Si hace tiempo que no escuchas un disco de Emarosa, es posible que cuando te pongas Peach Club ni si quiera les reconozcas. Aquella banda de post hardcore que llegó a su mayor popularidad cuando tuvo a Jonny Craig como frontman ha desaparecido por completo y ahora podemos hablar de ellos abiertamente como un grupo de pop rock.
Era algo que se empezó a intuir en su disco Versus con la entrada del vocalista Bradley Walden y se acentuó en su anterior 131, pero aquí la transformación ya es completa. Tampoco debería chocarnos tanto. Otros grupos de la que podríamos llamar escena Warped como Fall Out Boy, Panic! At The Disco o Paramore han seguido una evolución similar, y han obtenido un gran éxito, así que por qué no iban a intentarlo ellos.
En cierta manera, el camino que han tomado Emarosa es más parecido al de la banda de Hayley Williams, incorporando un montón de influencias de los 80, con abundancia de sintetizadores, guitarras danzarinas y estribillos pegadizos. La fiesta se abre con ‘Givin’ Up’, un tema que es puro Duran Duran, con unos vientos de refuerzo en sus compases finales. La producción impoluta de Courtney Ballard (Waterparks, I The Mighty) utiliza todo tipo de recursos de la era dorada del pop mainstream (esa caja de ritmos en ‘IW2DWY’), pero haciéndolos sonar totalmente parejos a The 1975 o Bruno Mars.
De hecho, Emarosa canalizan varios artistas que también han influenciado a este último. Por ejemplo, ‘So Bad’ tiene algo de Prince y ‘Hell Of It’ recuerda a cuando Michal Jackson se acercaba al rock. ‘Comfortable’ incluso recuerda algunos de los temas atmosféricos de Seal. Pese al tono ligero del álbum, las letras tienden a la melancolía llegando a su máximo exponente en ‘xo’, un tema desnudo, donde con el único acompañamiento de la guitarra de ER White, el único miembro original, sirve para que Walden exhiba su voz en todo su esplendor. No muchos cantantes de su escena serían capaces de grabar una pieza así.
MARC LÓPEZ
BONUS TRACK CON… BRADLEY WALDEN
¿Crees que el nuevo disco va a descolocar a mucha gente?
“Cuando haces un cambio así, no va a gustar a todo el mundo. Pero hemos hecho lo que queríamos y ésa era la prioridad. Creo que la gente que no ha escuchado nuestros dos discos anteriores puede sorprenderse mucho, pero creo que en los últimos cuatro, cinco años ya hemos ido en esta dirección. Este disco es la evolución natural de eso. Quizá descoloque a la gente que escuchaba Emarosa hace 15 años, pero para nosotros es más importante hacia dónde vamos que de donde venimos. Me alegro de haber tomado el riesgo”.
Efectivamente en Versus y 131 se intuía el cambio, pero ahora lo habéis llevado al límite.
“Sí. Somos muchos más diversos porque ahora somos capaces de hacer sonidos distintos. En Versus aún teníamos un pie en el pasado, pero en 131 ya nos dejamos ir. Aunque quizá seguíamos fieles a la idea que tenían los fans de Emarosa. En éste hemos querido redefinirnos”.
¿Cuál ha sido el factor decisivo a la hora de dar este paso?
“Creo que el tener confianza en nosotros mismos. Cuando yo empecé, no sabía muy bien quién era como artista. Y luego hubo cambios y eso trajo un nuevo aire. A nivel interno se movieron piezas y fuimos aprendiendo cuál era nuestra identidad. Ahora ya sé quien soy, quiénes somos y eso es lo que refleja este disco”.
De hecho, tiene sentido que sonéis distintos porque los miembros del grupo sois distintos.
“Sí, es como si fuera una nueva banda. Alguna gente dijo que quizá deberíamos cambiarnos de nombre, pero yo lo veo una tontería. Yo no me cambié el nombre cuando cambié mi estilo de vestir o cuando pasé la adolescencia. La gente cambia y crece y las bandas les pasa lo mismo”.
¿Ha cambiado vuestra manera de componer?
“Hemos experimentado más. Antes solíamos juntarnos todos para componer en el local de ensayo. Y lo hemos seguido haciendo, pero también tuve la oportunidad de trabajar con distintos productores por mi cuenta y luego presentar esas ideas y trabajarlas con la banda para darle el toque Emarosa. Fue divertido hacerlo y creo que conseguimos algunas grandes canciones. Además, eso le dio a cada canción su personalidad. Es un disco dinámico”.
Que otras bandas de la escena Warped como Fall Out Boy o Panic! At The Disco hayan tenido éxito en su transición al pop, ¿os animó?
“Nunca pensé en esos grupos cuando hicimos el disco. Nuestra influencia viene de bandas más antiguas. Siempre había querido hacer un disco más 80’s porque era la música que escuchaba mi madre, Michael Jackson, Pat Benatar… Por fin he podido incorporar eso a mi música. Panic o Paramore ya tenían un público muy numeroso, así que creo que era más fácil que sus fans les siguieran. Yo espero que con Emarosa podamos conservarlos, pero a la vez que lleguemos a gente que quizá nunca nos había escuchado antes”.