FECHAS: 19 Y 20 DE JULIO DE 2024
LUGAR: PARQUE HERMANOS CASTRO (GIJÓN)
PROMOTOR: TSUNAMI XIXÓNA

Los festivales se han convertido en un deporte de riesgo tanto como para organizadores como para asistentes: desde la pandemia, nunca sabes por dónde te van a venir las hostias. La nueva edición del Tsunami Xixón no fue una excepción y esta vez se vio afectado por el caos que se ha vivido estos últimos días en las aerolíneas por culpa del fallo informático de Microsoft, resultando en las notables cancelaciones de los conciertos de Bad Nerves el viernes y The Mysterines en la jornada del sábado.

Entre reubicaciones de última hora, nervios por saber si otras de las bandas del cartel llegarían a tiempo para tocar y la típica rumorología en estos casos disparada en redes sociales, encaramos el Tsunami con ganas de ver qué nos depararía tanta mezcla de estilos en un cartel que, desde que se anunció, no había dejado a nadie indiferente. Mestizaje, que diría el Manu Chao de ‘Muchachada Nui’.

VIERNES 19
Así las cosas, y tras los cambios provocados por la ya comentada (y dolorosa) caída de los Bad Nerves, fueron Blowfuse los que abrieron el festival en el escenario principal ante un sol de justicia. Los catalanes dieron lo mejor de sí, presentando su último trabajo, The 4th Wall, ante un público no muy abundante pero agradecido ante el buen hacer de la banda. Ya se sabe que el slot que les tocó es probablemente el más complicado a la hora de tocar en un evento así, pero el punk rock de los barceloneses agradó tanto a sus fans como a la gente que iba poco a poco entrando en el recinto. La cercanía del Parque de los Hermanos Castro con la playa y el sol que cascaba desde primera hora no eran los mejores acompañantes para un concierto de punk rock, pero Blowfuse cumplieron con solvencia dadas las circunstancias.

Foto Blowfuse ©Tsunami Xixón

A continuación, el segundo escenario dio la bienvenida a Rojo 2, un grupo con una propuesta muy peculiar que no encajó del todo bien, teniendo en cuenta las condiciones tanto ambientales como de estilo del Tsunami. Ataviados con dos máscaras/pasamontañas y saliendo a piñón fijo, los asturianos mostraron ganas y desplegaron sin concesiones una música con tintes electrónicos ante un público que asistía ojilpático a su show. Un bajo distorsionado, una voz desgarrada y la ayuda de bases electrónicas fue todo lo que necesitaron para armar un buen espectáculo, pero a juzgar por lo visto desde el público, pareció bastante evidente que no era ni el momento ni el lugar.

Foto Nova Twins ©Tsunami Xixón

De vuelta al escenario principal, les tocaba el turno a las Nova Twins. Amy Love y Georgia South, líderes de este grupo inglés, se encargaron de sorprender a propios y a extraños con un estilo musical difícil de encasillar. Con el bajo distorsionado y omnipresente de Georgia y la voz de Amy, por momentos parecíamos estar en los primeros 2000 en plena ola del nu-metal de vertiente más electrónica, viniéndome a la mente bandas lejanas como Spineshank. Todo cambiaba cuando la cantante se olvidaba de gritar y sacaba su faceta más melódica en algunos estribillos bastante meritorios, momentos en los que más de un asistente comentaba su parecido a Gwen Stefani, de No Doubt. Los highlights llegaron con las interpretraciones de ‘KMB’ y ‘Choose Your Fighter’, dos temas pertenecientes a su último disco publicado en 2022, Supernova, donde la energía de las inglesas se contagió al público y se pudo ver a la gente disfrutando y saltando en las primeras filas. Eso sí, no sabemos si su pipa disfrutó tanto, con su camisa de manga larga trabajando al sol sin casi descanso.

Foto Tiburona ©Tsunami Xixón

Tras acabar de ver a una de las sorpresas positivas del festival, llegó el momento de Tiburona. Las madrileñas, en una hora en la que poco a poco iban llegando los más rezagados, no engañaron a nadie con su garaje-indie-pop coreable y dieron a sus fans justo lo que prometen: canciones tan sencillas como buenas y sinceras. Estando en la tierra del Xixón Sound era imposible que desentonasen, y más con el buen sonido que había, al menos desde nuestra posición.

Es difícil pensar en bandas que vengan a un  festival como el Tsunami y puedan verse beneficiadas por tocar a la luz del día, y Enter Shikari no son la excepción. Traían un montaje de luces bastante currado, pero claro, no viéndolos de noche perdía toda su esencia. Su propuesta musical ya la conocemos, hicieron un concierto muy similar a lo habitual, sin sorpresas positivas ni negativas.

The Last Internationale aprovecharon bien que se había puesto el sol y demostraron por qué la gente alaba tanto su labor en directo. Un set de pocas canciones en las que se dejan llevar, con una voz que reina por encima de todo. Mucha, mucha clase.

A veces, los problemas que traen las cancelaciones de última hora pueden ser un quebradero de cabeza para todos, y es evidente que así fue en el Tsunami, pero en el caso del viernes, la recolocación de bandas dio lugar a poder disfrutar del tirón de los conciertos de Descendents, Biznaga y Royal Blood, y eso acabó siendo gloria bendita.

Foto Descendents ©Tsunami Xixón

Milo y compañía, que probaron sonido tranquilamente en el escenario principal mientras The Last Internationale aún no habían acabado su bolo, salieron a la yugular desde el segundo uno. Sin apenas parones, los pioneros californianos del punk rock repartieron estopa en forma de himnos desde la primera hasta la última nota. Una pena que el sonido fuese muy deficiente durante prácticamente la mitad del concierto, lo que no coartó las ganas que tenía el público de corear sus temas ni el ímpetu de la banda de agradar al respetable. Fue uno de esos casos en los que las ganas de disfrutar del show se sobrepusieron a las condiciones adversas con las que nos encontramos. Empezando por ‘Hope’ y acabando por ‘Catalina’, la felicidad reinó en las caras del respetable durante una hora escasa, y al final eso es lo que cuenta. ¿Everything sux? Puede ser que sí, pero en ese rato yo vi a mucha gente que parecía haber olvidado los problemas gracias a Milo, su cantimplora y al resto de una banda que también pareció disfrutar de lo lindo sobre las tablas.

Foto Biznaga ©Tsunami Xixón

Como comentaba antes, Biznaga salieron a escena favorecidos por el cambio horario, y vaya si lo aprovecharon. Portando todos camisetas de apoyo a los 6 de la Suiza, los madrileños se subieron a la ola que les había proporcionado el show de los Descendents y la surfearon de la mejor de las maneras. Energía, buen sonido y grandes canciones fueron la mezcla perfecta para que dieran uno de los mejores bolos de esta edición, destacando temas como ‘El Entusiasmo’, que fue recibido como un clásico más del grupo pese a haber sido publicado hace nada. Es de destacar que, en líneas generales, a lo largo de todo el festival, en el escenario pequeño se escuchaba mejor a las bandas que en el grande.

Tras Biznaga, tocaba dar paso al segundo cabeza de cartel de la primera jornada, los ingleses Royal Blood. Con un sonido mucho mejor que el que habíamos tenido a lo largo del día en el escenario principal, el dúo formado por Mike Kerr y Ben Thatcher (acompañados por un tercer miembro a los teclados) salió desde el principio con la intención de no hacer prisioneros. Abrían las hostilidades con ‘Out Of The Black’, ‘Come On Over’ y una magnífica ‘Boilermaker’. Quitando el punto Lars Ulrich que muestra el batería arengando a las masas y dejándose querer, no es que sean el grupo más comunicativo del mundo, pero poca falta les hace cuando tienen a la gente comiendo de la palma de su mano cuando sueltan pepinazos como ‘Little Monster’ o ‘Figure It Out’. Era de ley que, en un día con tanto dominio del instrumento de las 4 cuerdas, el frontman-bajista de Royal Blood reinase por encima de todos con una ejecución de los temas absolutamente impecable. Notable concierto de los ingleses que dejó a la gente satisfecha.

Foto Royal Blood ©Tsunami Xixón

Para finalizar, Catalina Grande Piñón Pequeño no dejaron títere con cabeza en el escenario secundario con su habitual concierto-performance. Probablemente se merecían haber tenido más público, pero la asistencia general de todo el día del viernes fue floja y a última hora la gente ya parecía querer guardar fuerzas para el sábado. ¿Lo bueno de la baja afluencia de público? La comodidad en todos los sentidos: accesos, barras, espacio para disfrutar de los conciertos, etc. Ah, y acierto enorme de la organización el de incluir por fin zonas verdes en las que poder cenar, resguardarse del sol y poder salir un poco del calor del asfalto.

SÁBADO 20 
El sábado comenzó desde bien temprano, con la exhibición de Danny León y los conciertos de Nitropollo y Misconduct en el Skatepark de Cimadevilla a la hora del vermouth La gente aprovechó que todavía lucía el sol y se pasó por allí para disfrutar de un buen rato en uno de los momentos que suelen ser más especiales año tras año en el Tsunami.

Metidos ya en el recinto, y con la lluvia yendo y viniendo cada poco, volvemos a recibir malas noticias como el viernes por culpa de la caída de The Mysterines y el consiguiente cambio de horarios en el cartel. A Wilhelm Scream abren el escenario principal a las 19h y Alkaline Trío se retrasan para tocar en el pequeño entre Yungblud y Bad Religion. En ese aspecto, no hay mal que por bien no venga.

Foto A Wilhelm Scream ©Tsunami Xixón

Tortiboys y Ukelele Joe & sus Hula Shakers abrieron temprano una jornada en la que se vio algo más de público que en la primera. Llegadas las 19h, A Wilhelm Scream salieron a matar perjudicados por un sonido bastante deficiente que dificultó poder disfrutar de una música tan técnica como la suya, aunque ya sabemos que no exenta de agresividad. La cosa mejoró un poco en la segunda mitad, y canciones como The Horse entraron mucho mejor que las interpretadas al principio. Intachable actitud de la banda, muy agradecida de estar en Gijón y derrochando ganas de tocar y disfrutar junto a su público. Perdimos la cuenta de las veces que Nuno Pereira, el cantante de la formación de Massachusetts, agradeció al público el estar allí al grito de eskerrik asko, muchas gracias y moito obrigado. Entrañable.

En otro cambio de tuerca tan habitual en el Tsunami, pasamos ahora a darle la oportunidad a Antifan, un grupo que no podría estar más lejos en cuanto a estilo de A Wilhelm Scream. Con dos miembros de Agorazein en sus filas, su propuesta pareció una elección rara para ese momento, pero la verdad es que demostraron buen hacer sobre las tablas. Si la Movida madrileña no hubiese existido en los 80 y naciese ahora, Antifan serían punta de lanza. ¿Es algo así carne de Tsunami? Probablemente no, pero más de una de sus canciones hicieron mover la cabeza y los pies al personal mientras esperaba a los platos fuertes del día.

Foto Arde Bogotá ©Tsunami Xixón

Uno de ellos eran los siempre controvertidos Arde Bogotá, que salían a escena en un momento en el que la lluvia parecía llegar para quedarse. Por suerte, la cosa amainó y los murcianos pudieron hacer un show muy pensado y trabajado que agradó sobremanera a los fans que acudieron al Parque Hermanos Castro con la única intención de verlos a ellos. Sonaron bien, convencidos de lo que hacen, repitiendo estribillos pegadizos hasta la saciedad y felices de poder tocar en festivales de tan diverso pelaje como el Azkena, el Tsunami o cualquier evento indie actual que se precie. Singles como ‘La Salvación’, ‘Cariño’ o ‘Los Perros’ fueron coreados por gran parte del público, y la banda demostró estar pasando un buen rato en el escenario. Quizás se les puede achacar que lo que hacen pueda resultar un pelín forzado, como por ejemplo ese final en el que dieron de comer a la parroquia haciendo un pequeño guiño a Led Zeppelin para después irse a los camerinos con Black Sabbath sonando de fondo. Al final no hubo gol en Las Gaunas: sus fans se fueron felices, los dudosos arquearon la ceja pero apreciaron ‘cositas’, y los haters se quedaron como estaban.

Con Yungblud, Alkaline Trio y Bad Religion por delante, aprovechamos el concierto de Miniño para verlos desde la distancia mientras cenábamos algo. Disfrutones y muy entregados, sus canciones se trasladan muy bien al directo, así que habrá que seguirles la pista de cara al futuro.

Foto Yungblud ©Tsunami Xixón

Y si Miniño pueden ser el futuro, a juzgar por el seguimiento de sus fans, parece que Yungblud es el presente. Y no me refiero precisamente al concierto del sábado, hablo más bien del éxito que tiene en cuanto a escuchas en diferentes plataformas y en un ámbito algo más, digamos, de red social. Teniendo en cuenta que este fin de semana en Asturias había más eventos dirigidos a un target similar al de Yungblud, es comprensible que el recinto no se llenase, pero más allá de eso, una cosa sí que quedó muy clara: el chaval lo da absolutamente todo en su show. Acorde a la mezcla de estilos del festival, su música es un batiburrillo en el que coge cosas de aquí y de allá y no sabes si estás viendo a un grupo o a cinco diferentes. Ahora parezco Puddle oO Mud, ahora los Green Day más light, ahora Eminem… Escuchándole hay cero casos documentados de canciones originales en su repertorio, pero la chavalada disfrutó de lo lindo mientras el frontman les arengaba y les pedía que se volviesen locos junto a él. Durante ‘Fleabag’ invitó a un fan a tocar la guitarra con la banda y al final del tema acabó regalándosela, para la sorpresa del chaval. Fue, sin duda, uno de los mejores momentos del show. De ahí al final más de lo mismo: ganas, buen sonido y ‘los españoles estáis locos’. Firmó con solvencia el expediente, las cosas como son.

Foto Alkaline Trio ©Tsunami Xixón

Después de las dudas de si llegarían o no a tocar, parece que Alkaline Trio lo hicieron sobre la bocina, teniendo que coger un vuelo a Madrid para después subir a Asturias por carretera, bajarse de la furgo y ponerse a tocar, tal y como comentaron al comenzar el concierto los propios miembros de la banda. Se percibía en el público muchas ganas de verles, y ellos lo notaron y devolvieron esas ganas con energía y temazos para dar y regalar. Una lástima que el sonido de guitarra estuviese tan bajo, creo que arreglando eso se hubiese convertido en un bolo memorable. Dando bastante protagonismo a su último disco, Blood, Hair, And Eyeballs, los de Chicago rescataron canciones de casi todos sus discos, incluyendo ‘Cringe’ del Goddamnit y unas cuantas del From Here To Infirmary para regocijo de sus fans más acérrimos. Tras tantas trabas en los días venideros, al final mereció la pena y tanto la banda como el respetable se fue con una sonrisa de oreja a oreja camino al escenario principal para disfrutar de la joya de la corona del día.

Con puntualidad exquisita, Bad Religion salían a escena con un ‘Recipe For Hate’ que supo a gloria y ya no mirarían atrás hasta el final. Himno tras himno, buen sonido corregido tras un par de primeros temas con dudas  y unas tablas sobre el escenario que les hacen ser lo que son, los putos amos del cotarro. Durante ‘New Dark Ages’ un espontáneo fue capaz de acercarse a Greg Graffin antes de que lo parasen, para sorpresa del cantante, aunque la cosa quedó como una mera anécdota. ‘I Want To Conquer The World’, favorita del que suscribe, sonó a gloria, así como una maravillosa ‘Suffer’ y el tramo que fue desde ‘Sorrow’ hasta el final, en el que desgranaron una obra maestra del punk rock tras otra para delirio de la audiencia. Después de decir que es culpa suya no venir más a menudo, parece probable que puedan volver pronto con alguna gira especial. Mientras tanto, cruzaremos los dedos para que así sea y paladearemos su show en el Tsunami como lo que fue: auténtica ambrosía.

Foto Bad Religion ©Tsunami Xixón

Con el subidón que supuso el conciertazo de Bad Religion, la gente fue a Misconduct a ver si hacían algo tan disfrutable como a mediodía en el Skatepark, donde dieron un show distendido en el que atendieron a peticiones de la gente y no se dieron demasiada importancia, dicho de forma positiva. Cerraron el festival haciendo un bolo algo más normativo, pero igual de dinámico. Los suecos demostraron estar en plena forma con el doblete sabatino en Gijón. Al día siguiente todavía quedaba la jornada ‘bonus’ con Phil Campbell And The Bastards y Scorpions, pero a nosotros ya nos tocaba retirada.

Haciendo balance, puede que no haya sido el cartel más espectacular de todas las ediciones del Tsunami, pero sacamos un buen puñado de conciertos en los que hemos disfrutado de lo lindo. En líneas generales ha sido un festival cómodo y bien organizado, con el punto negro de las cancelaciones y la tardía comunicación de los cambios horarios. Esperemos seguir teniendo Tsunami en Asturias por muchos años más.

MIGUEL GARCÍA & DAVID FERNÁNDEZ