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DAVE EUGENE EDWARDS – ‘Hyacinth’

Reconciliará tanto a quienes echaban de menos su etapa clásica como a los que demandaban aires de renovación.

Enigmático como pocos, Dave Eugene Edwards es uno de esos personajes de los que te gustaría descifrar lo que se esconde dentro de su mente. Poseedor de un sonido único e intransferible que ha ido desarrollando a lo largo de los años bajo el nombre de Woven Hand, ahora parece decidido a continuar su camino bajo una nueva marca. La suya propia.

La verdad que resulta difícil comprender que es lo que le ha llevado a tomar la decisión de publicar Hyacinth como su debut en solitario en lugar del décimo trabajo de estudio del proyecto que inició tras la desaparición de 16 Horsepower. Basta con una pasada superficial para darse cuenta de que esta colección de canciones no dista del tono pastoral de álbumes pasados como Consider The Birds o Mosaic. Aunque también guarda algunas novedades.

‘Seraph’ es la primera piedra de un trayecto construido con elementos familiares y otros casi inéditos en el discurso del reverendo. A medio camino entre lo chamánico y el ritual alucinógeno, la profundidad vocal de DEE se ve arropada por sutiles arreglos electrónicos. Lejos de chirriar, su aportación ayuda a refrescar una propuesta que daba síntomas de estancamiento como ya intuimos en su trabajo del pasado año, Silver Sash.

Esta renovada forma de entender su propia música se amplía en títulos como ‘Celeste’, ‘Bright Boy’ (dónde su laúd navega por encima de una caja de ritmos) o ‘Lionisis’. La base sobre la que se sustentan las canciones nos es familiar, pero desde luego hay un trasfondo de querer darle un lavado de cara a lo que venía practicando. En muchos aspectos, recuerda a los últimos movimientos dentro de la carrera de otro cantante tan misterioso como era Mark Lanegan, con el que Edwards guarda ciertos paralelismos.

Hay espacio para cortes más clásicos, caso de ‘Howling Flower’ o ‘Hyacinth’, desprovistos de la parte artificial del álbum y retomando el espíritu primigenio de sus inicios. Situando su voz en primer plano, no necesita mucho más para colorear los espacios con cientos de matices. Por eso, cuando en ‘The Cuckoo’ firma el tema que mejor entra a la primera gracias a su cadencia fronteriza, uno no puede sino fantasear con la catarsis que debe suponer en directo.

Independientemente del nombre que luzca en la cubierta, Hyacinth conserva la esencia de un hombre que es dueño de un estilo verdaderamente personal. Reconciliará tanto a quienes echaban de menos su etapa clásica como a los que demandaban aires de renovación. Un equilibrio que Dave Eugene Edwards ha sabido encontrar justo en el arranque de una nueva aventura. Veremos hasta dónde le lleva.

GONZALO PUEBLA