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Crónica – Wormed (Barcelona)

No son de este mundo, ni siquiera forman parte de este plano temporal.

FECHA: 9 DE NOVIEMBRE DE 2019
LUGAR: SALA BÓVEDA (BARCELONA)
PROMOTOR: OCTOPUSS PRODS

Finalmente llegó el fatídico sábado 9 de noviembre, el día con la mayor concentración de bolarraquens que yo recuerde en mucho tiempo. Por un lado teníamos el festival Metalcova con Tygers Of Pan Tang, Picture o Toledo Steel, luego a Mayhem y compañía en Razz 2, e incluso en el centro social okupado L’Astilla habían preparado una buena… Pero servidor se decantó por Wormed desde que salió el cartel, porque queridas y queridos, como esta peña no hay ninguna otra banda en la galaxia.

El brutal death no es un estilo con demasiado seguimiento en la capital catalana, así que sumándole la saturación enumerada, no es de extrañar que cuando Phrymerial saltaran al escenario estuviéramos entre amigos.

Cuando te encuentras ante un público frío en una sala grande es normal que te contagies de ello, pero aun así, los de Blanes se ganaron el respeto de propios y extraños con sus mejores armas: el slam y esos breaks absolutamente destructivos propios del brutal deathcore.

Se fueron calentando, y calentando, y calentando, y así es como Xenomorphic Creation luce mejor. Con una garganta como la de John Puig ejerciendo de embajadora lograrán todo lo que se planteen, vaya que sí.

Foto de Joan Hernàndez

Con sus diez años de experiencia, Human Carnage hicieron valer su veteranía para pasarnos por encima con la velocidad habitual. Sin novedad en el frente, vamos.

Emre se convirtió en un torbellino de melenas al viento y guturales exterminadores, y aunque al principio le faltó volumen, Naga S. Maelstrom repartió riffs de alto voltaje con ese toque black que los hace tan particulares. Lo suyo es una especie de cruce entre Hate Eternal y Belphegor, y joder, eso tiene que molar a la fuerza.

Aprovecharon para presentar temas de su próximo álbum y se atrevieron con ‘Subjected To A Beating’ de Dying Fetus. ¿Qué más se puede pedir? Muy buen bolo.

Si antes hablábamos de veteranía, ahora la palabreja se quedaría corta a la hora de hablar de una formación como Fermento. Fundados en 1991, hacía 15 años que no tocaban en Barcelona, y lo cierto es que la sala ya presentaba mucho mejor aspecto durante su descarga. Dudo mucho que los promotores salvaran los muebles, pero tampoco pudo hablarse de descalabro total.

Foto de Joan Hernàndez

Cual psycho killer televisivo, Robert comandó a la banda con ese brutal death de cuando todavía no existía nada en este país, repasando todas esas canciones que por mero peso histórico ya deberían ser respetadas.

Fue muy curioso comprobar cuánto han cambiado las distintas generaciones del brutal contemplando, de seguido, las tres primeras formaciones de la velada.

Wormed llegaron con el tiempo justo desde Asturies, pues el día antes habían actuado en el Wolfest de Oviedo, y con un sonido notable, aunque no perfecto, dieron otra lección de metal estremecedor, abrumador e híper calculado. Como sólo ellos pueden ejecutar.

Presentando Metaportal, su reciente EP, el titán madrileño nos vapuleó con esa portentosa precisión quirúrgica, esa enormidad extrema que te anula los sentidos, con Phlegeton dominando el cotarro con la soltura habitual. Un jefazo total.

Foto de Joan Hernàndez

Cada vez se prestan más al headbanging, y eso es malísimo para nuestras cervicales… y fantástico para las barras de las salas, claro. Su concierto me pasó volando, pero no sé si porque lograron abrir un agujero de gusano por el que desfilamos todos, si porque son únicos en su especie o porque, simplemente, me superchifla todo lo que estos cuatro sean capaces de producir.

V-Kazar, un toro tras los parches. Guillemoth, esa mantis enajenada al bajo. Migueloud, el maldito Satanás a la guitarra. ‘Tautochrone’ y ‘Techkinox Wormhole’ para finiquitar el show. Hay que ser cabrón.

Imposible juzgar la obra de esta gente en plenas facultades mentales. Es algo que te ultrapasa, que no es de este mundo, que ni siquiera forma parte de este plano temporal.

PAU NAVARRA