A finales de 2019 ya os hablamos de Dirty Honey, por haber sido la primera banda que llegaba a nº1 de las listas Billboard Mainstream Rock Songs sin ni siquiera tener un contrato discográfico, gracias a su single ‘When I’m Gone’. Entonces comentábamos que seguramente este cuarteto de Los Angeles sería el que mejor aprovecharía el tirón de Greta Van Fleet en 2020, una vez comprobado que una banda de classic rock también podía tener éxito.
No sabemos que hubiera pasado de no ser por la pandemia, quizá haya pasado su momentum, pero este cuarteto de Los Angeles lanza por fin su primer largo después de haber estado trabajando en él durante una buena temporada, eso sí de manera remota, con el productor Nick DiDia (Pearl Jam, Rage Against The Machine). Teniendo en cuenta el tiempo extra que han tenido, al no poder salir de gira, lo primero que sorprende del álbum es que sólo contenga ocho temas. Quizá han querido seguir la máxima de ‘lo bueno, si breve, dos veces bueno’, pero llama la atención que no hayan mostrado un poco más de ambición.
Por lo demás, pocas novedades respecto a lo que habíamos escuchado en su EP de 2019. Dirty Honey siguen teniendo en los grandes nombres de los 60 y los 70 sus mayores referentes, en especial los primeros Aerosmith, y ninguna voluntad de inventar la rueda, sino simplemente hacer que siga rodando.
Pese a no ser brillantes, hay que reconocer que la lección la llevan bien aprendida. Marc LaBelle tiene una vez perfecta cantar rock’n’roll, rasposa y con feeling, John Notto le saca partido a su guitarra con buenos riffs y licks blueseros, y el bajista Justin Smolian y el batería Corey Coverstone forma una sección rítmica con mucho groove. Y además saben escribir buenas canciones.
Como decíamos, la huella de los Aerosmith de Toys In The Attic y Rocks se aprecia bien claramente en temas como ‘California Dreamin», ‘The Wire’, ‘Tied Up’ (en esta incorporan unos coros femeninos) o ‘No Warning’, mientras que en ‘Take My Hand’ se decantan por un riff más a lo Zeppelin, y en ‘Gipsy’ y ‘The Morning’ por AC/DC. Finalmente cierran con ‘Another Last Time’ donde asoma un toque a lo ‘Little Wing’ de Jimi Hendrix, en una balada que podríanhaber firmado The Black Crowes.
Pero con este debut, Dirty Honey todavía no merecen ser colocados en la misma liga del grupo de los hermanos Robinson, sino más bien en la de bandas como Rock City Angels o Brother Cane que en su momento también intentaron exprimir una gota más de este limón llamado rock’n’roll.
DAVID GARCELL