FECHA: 19 DE NOVIEMBRE DE 2024
LUGAR: PALACIO DE LOS DEPORTES (MADRID)
PROMOTOR: LIVE NATION

Viendo lo cada vez más efímeros que son los hiatos de muchas bandas que deciden partir peras para después regresar tras un breve parón, supongo que nadie ha debido creer que esta gira de despedida que Sum 41 han realizado por todo el mundo durante 2024 vaya realmente a serlo. Estando en el pico de popularidad más alto de su carrera, agotando recintos allá por donde pasan y siendo todavía una banda «joven» (su media de edad está en torno a los 44 años), parece cantado que volverán al ruedo en un futuro más próximo que lejano.

Aun así, y como si se tratara de un matrimonio que decide divorciarse de manera amistosa antes que acabar peleados, los canadienses han optado por hacer las cosas bien. Además de haber entregado un último álbum doble que recoge fielmente la bipolaridad de su sonido, en los últimos meses se han preocupado de recorrer el globo cubriendo festivales y pabellones de Norteamérica, Asia y por supuesto Europa. Tras su triunfal visita del pasado verano por el Resurrection Fest y Mad Cool, ahora tocaba hacerlo en el formato «íntimo» de un arena.

Foto: María García

Neck Deep ejercieron de invitados a la fiesta (aunque servidor hubiera preferido a The Bronx, quienes ocuparon esa plaza durante el primer tramo europeo de la gira) e ignoro si ya de por sí eran un reclamo o que el público venía con ganas, pero el Palacio de los Deportes lució una entrada considerable cuando saltaron a las tablas. El conjunto británico disfrutó de unos 45 minutos en el que fueron despachando títulos como ‘Dumbstruck Dumbf**k’, ‘Sort Yourself Out’, ‘Gold Steps’ o ‘Kali Ma’.

No es que los galeses sean precisamente unos recién llegados, pero se nota que en su más tierna adolescencia debieron pasar muchas tardes escuchando a los protagonistas de la noche o a bandas como Blink 182 y muy especialmente New Found Glory. Esas influencias son las que les llevaron a arrimarse a ese pop punk con breakdowns que tan fuerte pegó entre la chavalada durante la pasada década. Manteniendo la esencia juvenil, su cantante Ben Barlow también mandó mensajes en contra de la reelección de Donald Trump y a favor de la libertad del pueblo palestino. Entretenidos, pero también reivindicativos.

Foto: María García

Al ritmo del ‘TNT’ de AC/DC y con extrema puntualidad, el telón que cubría el escenario cayó para desvelar a unos Sum 41 dispuestos a atacar con una triada inicial que permanece inamovible desde hace tiempo en sus setlists. Quienes ya los hemos visto varias veces en sus últimas giras no nos sorprendió que enlazaran ‘Motivation’, ‘The Hell Song’ y ‘Over My Head (Better Off Dead)’ con un desparpajo que contagió al pabellón entero en cuestión de segundos. Y es que, aunque haya tramos del concierto que ya conoces de memoria, verlos salir con semejante energía es siempre un chute.

Comentaba Deryck Whibley que a lo largo de sus tres décadas carrera los de Ontario habían pasado por diferentes fases con sus respectivos picos y valles. De una forma u otra todos estuvieron representados en la noche del martes en la capital. Desde el pop punk con el que se doctoraron a comienzos del nuevo milenio, pasando por ramalazos metaleros (ahí quedó ese homenaje a Slayer y Metallica interpretando fragmentos de ‘Reign In Blood’ y ‘Master Of Puppets’), o la etapa de madurez reflejada en medios tiempos como ‘War’ o ‘Some Say’. Si en algún momento de tu vida fuiste seguidor de The Sums, seguro que la nostalgia terminó golpeándote.

Foto: María García

Durante las dos horas de actuación, hubo de todo y para todos. Rescataron algunas rarezas como ‘Noots’ (según confesaron, la canción más demandada por la afición) y cortes primigenios para los de la vieja escuela como ‘Makes No Difference’ y ‘Summer’. Pusieron a brincar a toda la pista con ‘Underclass Hero’, ‘Ladmines’, ‘Dopamine’ y ‘Walking Disaster’, pero cuando tocaba ponerse duros en ‘Out For Blood’, ‘We’re All Too Blame’ o ‘Rise Up’ (qué bien encajaron las recién llegadas al repertorio), Dave Baksh y Tom Thacker repartían riffs y solos endiablados para deleite de los metalheads.

Foto: María García

Porque está claro que los diferentes cambios estilísticos que han experimentado en su discografía los han llevado a tener momentos de mayor y menor popularidad, pero siempre han contado con el apoyo de una base de fans que les ha mantenido incluso cuando parecían estar de capa caída. Supongo que en parte eso explica porque son capaces de hacer un medley de Does This Look Infected? (sonaron fragmentos de ‘My Direction’, ‘No Brains’ y ‘All Messed Up’) y que más tarde Deryck disfrute de su momento al piano como si fuera Elton John para acometer una emocionante ‘Pieces’ sin que llegues a sentir que el ritmo del concierto decae.

Se acercaba el toque de queda y había que disparar las últimas balas. Es decir, sus mayores éxitos: ‘Fat Lip’, ‘Still Waiting’ y una ‘In Too Deep’ encargada de cerrar el bis pusieron el pabellón entero a sus pies. Pero cuando algunos ya se dirigían hacia la puerta de salida, la mayoría permanecieron en su sitio sabedores de que todavía quedaba un “inesperado” último cartucho en la recámara. Ya hemos visto en otras ocasiones que aguardar hasta el final de los créditos tiene premio y esta vez fue otra pieza recuperada de entre lo más profundo del baúl de los recuerdos. ‘So Long Goodbye’ fue la “despedida definitiva” con la que echáremos de menos a una de las formaciones más icónicas que haya dado el género. Ahora solo queda esperar a la gira de reunión dentro de unos años. Tiempo al tiempo.

GONZALO PUEBLA