Hay dos cosas que han pasado recientemente que me han hecho escribir sobre Poison. La primera fue escribir hace poco sobre cómo Night Songs de Cinderella ha sido un disco largamente malinterpretado e ignorado, cuando se habla de música rock. Hablando sobre esto mencioné que el debut de Poison, Look What The Cat Dragged In, editado el mismo año, prácticamente representó todo un género (las dos bandas fueron metidas erróneamente dentro del saco del glam). También acabé comentando que el glam utilizaba de manera constante “estribillos baratos”, “imitadores de Vince Neil”, “aspirantes de David Lee Roth” e “insulsos” solos de guitarra; algo que Poison venían a representar. Ellos eran tan amados como odiados (amados por las chicas, odiados por los chicos). Siendo un thrasher orgulloso que amaba el crossover, denuncié a Poison de manera pública.

La segunda razón para escribir sobre Poison este mes fue que, recientemente, escuché el podcast de Jamey Jasta de Hatebreed con Steve ‘Zetro’ Souza de Exodus como invitado, donde admitía que era fan de Dokken y Ratt. Eso fue la bomba para mí. A pesar de que yo también sea fan de Ratt y Dokken, que Zetro lo admitiera públicamente es algo que va en contra de lo que se suponía que representaban Exodus cuando era adolescente. Pero estamos en 2018, amigos, y todas esas líneas invisibles se han derribado, por lo que, siguiendo a Zetro, me voy a lanzar al barro y admitir que no sólo he sido fan de Look What The Cat Dragged In de Poison durante años, ¡sino que además lo he comprado dos veces! Sí, es verdad.

Mi afición por Poison es algo que sólo admito cuando estoy entre amigos, pero nunca lo he hecho públicamente. Objetivamente, Look What The Cat Dragged In es simplemente imbatible como disco festivo de glam rock. En ningún momento intentaron reinventar la rueda, de la misma manera que les pasó a otras muchas bandas… con la diferencia de que ellos sí que pensaban que la habían reinventado. Eso es precisamente porque me gusta… ¿Amo…? Look What The Cat Dragged In. La absoluta ausencia de pretensión.
Canciones como ‘Cry Tough’, ‘I Won’t Forget You’, ‘Look What The Cat Dragged In’ y, por supuesto, ‘Talk Dirty To Me’, no pretenden ser nada más que instigadoras para la fiesta. Admitamos que las voces son justas, la guitarras mediocres y la imagen estridente, pero ¡las canciones! Esas canciones podían hacerte huir de la monotonía en un momento. Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que queremos en una banda de rock’n’roll?

Al final, me dejé llevar por la presión de mis compañeros y dejé de seguir a la banda después de ese debut, que todavía tiene un sitio especial en mi corazón. Si no fuese por el implacable juicio de los thrashers y punks dictando veredictos de manera desfavorable sobre mis gustos, me hubiese aventurado a explorar su discografía y, quizás, me hubiese gustado

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