Desde que arrancó la presente década, da la sensación de que los chicos de DeWolff necesitan encontrar una motivación que justifique cada uno de sus nuevos trabajos.
Veamos; Tascam Tapes les pilló en la carretera trasteando con una grabadora de cuatro pistas, mientras que Wolffpack fue su disco de confinamiento y Love, Death & In Between la celebración del fin de este reuniendo a una decena de músicos invitados en el estudio. Puede que al final su sonido que aúna rock de los 70, rhythm and blues y soul acabe resultando homogéneo, pero nadie podrá acusarles de procrastinar en exceso. No son King Gizzard & The Lizard Wizard o Ryan Adams, pero poco les falta.
Así pues, ¿qué nos ha preparado el trío tulipán para su décima entrega? Pues nada menos que un homenaje a dos de los estudios más emblemáticos de la historia de la música norteamericana; los míticos Fame y Muscle Shoals Sound Studio de Alabama. Toda una Meca por dónde leyendas como The Rolling Stones, Bob Dylan, Aretha Franklin, Lynyrd Skynrd o Willie Nelson, entre muchos otros, han dejado estampado su talento. Y por supuesto, los hermanos Van De Poel y el teclista Robin Piso también han querido firmar su “nosotros estuvimos aquí” en forma de álbum.
Fue el pasado mes de mayo cuando los holandeses viajaron hasta la tierra prometida cumpliendo uno de sus sueños. Con un título tan claro como Muscle Shoals, no es difícil adivinar que aquí la tendencia se ha inclinado hacia su sonido más negroide. Lo cual tampoco es una novedad, ya que lo llevan manejando con maestría desde hace años. Por esa parte, puede que el LP no sorprenda en exceso al redundar en todo lo que han mostrado anteriormente de manera notable.
Podríamos ir marcando cada una de las casillas de lo que cabe esperar en un nuevo disco de DeWolff según va avanzando el tracklist. ¿Rock? Lo tienes en la potente ‘Ophelia’ y ‘Natural Woman’ dónde suenan más a The Black Keys de lo que lo hacen últimamente Dan Auerbach y Patrick Carney. ¿Blues hipnótico y seductor? Ahí te van ‘Out On The Town’ y ‘Winner (When It Comes To Losing)’. ¿Quieres ponerte bailongo? Agárrate al groove funky de ‘Hard To Make A Buck’ o ‘Fools & Horses’ que vienen cuervas. O si lo que te va son las dulces baladas soul, con ‘Let’s Stay Together’ y ‘Ships In The Night’ quedarás saciado. En otras palabras; otra ración de lo mismo de siempre servido con el mismo sello de calidad de siempre.
No cabe duda de que se lo deben haber pasado como niños en un parque de atracciones registrando esta nueva colección de canciones. Pero como decía antes, el impacto respecto a referencias previas es menor. Resulta encomiable el ritmo de trabajo que llevan en los últimos tiempos, pero tal vez no les vendría mal espaciar un poco sus lanzamientos (4 trabajos de estudio en los últimos cinco años, sin contar un par de álbumes en vivo) para oxigenar tanto a su público como a ellos mismos.
Tampoco la excesiva duración juega a su favor. Con un par de cortes menos hubiera sido suficiente para mostrar todas las cartas. Y es que cuando llegas a los 8 minutos de ‘Snowbird’, con una jam central en la que se explayan a gusto en lo instrumental, cuesta mantener la atención. Más aún si lo comparamos con aquella grandiosa epopeya llamada ‘Rosita’ que nos brindaron hace no tanto.
¿Quiero decir con esto que DeWolff han tropezado en Muscle Shoals? En absoluto. Simplemente es otro buen ejercicio de estilo propio que sumar a su catálogo, pero que adolece del punto de brillantez que poseen sus mejores obras. En cualquier caso, pueden estar seguros de que volverán a volarnos la cabeza cuando vengan a presentarlo en directo el próximo mes de febrero.
GONZALO PUEBLA