not sorry), cosa que ahora con 20 años más no me planteo ni de coña, también te lo digo. Pero mentiría si dijera que no se me dibujó una sonrisa cuando me enteré que los canadienses confirmaban fecha española en su ‘Hard as Rock Tour’ años después de su último concierto en Barcelona (el Does this Look All Killer No Filler con Sum 41 paró solo en Madrid y Bilbao). Una banda que, si pasamos un poco por alto los prejuicios que siempre han arrastrado y una evolución claramente comercial, ha dejado huella como uno de los grupos más grandes del género en esa época tan brillante para el pop punk como fueron los primeros 2000.
Celebrando ahora un cuarto de siglo como banda al mismo tiempo que el 20 aniversario de su segundo álbum, Still Not Getting Any…, y aprovechando la tendencia nostálgica actual que ha resucitado a Blink 182, a Avril Lavigne y ha dado pie al éxito de festivales como el When We Were Young, los de Montreal regresaron con ganas de demostrar que pese a ya haber pasado los 40, retienen aún mucha de la energía de aquel espíritu adolescente desenfadado que los catapultó a la fama.
Y es que aunque Pierre Bouvier y compañía se han acercado en los últimos años a las nuevas generaciones gracias en parte a la viralidad del challenge #ImJustAKid en TikTok en el que la gente recreaba fotos antiguas usando ese mismo tema, igual que pasó con Blink hace unos meses, gran porcentaje del público que se acercó al Sant Jordi Club aquel lunes de enero era de los que paga hipoteca y madruga para llevar los niños al colegio antes de ir a trabajar. Pero la magia de la música en directo permite que durante dos horas pudieran calzarse las Converse, corear letras de frustración adolescente que poco se acercan a los dramas de la vida adulta y bailar como si estuvieran en una de esas fiestas en la piscina de las comedias adolescentes americanas.
Pero antes de todo ese festín abriría la noche una apenas conocida AirxYel, ex-vocalista de Mermaed, una joven banda afín a Paramore que editó tan solo tres canciones antes de separarse. La solista estrenó la ‘emo nite’ interpretando versiones y algunas canciones propias como ‘All Talk’, ‘Drive Me Home’ o ‘Wondering’ antes de dar paso a Mayday Parade, mucho más reconocibles para los allí presentes. La banda de Florida, activa desde 2005, lleva ya editados siete discos, aunque del último de ellos, What It Means to Fall Apart, hace ya más de tres años. Con una propuesta más cercana en ocasiones al emo pop punk de los primeros The Maine, más románticos y melódicos que la energía de los cabezas de cartel, cumplieron sobre el escenario con temas como ‘Oh Well, Oh Well’, ‘Kids In Love’ o su single más conocido ‘Jamie All Over”’, aunque sin alentar demasiado a un público que permaneció en una especie de letargo hasta que llegó el turno de los estadounidenses State Champs y la cosa empezó a animarse.
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Derek Discanio, frontman del grupo, tiene una de esas voces que sabes que no podría encajar en otro sitio que no fuera en estribillos vibrantes de pop punk. Contagiosos y enérgicos, despacharon una retahíla de temas adictivos como ‘All You Are Is History’, ‘Mine is Gold’, ‘Outta My Head’, ‘Act Like That’ o ‘Everybody But You’ de su más reciente Kings Of The New Age. Insuflaron un chute de energía y vitalidad en su primer partido en suelo catalán y no dudo que salieron victoriosos del Sant Jordi Club dejando a todos con ganas de volver a verlos como cabezas de cartel.
Con puntualidad británica a las 21:30 se apagaban las luces del recinto y sonaban las primeras notas de John Williams en la banda sonora de La guerra de las galaxias (no me preguntéis el porqué) mientras los miembros de Simple Plan hacían acto de presencia en un Sant Jordi que los recibió con euforia. Venían de tres directos seguidos en París y con su último álbum aún presente, el autoeditado en 2022 Harder Than it Looks, el primero sin David Desrosiers, ex bajista que recordemos fue apartado de la banda tras una serie de acusaciones sexuales en 2020.
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La marcha solemne de las galaxias pronto dio paso a un inicio festivo con tres bombazos de nostalgia de los primeros años de la banda, ‘I’d Do Anything’, ‘Shut Up!’ y ‘Jump’, que dejaron claro que saben quien son y qué quiere la gente que sigue apostando por ellos 25 años después. Aparentemente han hecho todos algún tipo de ritual de juventud porque lucen prácticamente igual que hace 20 años (con alguna cana, vale) y la voz de Pierre se mantiene casi inquebrantable al paso del tiempo.
Con una camiseta cuyo dorsal lucía orgulloso la frase ‘Every nite is emo nite’, se acompañó de AirxYel haciendo las veces de Natasha Bedingfield para interpretar la radiofónica ‘Jet Lag’ previa al remate de un prólogo redondo con otro clásico de aquel primer No Pads, No Helmets…Just Balls como es ‘Addicted’. Entre un juego de luces fucsia y anaranjado sonaba ‘Promise’, tema que no tocaban en directo desde hacía años y que quisieron regalar al público barcelonés antes de acudir al que probablemente sea su himno más popularizado, ese salvoconducto de drama adolescente que es la icónica ‘Welcome To My Life’.
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Rezumaba cierta relajación en el ambiente cuando llegaba el turno de temas más recientes como ‘The Antidote’ (en la que suena un punteo muy Blink) o ‘Million Pictures Of You’, no así con una refrescante ‘Iconic’, que parece ser una de las favoritas de la nueva hornada de temas de los canadienses y que guarda cierto ramalazo a la evolución del sonido de Fall Out Boy. Con ‘Summer Paradise’ tiraron de nuevo de pelotas hinchables, algo que ya vimos en su último concierto en la capital catalana, pero nada que pudiera enturbiar la buena vibra que transmite este tema.
Con ‘Astronaut’ se instalaba de nuevo una bajona que sabiamente compensaron con un muy agradecido medley de temas ya emblemáticos de la cultura popular como son ‘All Star’ de Smash Mouth, ‘Sk8er Boi’ de su compatriota Avril Lavigne y ‘Mr. Brightside’ de The Killers. No fue el único de la noche, entre interacciones con el público y chapurreos en español y catalán, se sacaron también de la manga uno en el que metieron cachos de ‘Crazy’, ‘Perfect World’, ‘Save You’ y ‘This Song Saved My Life’, después de retomar la fiesta con ‘What’s New Scooby Doo?’ donde un tipo disfrazado del archiconocido perrete daba saltos por el escenario lanzando lo que juraría que eran camisetas.
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Uno de los mejores momentos de la velada llegaba con ‘Where I Belong’, un tema que celebra lo que estaba ocurriendo allí esa noche y que no solo suena a Simple Plan por los cuatro costados, sino en el que además colaboran We The Kings y los propios State Champs con la voz de Derek, quien obviamente no dudó en salir a gozársela con Pierre poco antes de llegar a un final descafeinado. Y es que tras un breve parón reaparecieron en el escenario para poner patas arriba la sala con ese himno de eterno complejo de Peter Pan que es ‘I’m Just a Kid’ en el que el batería Chuck acabó haciendo crowdsurfing mientras Pierre se agenciaba las baquetas.
Pero posteriormente a ese subidón de energía, Pierre agarró la acústica para concluir la noche con dos baladones como ‘Untitled’ y ‘Perfect”’ que ¿son bonitas y emotivas? Sí. ¿Son la mejor elección para cerrar el setlist? No. Claramente no era ese el orden más idóneo de los tres últimos temas, pero pese a ese traspiés, salimos del pabellón con la sensación de que Simple Plan siguen manteniendo aún la llama encendida. Y además rejuvenecimos unos cuantos años, al menos por un rato, y eso siempre es de agradecer.
SANDRA ASTOR