El título de esta columna hace referencia a una de mis películas favoritas de Woody Allen, Radio Days (1987), un homenaje a la radio ambientado en el Brooklyn de los años 40. En la casa del personaje principal, un niño judío de 10 años, el receptor está permanentemente encendido. Ese cacharro, verdadero protagonista del filme, inunda el salón de música jazz, noticias reales, relatos de pura ficción como ‘El Vengador Enmascarado’ y concursos para toda la familia.
Ese mueble parlante era entonces una pieza clave en los hogares, un electrodoméstico imprescindible. Preguntad a vuestros padres y abuelos. Seguro que recuerdan la llegada del primer televisor a su bloque o pueblo. La radio perdió peso específico en el hogar con la irrupción de la llamada caja tonta, pero encontró su espacio y sobrevivió.
¿Y ahora? La radio todavía se está adaptando a los nuevos tiempos, e incluso ha sacrificado parte de su magia para encajar en la era audiovisual. Me refiero a los programas que también se pueden ver en plataformas como YouTube. En definitiva, nada que ver con el encanto del periodo retratado por Allen.
En esta columna hablaré de radio y, más concretamente, de podcasts, presente y futuro de uno de los tres medios de comunicación masiva tradicionales (junto a la televisión y la prensa escrita). Reflexionaré sobre el auge del formato, comentaré novedades y, sobre todo, recomendaré algunos podcasts musicales imprescindibles. Y es que solo hay dos cosas que me gusten más que la música de guitarras: hacer radio -ahora diríamos podcasting- y escuchar programas enlatados.
De hecho, quizá también aprovecho esta columna para rememorar batallitas. Presentar un programa de radio musical como El Ecualizador desde el 2001, por el que han pasado bandas locales y nacionales flipantes, de Aina a Wild Animals pasando por The Unfinished Sympathy o Toundra, da para unas cuantas editoriales. Le debo mucho a este pequeño espacio radiofónico. Sin ir más lejos, me permitió conocer unos años después al entrañable Jordi Meya y colaborar en los últimos números de la mítica Rocksound. Todavía recuerdo su primer encargo: reseñar They’re Only Chasing Safety de Underoath y Chopstick Bridge de Avoid One Thing. Superé la prueba y aquí sigo, encantado de la vida, pero volvamos a la radio.
Los lectores de una revista 100% digital como RockZone seguro que sabéis qué es un podcast, una palabra que viene de la combinación de iPod y ‘broadcast’ (emisión). Sin embargo, aquí, en España, este ‘palabro’ sigue siendo bastante desconocido y su consumo, residual en términos generales. Nada que ver con Estados Unidos, donde el podcasting cuenta con millones de adeptos y se realizan auténticas producciones millonarias.
El podcasting no apareció reflejado en el Estudio General de Medios (EGM) hasta mediados del 2017. Fue en la la primera Ola del EGM que desglosó por primera vez la información sobre la audiencia de radio digital en función de si la escucha es en directo (streaming) o en diferido (podcast). Según esos primeros datos, el podcast representaba solamente el 1,6% de la escucha total de radio y una quinta parte (20%) del consumo de radio a través de internet. En la era de la televisión a la carta, los libros electrónicos y las series ‘en streaming’, todo indica que la descarga y consumo de estos archivos de audio a través de ‘apps’ irá en aumento.
En el último EGM, el 22% de los encuestados afirma haber escuchado la radio en diferido en el último mes. La diferencia es mínima, pero la tendencia está ahí.