En mi primera columna presenté mis credenciales -un programa de radio que desde hace ya unos cuantos años se transformó en un podcast- y puse en negro sobre blanco mis intenciones con esta columna. A saber: comentar el auge del llamado podcasting y novedades del sector, recomendar programas ‘enlatados’ -principalmente musicales- y compartir alguna anécdota relacionada con mi humilde morada radiofónica.
En esta ocasión me gustaría rendir homenaje a los pioneros, pero antes dejadme hacer una puntualización. Y es que en la anterior columna me faltó precisar que hay dos grandes tipos de podcasts. Por un lado están los archivos de sonido que provienen de programas de radio convencionales, de pequeñas y grandes emisoras, envasados al vacío para una escucha en diferido, a la carta. Un buen ejemplo (y muy recomendable) es El Sótano, el programa especializado en rock, garage y surf dirigido y presentado por el erudito Diego RJ, emitido de lunes a viernes en la sintonía de Radio 3 y colgado inmediatamente en la página web del grupo RTVE, en las plataformas de podcasts Ivoox y iTunes. Solo por especiales como aquel Curso del 77 (recuperando e hilando joyas de Ramones, The Damned, Iggy Pop, Wire, Runnaways…) ya merece un monumento. Pegadle una escucha, que merecen muy mucho la pena.
El segundo gran grupo encontramos los llamados podcasts nativos, grabados para ser subidos a la red. Detrás de estos podcasts nativos sin antena, despegados a menudo de la más rabiosa actualidad y sobre todo de la tiranía de la parrilla clásica, encontramos principalmente locutores aficionados -que en muchos casos no tienen nada que envidiar a los profesionales- pero cada vez hay más medios tradicionales que han encontrado en este formato un complemento perfecto para explorar otros registros, tiempos y narrativas. Pienso en Podium Podcast, la plataforma creada por el Grupo Prisa en junio de 2016, y en The Daily, los podcasts de 20 minutos del prestigioso New York Times.
Hecha esta aclaración, ¿quiénes fueron los precursores en esto del podcast nativo? Todos los expertos coinciden en que la primera vez que se utilizó el término fue el 12 de febrero de 2004 en un artículo del periodista del diario británico The Guardian Ben Hammersley titulado ‘La revolución audible’. ¿Y en nuestro país? Popcasting arranca en el 2005 y es considerado por los entendidos como el primer podcast musical español.
He contactado con el pionero Jaime Cristóbal, el responsable de Popcasting, para recordar los inicios de la podcastfera dentro de nuestras fronteras. Me cuenta que por aquel entonces llevaba un tiempo dándole vueltas a grabar un programa de radio y colgarlo en internet. El volumen de tráfico de datos requerido ya empezaba a estar disponible y tenía equipo suficiente (micro, tarjeta…) pero el principal escollo fue la distribución de estos audios. ¿Cómo moverlos? Cristóbal encontró las respuestas en una revista Wire aparecida en marzo del 2005: distribuiría esos archivos mediante el agregado RSS. “El final de la radio… Tal y como la conocemos”, advertía esa ya histórica portada.
Ahora, gracias a Mixcloud, Spreaker, iTunes o la citada iVoox es todo mucho más sencillo. Te creas un perfil de usuario, y a subir los MP3s con una conexión a internet estándar. Entonces, en el 2005, la llamada web 2.0 apenas estaba dando sus primeros pasos. Cristóbal comenzó a difundir sus archivos a través de listas de correo sobre música -la primera red social, SixDegrees, apareció en 1997 pero la más popular, Facebook, no llegó aquí hasta 2007- y los directorios de podcasts Podcastalley y Podcastellano, entre otros.
El creador del podcast quincenal Popcasting -actualmente disponible en ivoox pero también en Spotify y iTunes- ya había hecho un programa de radio en una emisora ‘pirata’ en Pamplona cuando se tiró al a piscina, pero sobre todo había aprendido de los profesionales de la FM, pues llevaba años y años como oyente de radio musical. Entre sus maestros destaca a Enrique de Cía ‘William’ (Ser) y Juan de Pablos (Flor de Pasión). Con su ‘podcast’, me confiesa, simplemente quería difundir canciones que le gustaban. No importaba el estilo o la época. ¿Quién no ha grabado un CD con una recopilación de temazos para un colega? Los más ‘puretas’ saben de lo que hablo. Cristóbal quería hacer algo parecido, una especie de ‘mixtape’ comentada.
Popcasting sigue, cada quincena sin falta, con una selección de 10 o 12 canciones interesantes. Cuando escribo esto, ya va por la entrega 324. Su espejo actual está en la podcastfera anglosajona, donde observa ahora mismo una especie de edad de oro con programas de una altísima calidad. Y me permito añadir: aquí también llegará esa etapa de esplendor. En muchas cosas siempre vamos unos pocos años por detrás, y en materia podcasting no podíamos hacer una excepción.