No deja de resultar llamativo como después de 20 años y ocho discos a sus espaldas, Disturbed puedan seguir estirando el chicle, y que, además, este todavía mantenga su sabor.
Vistos los resultados a lo largo de estos años, no puede ser casualidad que los de Chicago sigan siendo la banda más consistente y exitosa de toda aquellas generación de bandas americanas de metal que salieron alrededor del cambio de siglo a rebufo del nu metal. Divisive no es solo un paso más en su carrera, sino que indudablemente es su mejor trabajo en bastante tiempo. Nada nuevo bajo el sol desde luego, pero la banda sigue sabiendo exprimir a la perfección sus signos distintivos: los ritmos sincopados, los riffs de Dan Donegan, y los característicos fraseos vocales de David Draiman de los que tanto se ha hablado.
Esta vez el cliché de que «es nuestro disco más duro en mucho tiempo» es totalmente cierto, yendo además a por faena, despachando las diez canciones del álbum en menos de 40 minutos, justo a tiempo para que el álbum no caiga en el aburrimiento ni en la repetición. Ni una sola novedad o riesgo, pero una solvencia total a la hora de ejecutar su fórmula.
Canciones como ‘Hey You’, ‘Divisible’ o ‘Unstoppable’ es todo lo que puedes esperar de Disturbed. También tenemos ese momento pseudo épico en ‘Feeding The Fire’, un gran final de álbum con la melódica ‘Won’t Back Down’, y a falta de versiones -un recurso que tanto les benefició en el pasado con ‘Shout’, ‘Land Of Confussion’, y sobre todo ‘The Sound Of Silence’-, encontramos un dueto con toda una leyenda como Ann Wilson de Heart en ‘Don’t Tell Me’. Es la típica balada que les puede reportar ese hit en las radios adultas para que el álbum tenga su chance comercial. En definitiva, todo en orden en el universo Disturbed.
RICHARD ROYUELA