FECHA: 12 DE ABRIL DE 2023
LUGAR: WURLITZER BALLROOM (MADRID)
PROMOTOR: HFMN
Siendo The Flatliners una de mis bandas de punk rock favoritas de la última década, no puedo evitar sentir cierta amargura viendo que su reciente gira por España se ha vuelto a llevar a cabo en salas de pequeño aforo. Concretamente en la capital, en lugar subir de nivel, repitieron en la Wurlitzer igual que en 2018 cuando ya colgaron el cartel de no hay billetes.
Tratándose de un grupo todavía joven (su media de edad aún no sobrepasa los 40) y contando con seis álbumes de calidad innegable, resulta un tanto desmoralizador pensar en que tal vez este sea el techo para uno de los mejores combos de su generación dentro del punk, el hardcore melódico o cómo ustedes quieran etiquetarlo. Salvo excepciones como The Interrupters o Turnstile, la brecha entre la vieja guardia de los Bad Religion, NOFX, The Offspring… y el resto de posibles aspirantes a ocupar su plaza cuando ya no estén, parece cada vez más insalvable. Al contrario que en otros estilos, aquí sí que cuesta encontrar un relevo para las masas.
En cualquier caso, siempre es un gustazo disfrutar de formaciones que estén en un momento de forma tan excelente tocando como si estuvieran en el salón de tu casa. A buen seguro que Main Line 10 agradecieron encontrarse con una sala ya abarrotada cuando pisaron el escenario con media hora de retraso respecto a lo que se indicaba en los horarios. Teniendo en cuenta que era su primera visita a Madrid en siete años, los mallorquines no desaprovecharon la ocasión.
Lo suyo no tiene ni trampa ni cartón. Hardcore melódico de toda la vida, tupa-tupa a piñón y algún riffazo metalero fue lo que nos mostraron en títulos como ‘The Silent’, ‘Satellites’, ‘I Don’t Care’ o ‘Survive’. Por si no era suficiente aliciente poder cazarles fuera de las islas, Ander de Adrenalized subió a marcarse una colaboración antes de que fueran despidiéndose con una potente versión del ‘Wonderwall’ de Oasis. Nada mal para encontrar en calor.
Mientras los canadienses terminaban de hacer ajustes en el equipo, uno ya notaba que el espacio en las primeras filas escaseaba. Señal de lo que venía a continuación no iba a ser otra cosa que una sala en constante ebullición. Y así fue cuando la tropa liderada por Chris Cresswell nos enchufó a las primeras de cambio la rabiosa ‘Performative Hours’ y una ‘Hang My Head’ con la que empezamos a calentar las gargantas.
Probablemente el repertorio escogido fue el que casi todos hubiéramos firmado. Se nota que ellos mismos son conscientes de que Cavalcade (‘The Calming Collection’, ‘Carry The Banner’, ‘Count Your Bruises’, ‘Liver Alone’) y Dead Language (‘Resuscitation Of The Year’, ‘Bury Me’, ‘Caskets Full’, ‘Birds Of England’) son las obras favoritas de la afición. Y no es de extrañar, pues ahora mismo me costaría pensar en compañeros de promoción (a excepción de The Menzingers) que sean capaces de reunir semejante repertorio con el que ir disparando temazos uno detrás de otro como si nada. Ni tan siquiera en los medios tiempos como ‘It’ll Hurt’ y ‘Souvenir’ del flamante New Ruin que presentaban, hicieron bajar la intensidad.
A pesar de que cada uno clavó sus partes con desparpajo y solvencia milimétrica, no hay duda de que los focos siempre iban para Cresswell. Él es el alma indiscutible de los Flatties. Y aunque sus compañeros no hicieron especial esfuerzo en hacerle sombra, sí me llamó la atención la sobriedad a las cuatro cuerdas de Jon Darbey. Era como si fuese a una velocidad distinta a la de los demás, pero siempre con elegancia. El ancla ante la tempestad que todo buen bajista debe ser.
Tras una soberbia ‘He Was A Jazzman’ (tal vez la mejor composición de su carrera) como única referencia a sus inicios ska-core, nos prometieron un bis de tres canciones con el que nos ahorraron el paripé de abandonar las tablas para luego volver. Esto es un concierto de punk rock, señores. Que ‘Monumental’ se la cantó hasta el puerta de la Wurli ni cotizaba, pero lo que no esperaba era que ‘Rat King’ desatara el delirio con el consecuente engorile del personal. Así que ni les cuento cuando se marcharon con un clásico obligado como ‘Eulogy’. Difícil hacerlo mejor.
Todavía me parece irreal que un combo de semejante calibre esté tocando literalmente en bares en lugar de llenar aforos mínimamente razonables para alguien de su calidad. Sería una lástima que en su siguiente gira no viésemos a The Flatliners en unas circunstancias más acordes a lo que de verdad merecen. Aunque si vuelve a surgir la oportunidad de tenerles sudando la camiseta a dos palmos de mis narices, no seré yo quién se queje.
GONZALO PUEBLA