En aquellos tiempos, si estabas metido en el thrash metal pero no eras lo suficientemente afortunado de haber nacido en San Francisco o Nueva York, sólo te quedaba imaginártelo todo por ti mismo. Estarte levantando hasta tarde jugando con el dial de la radio para intentar pillar alguna radio universitaria o devorar revistas de música, eran tus únicas opciones.

Cuando visitaba las tiendas de discos con el poco dinero que tenía, era un gran juego de adivinanzas saber cuál de los discos que tenían una pinta increíble sonaba el más increíble de todos. Hubo un montón de compras de las que me arrepentí una vez llegué a casa. Por supuesto, hubiésemos deseado tener YouTube o Spotify para poder saber cómo íbamos a gastar nuestro dinero, pero ése era un lujo que no teníamos entonces.

Había visto un anuncio de Metal Blade en el que el sello que nos había descubierto a Metallica y Slayer nos enseñaba la siguiente oleada de bandas. Mostraba a sus nuevos fichajes y me fijé en el logo de Sacred Reich. Cuando vi su primer álbum, Ignorance, en una tienda local de segunda mano, puse mi cambio encima del mostrador y me lo llevé a casa, basándome tan sólo en la fe que tenía en el anuncio de Metal Blade. Ya había escuchado un tema que tenía grabado de un programa de metal que se daba por las noches, así que al menos sabía qué me llevaba de la tienda y con los pocos discos que tenía para disfrutar, me puse a escuchar Ignorance de manera constante.

Este año se cumple el 30 aniversario de este debut y, para celebrarlo, el grupo se ha embarcado en su primera gira de clubes por Norteamérica en décadas. Cuando salieron las fechas recé para que me pillara en casa y no girando por ahí, y afortunadamente así fue, y para el Opera House que me fui, el lugar donde se iba a celebrar la fecha en Toronto de Sacred Reich.Allí estaba desde un lado del escenario viendo cómo iban cayendo en su repertorio todas esas canciones que amamos, ‘Death Squad’, ‘Surf Nicaragua’, ‘Sacred Reich’, ‘American Way’, pero cuando llegó el momento de ‘War Pigs’, la versión de Black Sabbath que salía en Surf Nicaragua, el cantante/bajista Phil Rind se giró y me buscó para que fuese al centro del escenario a cantar con él. Por supuesto conocía ‘War Pigs’. Joder, es prácticamente mi himno personal, pero la timidez me venció y rechacé la oferta dos veces. Hasta que me dije ‘a la mierda’ y salí al escenario para cantar la melodía de guitarra en la parte final. Dado que ése era un tour de aniversario y girar no es algo que hagan muy a menudo, la oportunidad de cantar junto a Sacred Reich fue como sentir la luna en la palma de mi mano. Una vez pasado, todavía me pregunto si eso pasó de verdad. ¡Alcemos las copas por el 30 aniversario de Sacred Reich!

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