Powerslave de Iron Maiden fue introducido en mi Hall Of Fame durante el primer año de mi colaboración con RockZone. Está en mi top 20… bueno, en mi top 10 de discos favoritos de todos los tiempos. Va pasando el tiempo, pero no ha envejecido, y sigue tan fresco como cuando lo escuché siendo un pequeño mocoso.

Pero Iron Maiden no se convirtieron en un fenómeno mundial con un solo álbum. Habla con diez fans de ellos y tendrás diez playlist diferentes con sus canciones favoritas. Su discografía es extensa, amplia y exitosa. Para mí, sus mejores años son los que van desde los inicios con Di’Anno hasta este álbum, Somewhere In Time. Por entonces, Bruce Dickinson ya se había acoplado totalmente a su sonido, lo cual dice mucho de él teniendo en cuenta lo bueno que era Paul Di’Anno como vocalista. Dickinson no sólo consiguió igualar a su antecesor, sino que lo usurpó. Se puede decir que junto al ataque de guitarras gemelas, el bajo galopante de Harris o la imaginería de Eddie, la voz de Dickinson es parte del sello Maiden.

Sabiendo que Powerslave es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos, su sucesor realmente no tenía ninguna oportunidad. Llegué a estar tremendamente decepcionado con Somewhere In Time. Canciones como ‘Alexander The Great’ o ‘The Loneliness Of The Long Distance Runner’ eran pálidas continuaciones de ‘The Rime Of The Ancient Mariner’ y ‘Powerslave’. Además, no tenían el tinte diabólico de aquéllas. Por ejemplo, ‘Powerslave’ empezaba con la frase “Into the abyss I fall, the eye of Horus” y ahora Dickinson… ¿Parecía estar hablando sobre correr una maratón? ZZZzzzZZZ

Después del año agotador girando con Powerslave, la banda estaba quemada y buscando un cambio de dirección. El ángulo futurista de Somewhere In Time proporcionó la suficiente permuta tanto visual como audible. En la portada del álbum, Eddie salía caracterizado como un cazarrecompensas del futuro y la tipografía del título del álbum estaba hecha con letras de reloj digital (eso era todo lo futurista que se podía ser en 1986). En el vinilo, el sonido de Maiden se pulió un poco, hasta el punto de ser casi estéril. Esto se debe a la inclusión de sintetizadores en casi cada tema del álbum, excepto ‘Stranger In A Strange Land’. Mientras bandas como Judas Priest, que habían editado Turbo tan sólo unos meses antes, recibieron un varapalo en el mundo del metal por usar sintetizadores, Maiden supieron salir airosos del trance. Somewhere In Time fue doble platino, la primera vez que le sucedía al grupo.

Debido a tener una pequeña colección de discos y la imperiosa necesidad de que me gustara lo que Iron Maiden consideraba que era valioso, escuché el álbum sin parar hasta que me acabó gustando. Incluso hoy, mientras me preparo para escribir esto, lo escuché de nuevo para asegurarme de que estaba en lo correcto sobre todo lo que quería decir, y me gustó todavía más.