FECHA: 3 DE DICIEMBRE DE 2021
LUGAR: SHOKO (MADRID)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!
Justo cuando parecía que las restricciones y limitaciones de aforo en las salas comenzaban a ser cosa del pasado, volvemos a ver como los aplazamientos y cancelaciones de varias giras europeas programadas para los próximos meses se convierten en el pan de cada día. La situación continúa siendo confusa para los grupos a la hora de echarse a la carretera, por lo que cada decisión no se debe tomar a la ligera.
Es por ello que el paso de Soen por la capital debe ser valorado casi como un acto de fe. Ahora mismo la banda se encuentra en un momento de su carrera en el que sabe que puede ir hacia arriba y debe aprovechar cada mínima oportunidad cueste lo que cueste. Buena parte de su tour para este otoño ha tenido que ser reagendado a 2022, pero las fechas en nuestro país y Portugal se mantuvieron. Un riesgo que, dado cómo está el patio, hay que agradecer. Cosa que el público supo hacer colgando el cartel de sold out en la Shoko.
Dos bandas invitadas se encargaron de acompañar a los de Martín López en este tramo por la Península. Ambas con suerte dispar. No me extrañaría que Oceanhoarse se hayan rascado el bolsillo para pagarse un slot, dado que su propuesta no pegaba ni con Loctite en este cartel.
El híbrido entre hard rock y metalcore trasnochado de los finlandeses no impresionó a absolutamente a nadie. Menos aún cuando parecían más preocupados de posar para las cámaras aprovechando una ridícula escenografía (con ventiladores y máquinas de humo de por medio) en lugar de ofrecer una actuación convincente. Si encima haces dos parones para meter solos porque tu cantante necesita un respiro cuando el set no llega ni a la media hora, mal vamos. Que lo más destacado fuese una pasable versión del ‘Bark At The Moon’ de Ozzy Osbourne, lo dice todo.
Justo lo contrario que Lizzard. Muchísimo más sobrios en su puesta en escena, el trío francés supo convencer con argumentos al respetable y poco a poco fueron convirtiéndose en la agradable sorpresa de la noche. Rock alternativo a medio camino entre los 90 y primeros 2000 con algún deje progresivo ejecutado con solvencia y convicción. Viendo la entusiasta respuesta del público, estoy convencido de debieron hacer buena caja en el puesto de merchandising al finalizar la jornada.
Me cuesta decir si se debe más al crecimiento que están experimentando Soen en los últimos años o a las ganas de ir a conciertos en condiciones «normales» que tenemos todos, pero la verdad es que fue un gustazo ver la sala llena hasta los topes. No necesitaron de una gran entrada para conectar rápidamente con el público. Bastó con ‘Rival’ y ‘Deciever’ y ya tenían el marcador a su favor.
Al fin ha quedado atrás la coletilla de ser «el grupo del ex-batería de Opeth» o las constantes comparaciones con Tool. Con sus dos últimos álbumes, los suecos han dado con ese estilo propio que tanto han estado buscando. Mucho más directo y centrado en las canciones. No es de extrañar pues que Imperial y Lotus sonasen prácticamente íntegros a lo largo de la noche con apenas un par de concesiones a su catálogo previo (‘Savia’ y una potente ‘Sectarian’ ya en el bis).
Desde luego al quinteto se le vio disfrutar y la complicidad entre todos los miembros es total. Especialmente exultante se mostraba un Joel Ekelöff comodísimo en su papel de frontman. El tipo tiene una planta imponente y de voz va sobrado como dejó constancia en ‘Martyrs’, ‘Lumerian’, ‘Covenant’ o la portentosa ‘Antagonist’, las cuales fueron coreadas como si estuviésemos en un arena. El sonido quizás no fue todo lo nítido que una propuesta como la suya requiere, pero no impidió que baladas como ‘River’, ‘Illusion’ o la ya inamovible en su repertorio ‘Lotus’, brillasen a pesar de que no disponer de un juego de luces acorde a la ocasión.
El impass de la pandemia ha significado toda una prueba de fuego para muchas bandas que, o bien se quedarán por el camino, o por contra saldrán más reforzadas. Sin duda Soen estarán en el segundo grupo y al igual que otros compañeros como Leprous (quienes también desembarcarán en breve por aquí) deberían aspirar a dar el salto a recintos más grandes en futuras visitas.
GONZALO PUEBLA