Ektomorf llevan más de dos décadas aferrados a una fórmula y eso no cambiará, por muchos cambios de formación que sufran, mientras Zoltán Farkas siga pilotando la nave. Los húngaros siguen siendo los más fieles defensores de ese estilo entre el thrash y el groove metal que tan popular se hizo antes de la irrupción del nu metal, y en eso siguen enfrascados.
No les ha ido mal hasta ahora, y en Reborn la fórmula vuelve a funcionar una vez más. Zoltán no escatima riffs y rimas pegadizas en canciones cortas que se incrustan en tu cráneo. Ha encontrado la manera de que estos ocho temas te acompañen en el tiempo una vez has terminado de escucharlo, siendo su álbum más memorable hasta la fecha. Es indudable que han hecho un intento de ampliar su repertorio con la instrumental de siete minutos ‘Forsaken’, o con partes semi acústicas que causan el efecto deseado, pero tras 15 discos ya les hemos visto todas las costuras y sabemos de qué palo cojean.
¿Es eso negativo? Teniendo en cuenta que su base de seguidores anhelan justamente esa fidelidad sonora, diría que no. En ese sentido, Ektomorf son bastante listos y siguen siendo los alumnos aventajados de Max Cavalera. Dejando de lado la agresividad musical, se nota también que Ektomorf también quieren dotar a sus canciones de esa agonía sentimental que gusta.
En esta ocasión, la banda está más cerca del thrash que del groove, al de la Bay Area que al thrash teutón, y con una producción que, por fin, resalta toda la profundidad de las líneas de bajo, consigue crear un disco que a pesar de los clichés termina por gustar bastante. Pese a ser predecible, y a que su título lleve al equívoco, Reborn no decepciona.
JORGE FRETES