Me comentaba Dani Llamas hace unos meses en una entrevista que ante un mundo cada vez más globalizado, la mejor manera de diferenciarte del resto es buscar en tus propias raíces aquello que te hace único. Es una filosofía que, de un tiempo a esta parte, hemos visto poner en práctica a muchas bandas y artistas de nuestro país con excelentes resultados.
Ahí están los recientes trabajos de La Maravillosa Orquesta Del Alcohol actualizando los viejos cancioneros de su tierra o la arriesgada propuesta de Moura fusionando rock progresivo con folk gallego, por citar tan solo unos ejemplos. Eso por no mencionar casos más que obvios como toda la nueva hornada del rock andaluz con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba a la cabeza o áreas como Cataluña y Euskal Herria, cuya cantera de formaciones que usan su lengua autóctona para expresar su mensaje parece no tener fin.
Con esa misma mentalidad llevan trabajando Ella La Rabia desde 2018. Tras abandonar el nombre de Killing Pete y reconfigurar su propuesta, el combo madrileño logró sorprender con un primer trabajo autotitulado en el que el post hardcore y la música tradicional canaria (de dónde procede el núcleo duro de la formación) se daban la mano. Una original fórmula que les valió para hacer bastante ruido dentro de underground patrio y que bien merecía una continuación a la altura de las expectativas creadas.
En los cuatro años que separan su debut de Canción De Cuna Oceánica, el grupo ha tenido tiempo para pulir su discurso hasta dar con una obra absolutamente incontestable a la que cuesta encontrarle puntos flacos. Que no hayan reparado en gastos tanto en la grabación con Santi García en Ultramarinos Costa Brava para las bases y posteriormente con Juan Blas en Westline Studios para los arreglos, como en la espectacular portada a cargo de Mariano Sánchez y Albert Ramos y los cuatro videoclips previos al lanzamiento, dice mucho de lo fuertes que vienen en este segundo esfuerzo.
Es algo que se siente desde que la ceremoniosa introducción de ‘Huesos Al Mar, Voces Al Viento’ va preparando el terreno para que entren a cuchillo en ‘Valenta’ y ‘MMXX’. Riffs de contundencia metalera y energía hardcoreta se abren paso a mamporrazos dejando el hueco suficiente para que se cuele algo de melodía y luz en un arranque que te deja directamente noqueado. Aquí no se viene a hacer prisioneros.
La locura no para a la que asoman las congas de ‘Yruene’ y una venenosa línea de bajo te advierte de que esto ya no va a frenar. Otro puñetazo directo al mentón en el que cuelan de propina un saxofón pasado de rosca. Mientras te preguntas qué demonios está ocurriendo, se produce un giro por completo con un final vacilón a ritmo de son cubano. Hay que oírlo para creer semejante chifladura. Igual de sorprendente pero más formal es el corte que da título al disco. ‘Canción De Cuna Oceánica’ nos trae el sonido más puro de las islas de la mano del conjunto Támbara con unas percusiones y un cántico tradicional al que más tarde se unirá la banda en un cierre que realmente emociona.
Y si hablamos de sentimientos a flor de piel, ‘Santa †’ es la clara ganadora. En ella Edu rememora su infancia en La Palma en una pieza que estoy seguro que muchos acabarán convirtiendo en un himno personal. Magnífica. Sin apenas tiempo, vuelven con el cuchillo entre los dientes con ‘Ella La Rabia’ dispuesta a calentar el pit y poner a prueba nuestras gargantas y cervicales. Desde luego cuando pulsan el turbo es difícil contener semejante vendaval. Menos mal que la poesía recitada de ‘Al Final Del Camino, Al Principio’ da un justo momento de pausa antes de encarar el último tramo del álbum.
Porque en ‘Cumbrenueva’ tenemos a los Ella La Rabia más progresivos. Pero no necesariamente porque saquen a pasear su pericia y técnica instrumental (que también). De hecho, vuelven a marcar músculo en el arranque sin miramiento alguno, pero a medida que el tema va caminando acaban sirviéndole en bandeja un pasaje a Rubén Martínez de Viven y Ànteros que bien podría haber formado parte de Las Tripas Y El Lodo, el segundo largo de los barceloneses. Cierre acústico con ‘Octubre, 2019’ y salida por la puerta grande.
No todos los días nos encontramos con una banda dispuesta a abrirse en canal y mostrar tan orgullosa su lugar de procedencia. Canción De Cuna Oceánica es un trabajo al que no se le puede pedir nada más porque Ella La Rabia han puesto en él todo lo que tienen y son a día de hoy. Y ante eso, uno solo puede descubrirse y aplaudir semejante acto de valentía.
GONZALO PUEBLA