Obviando al omnipresente Glow On de Turnstile y, si me apuras, una selección con lo más granado del último álbum doble de Mastodon, los mejores momentos musicales de 2021 llegaron a servidor de la mano de los escoceses Dvne. Al menos, los más sorprendentes y estimulantes.
Y es que, a poca gente afín al post metal, el sludge o el progresivo más extremo quedó fuera de su radar en aquél ejercicio. Como si se tratara de un debut -ese papel le corresponde a un Asheran que pasó más bien desapercibido- Etemen Ænka sorprendía a propios y extraños y ponía de acuerdo a crítica y público por mezclar todo aquello de manera novedosa. En ninguno de los géneros citados reinventaba nada, pero mostraba más frescura de lo habitual en todos ellos.
Como si el azar le hubiera lanzado un órdago, Voidkind parte con la premisa de tener que dar réplica a esta hazaña, asumir la presión del siempre complicado tercer álbum y suplir a Evelyn May por Maxime Keller a los teclados al mismo tiempo. Emitir un veredicto va a costar lo suyo de nuevo, pero el trabajo que hay detrás de estas diez canciones y el empeño por entregar un trabajo a la altura se nota en cada detalle.
Lo primero que sorprende es lo denso de un disco diseñado para ser un pelín más digerible que su antecesor, aún siendo continuista, con menor minutaje, mayor presencia de voces limpias y más orientado al riff que a sumar capas de ornamentación en palabras de la propia banda. Sin embargo, cuesta penetrar el muro de guitarras sobre el que se levanta ‘Summa Blasphemia’ ya de entrada, un opener con una estructura sencilla y correosa a la vez. Lo mismo sucede con ‘Eleonora’ o ‘Reliquary’, dos temas extensos con todos los paisajes sonoros habituales pero con los que cuesta familiarizarse en las primeras escuchas, como si esperaras una de esas melodías épicas que salpicaban, a cuenta gotas, Etemen Ænka. Ahí, donde a otras les cuesta más, llega ‘Reaching For Telos’ con puntería certera en sus cambios de ritmo y un pasaje central totalmente hipnótico.
Separado en dos bloques claros por los interludios habituales, más ligeros esta vez, el segundo de ellos resulta más familiar en las distancias cortas. Pese a su posición en el tracklist, puede que ‘Above Of The Perfect Soul’ y ‘Pleroma’ sean la puerta de entrada de un Voidkind que, al igual que su narrativa, un viaje a través de los sueños para alcanzar la dimensión divina, también te exigirá poner a trabajar los cinco sentidos para conectar con él.
JORGE AZCONA