FECHA: 21/08/2019
LUGAR : 
LA RIVIERA, MADRID
PROMOTOR: LAST TOUR INTERNATIONAL

Al igual que Hollywood ha encontrado un verdadero filón en los remakes, segundas partes y precuelas de títulos emblemáticos, la industria musical ha hecho lo propio con las giras de aniversarios de los álbumes más destacados de los artistas. Da igual si la obra en cuestión cumple 30, 25, 10 años o salió la semana pasada. La nostalgia en definitiva, guste o no, es un negocio rentable.

Tal vez ahí resida la respuesta a como un grupo como The Cult fue capaz de hacer sold out en La Riviera en pleno agosto, habiendo anunciado el concierto con tan sólo un mes de antelación y teniendo aún fresco el recuerdo de su paso por el Azkena el pasado junio. Claro que con la excusa de conmemorar el 30º cumpleaños de Sonic Temple, su disco más celebrado, todo cobra otro sentido.

No deja ser cuanto menos curioso que los británicos tengan que tirar de su pasado para seguir siendo relevantes, cuando sus trabajos más recientes siguen rayando a un nivel más que digno tratándose de una formación veterana. Aunque Ian Astbury y Billy Duffy estén viviendo uno de los mejores momentos de forma de su larga trayectoria tanto creativamente como encima de los escenarios, es triste que apenas solo interesen a los ya conversos, siendo incapaces de sumar a las nuevas generaciones para la causa.

Sea como fuera, esa vieja guardia siempre fiel llenó de ambiente la sala ya desde los prolegómenos y a la que la banda entró en escena poco importaba que la mayoría de los presentes peinasen canas. Arrancar un concierto con una canción tan enorme como ‘Sun King’ es un tiro seguro, pero si además viene seguida por ‘New York City’, ‘Automatic Blues’ y otro himno de arenas como ‘Sweet Soul Sister’, entonces es lógico que la gente se ponga a corear como loca. «Demasiado pronto para eso», comentaba un guasón Astbury.

Foto: Blanca Gemma Fuerte

Y es que el frontman, a pesar de sus constantes tics nerviosos (daba la sensación de no acabar de sentirse cómodo con el pie de micro), parece haber dejado atrás esa actitud inestable que convertía cada actuación de The Cult en una moneda al aire. Al igual que hace dos meses en Vitoria, vimos a un Astbury motivado, metido en su papel de rock star, regalando y hasta pateando sus panderetas. El que nunca ofrece dudas es Billy Duffy, quien volvió a dar una clase magistral de lo que es liderar el cotarro desde las seis cuerdas. Escuchar joyas tan olvidadas en sus repertorios como ‘American Horse’ y ‘Edie (Ciao Baby)» con ese tono inconfundible que emerge de su Gibson, es un auténtico regalo para los oídos.

Siguiendo el mismo guión que en el Azkena, ‘Fire Woman’ puso la sala patas arriba y cerró la parte del set dedicada a Sonic Temple. A partir de ahí echaron aún más atrás la mirada para recuperar varios clásicos de su primera década de existencia. Hablamos por supuesto de ‘The Phoenix’, ‘Spiritwalker’ y ‘She Sells Sanctuary’. Tan solo ‘Rise’ y ‘American Gothic’, del metalero Beyond Good And Evil, significaron las canciones más ‘recientes’ de la noche.

Con el publico todavía caliente, regresaron para cerrar por todo lo alto con ‘Wild Flower’ y ‘Love Removal Machine’. Ahí por fin vimos a un Ian cómodo, chuleta, triunfal y hasta sonriente con el público, a pesar de no desprenderse de su chaqueta ni sus gafas de sol en todo el concierto. Después de una época un tanto irregular, parece que The Cult se han reconciliado definitivamente consigo mismos. 

GONZALO PUEBLA