FECHA: 17 DE MARZO DE 2023
LUGAR: SALA ZERO (TARRAGONA)
PROMOTOR: RADAR PALMFEST
¿Qué es la vida? Para mí un cúmulo de experiencias, de sorpresas y de recuerdos. Pues el pasado viernes tuve una buena ración de vida en Tarragona porque se cumplieron los tres factores de esa ecuación. En principio el fin de semana se planteaba con un guion claro: tiempo libre con la familia, un poco de turismo visitando los vestigios de la Tarraco romana y desconexión de la rutina diaria en Barcelona. Lo que no entraba en el guion es que, paseando por el centro de la ciudad, topara con una tienda de discos (¿la única que queda en Tarragona?) y un cartel colgado en la puerta modificara mis planes para la noche del viernes: Toundra tocaban en la sala Zero.
La banda de Madrid me flipa desde hace muchos años pero, por diversas razones que no vienen al caso, nunca los había visto tocar en directo, así que no podía dejar pasar esta oportunidad. La sala Zero me encantó desde el principio: está situada a escasos metros del teatro romano de Tarraco, cerca del puerto, en pleno barrio marinero y popular del Serrallo y, al ser un espacio subterráneo y cavernoso, con una buena sonoridad.
Los elegidos para telonear a Toundra fueron Pardals, un grupo formado por gente de Ibiza pero con la base de operaciones en Barcelona. La elección resultó bastante obvia puesto que su propuesta musical no difiere demasiado de lo que ofrecen los cabezas de cartel: post-hardcore instrumental con sucesión de pasajes calma/tormenta. Tocaron todos los temas que tienen compuestos con una ejecución perfecta; tal vez sus componentes estuvieron demasiado estáticos sobre el escenario, pero supongo que querían agradar al público y se concentraron más en clavar sus notas que en conectar a nivel físico.
Pardals vinieron a Tarragona y convencieron, pero los que vencieron de verdad fueron Toundra. El cuarteto de Madrid repasó prácticamente toda su discografía y nos dejaron extasiados e hipnotizados con su intensidad y su nivelón musical. Empezaron con ‘Magreb’ de (II) y ‘Kitsune’, para en el ecuador sacudirnos con las tres partes de ‘El Odio’ que abrían Hex. ‘Cobra’ de Vortex dio paso a dos visitas a (III) para rematar la faena: ‘Cielo Negro (Black Sky)’ y una vibrante ‘Ara Caeli’ en el bis. Esteban Girón no dejó de arengar al público de la primera fila e incluso acabó el concierto tocando su guitarra en un foso que no existía, rodeado de gente que estaba en estado de trance. Después de semejante descarga, y ante la aclamación popular cuando Toundra apagaron definitivamente sus amplificadores, todo eran abrazos, besos y sonrisas.
Aunque me dejaran sordo y con dolor de cuello por el nivel de decibelios y por el headbanging, fue un lujo compartir esta experiencia con un centenar de afortunados que entienden a la perfección que no hacen falta palabraas para conectar y disfrutar con la música de un grupo. Y no solo en casa o en el coche, también en directo. Poder asistir a este bolo fue una auténtica sorpresa para mí y ya se ha convertido en un grato recuerdo que guardaré para el futuro. Así sí que vale la pena vivir esta vida. Para nosotros y para ellos.
JORDIAN FO