FECHA: 3 DE DICIEMBRE DE 2024
LUGAR: SALA APOLO (BARCELONA)
PROMOTOR: PRIMAVERA SOUND/HEART OF GOLD

Nunca he probado la terapia de flotación, esa en la que te encierras en un tanque con agua y sales aislándote por completo del exterior, pero asistir a un concierto de The Lemon Twigs proporciona, presumo, la misma sensación de bienestar. Durante 75 minutos te sumerges en una burbuja en la que no existe ni los algoritmos, ni los vídeos virales de TikTok, ni los precios dinámicos, ni nada de lo que ha venido manoseando la música en el siglo XXI. Es como un viaje a un tiempo más inocente y puro, un universo paralelo en el que todos los grupos de los recopilatorios Nuggets fueron tan grandes como los Beatles.

La banda de los hermanos Brian y Michael D’Addario parece vivir al margen de todo lo que mueve la industria, y aún así son tan buenos que han conseguido romper el techo de cristal que suele relegar a las formaciones de power pop a salas pequeñas para llenar una como Apolo o la But en Madrid. El boca-oreja a raíz de los magníficos conciertos que realizaron antes del verano, con parada incluida en el Primavera Sound, ha sido mucho más efectivo que cualquier campaña de marketing en redes. No es para menos. Dudo que cualquiera que fuera verlos, no recomendara a sus amigos que no se los perdieran en esta nueva visita.

Foto Music City: Jaume Estrada

Los irlandeses Music City, totalmente desconocidos para mí, fueron un aperitivo adecuado y competente para lo que vendría después, aunque su power pop, con pequeños toques de pub rock y glam, se fija más en los 70 y los 80 que en los 60. Liderados por Conor Lumsden de The Number Ones cumplieron su cometido y al cabo de media hora se largaron sin dejar rastro. Realmente parecen un grupo fantasma con solo un single de 2018 colgado en las plataformas.

A las nueve en punto Brian, con un look muy Mick Ronson y guitarra de 12 cuerdas, y Michael, con traje y corbata, acompañados por el bajista/teclista Danny Ayala, con un Hofner a lo McCartney, y el batería Reza Matin se subían al escenario para arrancar con la animada y nostálgica ‘The Golden Years’ de su nuevo disco A Dream Is All We Know que ya se ha convertido en uno de los grandes himnos de The Lemon Twigs. Siguieron con dos pildorazos de jangle pop sublime, ‘The One’ y ‘In My Head’, maravillándonos una vez más con la perfección de sus armonías vocales y la claridad con la que suenan todos los instrumentos.

Foto The Lemon Twigs: Jaume Estrada

Tan cierto es que sus fuentes de inspiración están totalmente a la vista (Beach Boys, Byrds, Beatles, Zombies, Todd Rundgren…) como que la calidad de canciones como ‘What You Were Doing’, ‘Church Bells’, ‘Peppermint Roses’ o ‘Ghost Run Free’ acompañada de una ejecución impoluta hacen que dé absolutamente igual.

A pesar de no ser unos grandes comunicadores -prefieren que la música hable por ellos-, ni que sean un derroche de energía -no es necesario, aunque Michael pegó algunos brincos a lo Pete Townshend- consiguen que en todo momento mantengas la vista en el escenario. Ahora que está tan vivo el debate sobre lo poco respetuosa que es la gente hablando en los conciertos, hay que resaltar que aquí no fue un problema. Todo el mundo estaba como hipnotizado, centrado en absorber esas melodías divinas y asombrándose al ver que aunque se intercambiaran los instrumentos, todo seguía sonando igual de bien.

Foto The Lemon Twigs: Jaume Estrada

Su maestría vocal lució especialmente en ‘If You And I Are Not Wise’, las versiones de ‘Transparent Day’ de The West Coast Pop Art Experimental Band y ‘I Only Did It ‘Cause I Felt So Lonely’ de The Choir, en la que Michael tocó la armónica, ‘Any Time Of Day’, con esos agudos ultrasónicos tan Bee Gees, y ‘I Wanna Prove To You’ de su debut Do Hollywood (2016) con la que te meten en el interior de un musical bublegum.

Foto The Lemon Twigs: Jaume Estrada

Después de retirarse con ‘How Can I Lover Her More’, como irse de fiesta con los Monkees, Brian volvió solo para interpretar magistralmente las delicadas ‘Corner Of My Eye’ y ‘When Winter Comes Around’. De nuevo, el silencio fue absoluto, quizá porque no estamos habituados a ver alguien tocar una guitarra acústica de manera tan pulcra y cantar así de bien.

El resto salió para tocar ‘I Can Hear The Grass Now’ de The Move, otro guiño a sus influencias, y la rockanrolera ‘Rock On (Over And Over)’ en un bis que supo a poco, aunque no impidió que se ganaran un larga ovación. Me quedé con las ganas de escuchar su versión de ‘Runaway’ de Del Shannon o la de ‘I’ll Feel A Whole Lot Better’ de los Byrds que a veces han aparecido en esta gira, pero ya habrá tiempo para cazarlas en el futuro; el idilio entre The Lemon Twigs y nuestro país va para largo.

JORDI MEYA