FECHA: 29 DE OCTUBRE DE 2022
LUGAR: WOLF (BARCELONA)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!
Una década y media esperando una gira en condiciones con Wolves In The Throne Room como cabezas de cartel. Desde que les descubriera de chavalito con Two Hunters. No valían los teloneos apresurados. Al final tuvo que darse con Primordial Arcana, un álbum que traiciona sus principios fundacionales, de consumo rápido, antinatural para una formación como ellos. Seguramente, hasta que no sacas discos de estas características no se te abren las puertas del todo. Aun así, les otorgamos el beneficio de la duda en una favorable tarde en la que la niebla se adueñó de Barcelona.
El show inaugural iba de sentimientos a flor de piel. Stygian Bough, el proyecto colaborativo entre los superlativos Bell Witch y Erik Moggridge de Aerial Ruin, nos ofreció una sobria disertación acerca de su primer volumen, con también algunas incursiones al cancionero del dúo que dota de músculo a la banda. Empezaron muy desnudos para ir cobrando fuerza a base de funeral doom vibrante y conmovedor, y para cuando acabaron me tenían a sus pies, emocionado. Las incontables cuerdas de Dylan Desmond, la voz clara y pasional de Moggridge, los guturales de Jesse Shreibman y su perfecto dominio del tempo, jugando además con los teclados con los pies, tras su batería, como me contaron los que estaban situados más cerca… Para servidor, los mejores de la cita.
Con Incantation no hay trampa ni cartón…o truco o trato, vaya. Capitaneados por el incansable John McEntee, una de mis gargantas favoritas del death metal, y adictos a la carretera, ya los volvíamos a tener aquí despachando sus composiciones malévolas. ‘Carrion Prophecy’, y comiendo de su manita. Cuanto más doom más me chiflan. Toda la sala dándole al cuello, pero no debemos obviar que las guitarras sonaron chicharreras al principio, y que poco a poco fueron atinando para certificar el aplastamiento. A McEntee se le veía feliz, no paró de arengar al respetable haciendo los cuernos, cayeron ‘The Ibex Moon’ o ‘Impending Diabolical Conquest’, pero igualmente, pese a cumplir sobradamente, les hemos visto conciertos superiores. Hace unos tres meses en la Bóveda, sin ir más lejos.
Wolves In The Throne Room empezaron un cuarto de hora tarde, y encima, nos enchufaron más de cinco minutos de una intro que ni sugirió ni transportó. Como era de esperar, ‘Mountain Magick’ empezó su ritual, logrando milagrosamente que el recinto cerrara su boca, y después le siguió ‘Spirit Of Lightning’, quizá la mayor muestra de que los de Olympia han tomado algunas sendas que no todos transitaremos. Los recién llegados, en nirvana; los viejos del lugar, en actitud circunspecta.
Esos interludios entre tema y tema existen en sus discos, por supuesto, pero se merendaron bolo por la patilla sin conseguir su objetivo, y sinceramente, he tragado tanto incienso estos años que ya tengo el sentido olfativo adormecido. Esos ceremoniales de tantísimas bandas que sí nos han aturdido o traspasado el alma a lo largo de lustros no encontraron una continuidad clara en la Wolf.
Podríamos decir que con ‘Angrboda’ se inició la parte destacable de su descarga, y que ‘Prayer Of Transformation’ de Celestial Lineage, su última gran obra, abrió la veda al portento. Como ya le observé a Abbath en su reciente visita en la Apolo, no comprendo por qué algunos optan ahora por un doble bombo triggeado que se traga los demás instrumentos, y que tiene más que ver con Fear Factory que con el black metal. De la misma forma, también hay que ensalzar cómo Nathan Weaver y sus dos lacayos a las cuerdas se repartieron las facetas al micro, consiguiendo el hecho casi inédito de contar con tres voces extremas en directo intercambiables e igual de competentes.
‘Vastness And Sorrow’ y la sublime ‘I Will Lay Down My Bones Among The Rocks And Roots’, ambas mágicas, me recordaron por qué estos lobos, hace tiempo, se sentaron por derecho propio en mi salón del trono. Me marché de la sala pensando que bastante de su repertorio me había sobrado, pero que finalmente habían sabido arrastrarme fuera de esta intrascendente y vulgar cárcel de piel, huesos y víscera.
PAU NAVARRA