Cada obra de Deathspell Omega es un oráculo de este tiempo, nos muestran el camino a través de lo esotérico y la metafísica. The Furnaces Of Palingenesia, la nueva profecía de los franceses, se aleja de la velocidad y brutalidad de su antecesor The Synarchy Of The Molten Bones, en pro de un fin más atmosférico. Cada tema, por corto que sea, obedece a un propósito mayor, fluir como neurotransmisores a base de odiosos riffs y arpegios disonantes.
Con la inicial ‘Neither Meaning Nor Justice’ empiezan a hurgar en tu cerebro, descodificando tus creencias y valores morales. Sometidos a juicio y destruidos con la incendiaria ‘The Fires Of Frustation’, les agradeces infinitamente que ‘Ad Arma! Ad Arma!’ sea un bálsamo de veneno, ya que esas trompetas no auguran nada bueno que esté a punto de acontecer.
‘Splinters From Your Mother’s Spine’ e ‘Imitatio Dei’ despliegan todo su potencial lanzando intrincadas ráfagas de sonidos, diseccionan meticulosamente tu ya trastornado encéfalo, desencadenando en un solo estado de transición el vacío existencial. Un atisbo de humanidad tras las melancólicas melodías de ‘1523’ será sesgado de raíz por la afilada ‘Sacrificial Theopathy’, que recorre tu espina dorsal a toda velocidad, parando en seco ante los pasajes desoladores orados con saña en ‘Standing On The Work Of Slaves’.
Los martilleantes compases de ‘Renegade Ashes’ vaticinan tu consumición final, arrastrándote en lava que escupe la retorcida ‘Absolutis Regeneration’ para acabar fundiéndote en la última ‘You Cannot Even Find The Ruins…’. Has sido destruido para volver a nacer.
SANTA
